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Hace un tiempo grabé un episodio polémico sobre Elon Musk en el que jugando un poquito con su idea de derretir los polos de Marte con bombas nucleares,  decidí resumir mi análisis con un «Elon no se estrellará en Marte sino en China».

Me han llovido críticas por aquel episodio pero la verdad es que, ha envejecido bastante bien; lo hice a propósito en el momento del pico casi más alto de las acciones de Tesla cuando parecía que sólo podía seguir subiendo para que no se me pudiera acusar de ventajista y hoy están un 35% por debajo, es decir, ha perdido más de 1/3 de su valor. Llegó a perder 2/3 en este año, se ha recuperado, en cualquier caso… Yo no hago predicciones de bolsa, no entiendo de bolsa, justamente por eso lo grabé en un momento de subida en el que parecía que no tenía techo, porque quería desvincular mi tesis del valor de las acciones.

Que haya bajado es circunstancial, mi crítica era más hacia la visión de Elon Musk que hacia su desempeño profesional… Es decir, todos los que piensan que tenía razón basados en la bajada o los que hubieran pensado que me equivocaba si hoy las acciones valieran mucho más, son consecuencialistas… como defino a los chinos, exitocráticos. Para mí lo importante aquí es el procedimiento y no tanto el numerito final, que esta vez me beneficia pero podía haberme perjudicado perfectamente.

Más allá de este tema, toqué otro, en esa idea de que Elon se estrellaría en China y es el de la complejidad de este mercado. Y avancé una discusión (y a esto le doy mucho más mérito que a lo de la bolsa) y fue la de qué pasaría si finalmente compraba Twitter y tenía que hacer frente a las críticas de los chinos por estar etiquetados como medios estatales.

Recordemos, en aquella época, cualquier medio o periodista chino era etiquetado en Twitter como medio estatal, para entendernos, como propaganda, de manera bastante vejatoria, sin el menor análisis sobre su objetividad, simplemente por ser chino. Y yo me planteaba, a propósito de los boicots que a veces se generan espontáneamente, o no tan espontáneamente en las redes chinas, qué ocurriría si, siendo Twitter de Elon Musk, en algún momento, un influencer chino con 20 o 30 millones de seguidores se ofendía muchísimo, y hoy sabemos hasta donde puede llegar la cultura de la cancelación, y le decía a todos sus seguidores: dejemos de comprar Teslas, este hombre nos etiqueta como propaganda, no es bienvenido en China, esto se viralizaba, otros influencers se unían, se llenaban las redes de banderitas rojas; no estoy diciendo nada extraño, esto ya ha sucedido.

Claro, si Elon Musk desetiquetaba podía parecer que cedía ante la censura China y todas esas cosas que nos cuentan y si no lo hacía, bueno, la verdad es que esta no era una opción. Éste era mi punto, Elon se iba a enfrentar a debates que quizá jamás se había planteado. Ser acusado de pro-chino en occidente o de anti-chino en China.

Puedo decir, orgulloso, que fui el único que supo prever este conflicto mucho antes de que se produjera; semanas después Elon Musk compró Twitter y tan sólo unos días después se generó esta discusión. No me lo podía creer. Pero una vez más Elon me sorprendió, por algo él es un genio y yo un aprendiz… en lugar de enfrentarse al debate de revocar el señalamiento de los medios chinos como propaganda, señaló al resto de medios de los otros países e igualándolos a todos y esquivó la discusión. Bravo. Tuvo que superar algunas críticas pero demostró tener cintura, un equipo de asesores realmente brillante o ambas cosas.

Mi punto en aquel momento casi guionizando este conflicto, no era en sí este conflicto, era explicar que a ese nivel de importancia, hablamos de la empresa más cotizada de su sector, un sector fuertemente intervenido, no sólo en China sino en todo el mundo, hablamos de satélites espaciales, incluso únicamente hablando de Twitter, este hombre está demasiado expuesto a lo que la política, en especial lo que la política china considera su «Lebensraum», su espacio vital, su terreno de cultivo.

De hecho, en aquel episodio todavía puse más ejemplos: un satélite de Elon estuvo a punto de colisionar con la estación internacional China creo recordar; es irrelevante, sólo intento exponer cuántas variables se pueden llegar a combinar para acabar rascándole al iceberg mientras todo el mundo está pendiente de los músicos. Musk ha tenido que enfrentarse con discusiones similares ya durante la guerra de Ucrania,… Que los que me seguís desde hace tiempo ya sabéis que son sólo las semi-finales, la final se juega en el estrecho de Taiwán, aquí estamos sólo probándonos, pues bien, no esto no sólo aplica a los tanques ingleses, los misiles antiaéreos estadounidenses, los drones chinos o los mercenarios rusos, aquí estamos probándolo todo, incluida la lealtad de multinacionales que quieren seguir facturando y obviamente que no les interesa que haya muertos, los malditos cadáveres bloquean la carretera y me hacen perder dinero. Si pudierais empujarlos hacia los lados un poquito…

No, en serio, lo de los satélites de Starlink y su uso militar durante la guerra ha sido otra bofetada a los que piensan que en China las empresas obedecen al gobierno porque es una dictadura comunista pero en EEUU están por encima del gobierno, porque el neoliberalismo y no sé qué más. No caballero, no hay nada por encima del gobierno estadounidense. Y los chinos saben que Elon Musk puede tener intereses en China pero cuando tenga que arrodillarse se arrodillará.

Volviendo al comercio, en mis análisis sobre Elon Musk tomo en extrema consideración la dependencia de China a la que se ha expuesto Elon, convirtiendo la fábrica de Shanghái en su Invernalia, su reino del norte, un stronghold desde donde ataca el resto de mercados, a pesar de tener fábricas por todo el mundo, pues éstas son mucho más ineficientes. Por supuesto, la leña para las hogueras de las frías noches la tiene mucho más cerca en su fábrica china, los mayores fabricantes de baterías del mundo, de los que se nutre Tesla y depende absolutamente son Catl y BYD que además es su principal competidor.

Todo esto expone extraordinariamente a Musk y a Tesla, pero parece que los mismos accionistas que no invierten en empresas chinas a pesar de sus buenos números ante la incertidumbre que les supone China y los volantazos de su gobierno, esos mismos accionistas no ven ningún riesgo en la indefectible dependencia que tiene de China una empresa extranjera que compite directamente con empresas nacionales claves en una industria que, desde la óptica occidental del intervencionismo chino, es crítica en sus estrategias de dominio global. Todo bien. ¿Cómo le iba a prestar yo dinero a ese camello, al que ya se le han muerto varios clientes por sobredosis? Mejor le prestaré mi dinero a su principal cliente, un yonkie absolutamente enganchado. ¿Qué podría salir mal?

Entre los innumerables e incontrolables charcos en los que se puede meter Elon, hace poco estuvo en India con su nuevo mejor amigo, Narendra Modi, y casi como una quinceañera desubicada que acaba de conocer a Enrique Iglesias, balbuceó: soy muy fan de Modi. Todo bien, Elon está en la cresta de la ola y ahora mismo puede entrar en una fiesta con la mujer más guapa del momento y concederle un baile a una chica atractiva que de repente se le antoje, no pasa nada, pero cuidado porque tu pareja no te ha quitado ojo, y quizá se hace la digna y sale contigo del brazo, porque quiere volver a casa en el deportivo con el que llegó, pero… Aunque los chinos no son rencorosos (sacad a Japón de esta afirmación), algunos recuerdos, al igual que los peores invitados, a veces cuesta que se marchen.

Y a Elon ya le han tomado la matrícula en China. Una matrícula verde que además, han pagado los chinos. Porque sí, Tesla no existe gracias a China pero quizá sí subsiste gracias a China. Y lo mismo podríamos decir de Qualcomm, de BMW, de Louis Vuitton o de Apple. La empresa que no sólo ha basado su suministro en la irreplicable eficiencia de los sistemas de producción chinos, sino que cuando el mundo se tambaleaba convirtió China en su mercado de mayor crecimiento. Un 20% de sus ventas mundiales y un 25% de su beneficio total.

China es un cuarto de todas las ventas de Apple, eso desde la parte de ventas, más de un 80% de todas las compras de Apple. Sin lugar a dudas es el país más importante para Apple. Ningún país, ni siquiera el lugar donde nacieron concentra más decisiones empresariales que China. Pero como, de nuevo, al contrario de lo que nos cuentan por la tele, las multinacionales no están por encima del gobierno de EEUU sino arrodilladas ante él, no sólo tiene el estado más grande del planeta en términos absolutos, e incluso más grande que China en términos porcentuales, sino que además es el estado que más interviene en las decisiones comerciales de sus empresas, ay es que wechat me espía,... No sabes nada Jon Nieve.

Pues Apple, a pesar de lo feliz que ha sido comiendo con palillos, lo siento… Seguridad nacional, ya sabéis, esto significa que ya no se toman decisiones con criterios de mercado sino con criterios políticos, es el principio del fin de las multinacionales, de alguna forma está bien porque así caen los de arriba, se limpia lo enfermo y se renuevan las células, Pues Apple lleva años intentando mover sus producciones fuera de China para volverse menos dependiente del enemigo de papá.

A todos nos ha pasado alguna vez que nuestra novia no era bienvenida en casa… Búscate una mujer buena,… Noooo, para mujeres buenas ya tengo a mi madre, a mí preséntame a las malas. Entiendo perfectamente a Apple. Nada, no ha habido manera, cada intento de divorcio esta siendo un auténtico drama, en India ha acumulado fracaso tras fracaso; en Vietnam ha ido un poquito mejor pero Vietnam no puede sustituir a China, por cuestiones de tamaño… Y entre nosotros, si yo fuera un ejecutivo avispado de Apple, también sabotearía mis líneas de producción en India para explicar en el pentágono que no es que no queramos irnos de China, es que no lo conseguimos. Ahí, Foxconn está cumpliendo su parte.

Apple morirá el día que China decida que muera. No van a tener tiempo físico para reconvertirse, no son Huawei, no pueden vivir 5 años en una cueva y renacer de sus cenizas, necesitan a China. Y cada noticia de salida de China para diversificar su suministro, para evitar depender del gigante asiático es una ofensa, una cicatriz, con la que China puede convivir pero, de nuevo, no olvidan.

Apple prohíbe el uso de los IPhone entre sus funcionarios. Esto es el hoy. No sabemos si es algo anecdótico o el principio de algo. No es el fin, no entremos en pánico. Pero se parece mucho a cuando en la serie del momento anuncian que la próxima temporada será la última. No sabemos si tendrá 8 episodios o 20, pero será la última. ¿Y sabéis en qué se parece Apple a Lost o a Juego de Tronos el día que anunciaron su última temporada? En que te lo has pasado muy bien consumiendo pero eres perfectamente consciente de que el final va a ser una mi… un desastre.

¿Qué esperaban los estadounidenses, que las sanciones a Tiktok o a Huawei no iban a tener consecuencias? ¿Es que no hay nadie con dos dedos de frente al timón al este de los Apalaches? El día que decidieron secuestrar a la hija del fundador de Huawei… ¿Qué se habían tomado? ¿Pensaban que esto podía tener algún tipo de final feliz? Esto lo hacemos los buenos, los que hablamos de democracia y de separación de poderes, hasta los caudillos más despiadados en tiempos remotos sabían que a los emisarios se les respeta. Hasta los tipos más sanguinarios tenían códigos, ¿está gente dónde se ha educado?

¿Y por qué los chinos han tardado tanto en contestar? Fácil porque no estaban preparados. Y los chinos no responden de forma emocional (de nuevo, saquemos a Japón de la ecuación, que esa va directa al hígado), los chinos toman decisiones racionales. Saben que un boicot es un daño propio seguro y un beneficio incierto, y por tanto llevan 4 años preparándose para mitigar el daño propio.

Recordad, los chinos saben esperar. O perdonad la pulla a la democracia, ningún presidente chino necesitaba dar una respuesta inmediata a la ofensa estadounidense para no perder las próximas elecciones, aquí de eso no gastamos, ni teníamos al partido de la oposición criticando no contestar y diciendo si me votáis a mí echaré a todas las empresas estadounidenses de China… No, ese tipo de medidas populistas que destruyen nuestras economías para poder ganar unas elecciones… sólo ocurren en occidente, en China se pueden tomar estrategias a 5, 10 o 20 años.

Y la estrategia fue: aguantad, esperad, no os enfadéis, tragad saliva, algún día nos vengaremos de esto pero no es el momento. ¿Os imagináis en España al PSOE o al PP diciendo, mi administración es la que ha sufrido el golpe, pero yo no voy a responder por responsabilidad política, perderé las elecciones, pero no pasa nada, los próximos que vengan, se beneficiarán de mi trabajo, se vengarán, se llevarán el mérito y yo me alegraré por el bien del país? Lo siento, se me escapa la sonrisa. Eso no existe en occidente. Adrián, te dedicas a blanquear a la dictadura China, no… Me dedico a humillar a todos los que no entienden el sistema en el que viven y la superioridad moral con la que salen por el mundo a imponerlo.

Volviendo a China y a aquel secuestro infame, le dediqué un podcast en su día al tema, hace más de 4 años, no me escuchaba nadie por aquel entonces, lo titulé: «Huawei, o cómo Trump desató la tormenta».

La daban por muerta a Huawei en aquel momento. La desinformación que tenemos por las empresas chinas es muy parecida a la que tenemos en general a nivel político con los «China se hunde de todas las semanas». No tenemos ni la más remota idea de lo que aquí ocurre porque al periodismo lo enviaron a China, al lugar desde donde se escribe hoy la historia de la humanidad, a contarnos que han demolido una mezquita y esto es terrible porque ahora somos muy pro-musulmanes, si colocan tu foto en su semáforo cuando cruzas en rojo, porque hay que cruzar en rojo para desafiar al régimen o si el Panda Gigante se extingue porque los chinos utilizan su hígado para hacer viagras. Ese el nivel de la información que recibimos hoy sobre China. Para esto pagamos a nuestros corresponsales. Y claro, de repente nos dicen… «Huawei recibe 30.000 millones de US$ para producir sus próximos chips en secreto».

En secreto, pero sale en todas las portadas de occidente, fenomenal. No, que no supiéramos nada sobre Huawei hasta que han sacado sus nuevos dispositivos provocando un terremoto en el sector, era para que dimitiera en bloque todo el periodismo internacional que viven como Dios en China, y que todavía se pasan el día dándonos el coñazo sobre el origen del covid. ¿Os dais cuenta de lo desinformados que estamos?

En fin, en este episodio quería recordar lo expuestas que están algunas empresas al mercado chino, que sería genial si pudieran tomar siempre decisiones bajo criterios de mercado, pero estando sujetas a decisiones con criterios políticos… su futuro me da bastante pavor.

Aún así, los chinos son aún más clasistas que nacionalistas, todavía es cool llevar un IPhone o bajarse de un Tesla… Pero cuidado, en algún momento conducir un coche japonés fue considerado traición,… Y el poder de las redes chinas empieza a ser incontrolable incluso para el propio gobierno aunque, de nuevo, en ocasiones nos cuenten lo contrario… (entre nosotros, a veces ya va bien hacer como que no somos capaces de controlar a nuestra plebe, si la indignación nos juega a favor).

Los Iphones son todavía un elemento de status, da igual que ya no aporte nada diferencial a nivel tecnológico, pensar que los chinos compran IPhones después de un análisis minucioso de sus características técnicas es no entender China, desaprende todo lo que hayas aprendido en la facultad de económicas, en China no aplica, los Iphones se venden porque no hay nada más caro (lo estoy simplificando, claro) pero la ostentosidad es clave en la, me río, dictadura comunista.

No se puede estar más desubicado, pero repito, el nacionalismo no lidera todavía el pelotón, pero si no lleva la maglia rosa le faltan 5 minutos, recordad este episodio cuando a alguien salga a decir que llevar un IPhone le suena a traición… porque como decía John Stuart Mill: un hombre con una creencia es una fuerza social más poderosa que 99 hombres con intereses… Cuidado ahí porque al clasista le da lo mismo presumir con un Rolls que con un Ferrari, no tiene fidelidad al proceso sólo al resultado pero el nacionalismo no permite disidencia.

Me despido hoy con un chengyu chino, estos proverbios de 4 caracteres y dice así:

百折不挠

Bǎi zhé bù náo

Literalmente:

«Cien reveses sin desaliento». Os suena a alguna empresa China que ha vuelto del infierno? Es frase se aplica especialmente a situaciones en las que alguien persiste contra viento y marea, enfrentando numerosos obstáculos pero sin perder la fe ni la determinación.

Que paséis una feliz semana.