Ya podemos ver cómo es viajar en tren a través de China en menos de un día.
Con solo 6 paradas durante el camino, el nuevo tramo de alta velocidad une Hong Kong con el resto de China continental. Estas paradas son: Shenzhen, Guangzhou, Changsha, Wuhan, Zhengzhou y Shijiazhuang.
Esta línea consta de 26 km. Conecta a Hong Kong con el sistema ferroviario de alta velocidad más grande del mundo, tiene un gran peso simbólico ya que la apertura de la estación ha conllevado a que China tenga potestad para aplicar sus leyes dentro de una parte del territorio de la ex-colonia británica. Los partidarios esperan que promueva el crecimiento económico y la integración social con China continental, mientras que sus detractores sostienen que acelerará la erosión de la autonomía de Hong Kong.
Saliendo de la estación de West Kowloon en Hong Kong, construida para el tren de alta velocidad (y que es más parecida a un aeropuerto que a una estación de tren típica) los viajeros pueden llegar a Beijing en 9 horas en lugar de las 24 que se necesitaban hasta ahora, y a Shenzhen en 20 minutos a bordo de trenes que alcanzan velocidades de más de 300 km/h.
Muchos chinos y hongkoneses piensan que el desarrollo del tren de alta velocidad en China ha sido realmente rápido y que el enlace ferroviario de alta velocidad ayudará a las relaciones económicas y hará que los habitantes de Hong Kong se sientan más cerca de China. Los funcionarios chinos pueden ver la conexión ferroviaria como una manera de integrar a Hong Kong en el continente, sumándole una combinación de grandes proyectos de infraestructura y reformas que hará que sea más fácil para los habitantes de esta ciudad vivir y trabajar cruzando la frontera.
Más allá de los motivos políticos
Los analistas cuestionan si el proyecto ferroviario será rentable. En cuanto a vías de alta velocidad China, solo unos pocos trayectos, incluyendo Beijing-Shanghai, son rentables. El enlace de 26 km desde Hong Kong al continente, que es todo subterráneo, es una de las líneas ferroviarias más caras jamás construidas, con un coste promedio de 420 millones de dólares por kilómetro.
No es de extrañar que la mayoría de las personas prefieran volar de Hong Kong a Shanghai y Beijing pero algunos viajeros preocupados por los frecuentes retrasos causados por el mal tiempo y el cierre del espacio aéreo están optando por el tren.
«Nueve horas no son malas cuando tienes WiFi y puedes relajarte, especialmente porque los vuelos suelen retrasarse», dice una residente de Hong Kong que realizó el viaje de 2.500 kilómetros a Beijing para ver a su madre durante el festival de mediados de otoño. «Definitivamente tomaré el tren de nuevo».