Durante años los productos made in China han sido considerados como productos de bajo coste, poca tecnología implicada y escasa calidad. Si bien esta ha sido la imagen dominante durante décadas, debemos destacar que, en la actualidad, se ha dado un salto adelante sumamente importante en todos estos factores de la producción China, haciendo que muchos de los productos made in China se encuentren ya entre los mejores del mundo.
Las propias empresas Chinas, conscientes de la merma en sus ventas que esta imagen proyectaba, han trabajado en mejorar sus estándares de calidad, su competitividad y su convergencia con los productos de las industrias más avanzadas.
Citando tan solo algunos ejemplos de grandes campeones de la industria mundial de origen chino, tenemos a Huawei, que en el año 2013 consiguió posicionarse ya como el tercer fabricante mundial de móviles, sólo por detrás de Apple y Samsung. De las 7 marcas de telefonía móvil más vendidas en el mundo 7 son chinas y su implantación en los maduros y muy exigentes mercados occidentales es cada día mayor.
Mientras que en un principio el gran volumen del mercado interior chino, escasamente atendido, pudo ser el acicate para su despegue económico, descuidando un tanto la calidad, hace ya lustros que los consumidores chinos se han vuelto muy exigentes con los productos que compran, demandando a las marcas nacionales que ofrezcan niveles de calidad semejantes a los de las mejores marcas mundiales.
China ha dejado de ser una tierra de producción rápida y barata, normalmente inspirada en la producción de objetos provenientes de otras economías, para pasar a ser un jugador mundial por derecho propio en los mercados más competitivos, con productos de alto nivel. Diseñadores y artistas chinos empiezan a trabajar para las más prestigiosas firmas occidentales y los criterios de calidad de las agencias chinas empiezan a ser tenidos muy en cuenta por los propios fabricantes occidentales que quieren vender en el gran gigante asiático.
Tecnología, moda, alimentación, cosmética, consumibles.. La lista de productos chinos que compiten en los más exigentes mercados mundiales es inacabable y el proceso no acaba más que empezar. Los inmensos beneficios de muchas de estas marcas asiáticas les permiten invertir en el desarrollo de nuevos dispositivos y servicios cantidades que son simplemente inasumibles para muchos de sus competidores occidentales.
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China no sólo no ha dejado de ser el primer mercado mundial, ahora es también el primer fabricante global, un horizonte alentador para cualquier iniciativa comercial.