China valora sus recursos forestales como una inversión de futuro, prueba de ello es que en el año 2000 implantó su Programa de Protección de los Bosques Naturales con el objetivo de mantener la seguridad ecológica natural, paliar el cambio climático, reducir la erosión del suelo y proteger la biodiversidad.
Dicho programa, previsto para completarse en 73 años, quiere acabar con las talas y apropiaciones ilegales de bosques. Supone también otros proyectos como actuar en zonas de origen de las tormentas de arena (Beijing y Tianjin), reconvertir las tierras de cultivo en bosques y la reforestación de árboles, además de incrementar los ingresos de los trabajadores forestales.
La primera fase de dicho programa comenzó en las zonas del río Yangtse, río Amarillo y zonas nororientales. Y la segunda fase (año 2011-2020) añade 11 ciudades más y distritos alrededores del embalse de Danjiangkuo, aumentando 5.2 millones de hectáreas más el área forestal. Se espera conseguir un aumento del 23% de cobertura forestal para el 2020 y un 26% para el 2050.
Gracias a la plantación de árboles en las urbes se ha conseguido reducir el CO2 mejorando así la calidad de vida. Asimismo, el uso de la madera supone reducir las emanaciones ya que, tanto su producción y procesado, consume menos energía y emite menos CO2 en comparación con el hierro y el aluminio.
Sin embargo, con esta estrategia que promueve las plantaciones en el propio país para su propio abastecimiento y sus moratorias sobre la tala de árboles, no han producido lo que esperaban y sólo abastecen un 65% – 70% de la demanda interna. Y por esta razón, y debido a su demanda en alza, China pasa a ser el 2º mayor importador de productos forestales y el mayor importador de madera industrial, aumentando 15 veces más sus importaciones en 10 años (630 millones en 2001 y 8 billones $ en 2011).
También es considerado el mayor importador de madera en rollo industrial, madera aserrada, pulpa y papel de desecho. Además de ser el quinto mayor importador de papel y cartón.
Pese al descenso de la construcción inmobiliaria en el 2012, el total de las importaciones y exportaciones de productos forestales de China han ido en aumento alcanzando los 120 billones US$, un 3% más que en el 2011. Y en maderas blandas aumenta un 3.9%.
Su mayor proveedor en 2012 fue Canadá (6.4 million m3) seguido de Russia (6.2 million m3), EEUU (2.2 million m3), Tailandia (1.5 million m3), Indonesia (744,000 m3), Chile (501,000 m3) y Nueva Zelanda (486,000 m3).
Debido a su rápido crecimiento económico y la elevación de los ingresos de sus habitantes, estas importaciones se destinan a las construcciones urbanas e interiores, la industria del mueble, las viviendas rurales e infraestructuras agrícolas, la fabricación de pasta y papel; y, las maderas tropicales, para fabricar mobiliario de alta calidad.
Pero China prefiere importar la madera y luego procesarla para mantener el empleo en el país. Así que, además de ser el mayor exportador de tableros de madera también distribuye productos elaborados como muebles para EEUU, Japón y países de Europa (procedentes de Guandong y provincias costeras), la fabricación de contrachapados (originarias de Hebei, Zhejiang y Shandong) y la fabricación de papel (fábricas de pasta en la provincia de Hainan y fábricas de papel en el delta del río Yangtze).
Aun queriendo evitar la desaceleración del gigante asiático por parte del gobierno, a día de hoy, China carece de materias primas para cubrir todas sus necesidades. Así que no es de extrañar que ocupe, en los próximos años, uno de los cinco primeros puestos del ranking como mayor importador y exportador del mundo.