En el episodio de hoy me gustaría hacer una crítica a un artículo de la revista Forbes firmado por Panos Mourdoukoutas, un reputado profesor de la Universidad de Columbia en el que acusa a China de ser, para África, una lacra peor que el colonialismo Europeo.
Según el informe de McKinsey & Company del que se hace eco su artículo, en el año 2017 ya había más de 10.000 empresas chinas operando en África. Su artículo1 lo titula “¿Qué está haciendo China en África?” y empieza definiendo esta realidad como algo controvertido.
Desafortunadamente, no tenemos el dato de las empresas americanas que operan actualmente en África y no parece ser un dato clave en su tesis. Tampoco tenemos el dato de las empresas americanas o europeas que hayan operado en África, en los años anteriores, durante la guerra fría, en la época colonial o incluso antes. Podríamos remontarnos hasta el imperio romano o incluso más atrás aprovechando que el profesor Panos tiene probablemente ascendencia griega.
La contaminación
Voy a hacer un paréntesis para hablar de un tema del que no trata afortunadamente el artículo pero que a mi parecer genera discusiones muy semejantes. La contaminación. Muchas veces se critica a China por contaminar mucho, porque gastan mucho papel, tienen muchas centrales térmicas o usan aparatos de aire acondicionado. Aunque me cuesta entender el concepto de que, en agregado, la población china deba tener menos derechos que el resto, lo que sí que no me cabe duda es que individualmente, merecen los mismos privilegios que cualquier otro ciudadano del mundo. Aunque nos duela en el alma, tienen derecho a alimentar a sus bebés, a aclimatar sus casas, a conducir, a fumar e incluso voy más allá, deberían poder tener incluso la libertad de equivocarse, como la hemos tenido nosotros en occidente.
Es tremendamente hipócrita haber estado contaminando el mundo durante décadas y ahora que los demás llegan a esa cúspide de la pirámide, darnos cuenta de que una pirámide invertida no se sostiene y que no podemos estar todos contaminando porque el mundo se nos muere. Pues haberlo pensado antes, ¡señores! China tan sólo está siguiendo los mismos pasos que siguió Occidente en su modernización. Y, pese a la comodidad de pensamiento que supone juzgar a las personas en función de su pasaporte, un ciudadano chino tiene, como mínimo, los mismos derechos que un americano a disfrutar de los recursos de la tierra.
Quiero incidir en el tema poblacional. Es un tema bastante incomprensible en un debate académico se juzgue datos económicos en agregado y no per cápita. China son 1.400 millones de personas; casi el 20% de la población mundial. Estados Unidos es algo más de 4%; que el 20% contamine más que el 4% debería parecerle razonable hasta a un niño con nociones matemáticas básicas. De hecho, linealmente, debería contaminar 5 veces más.
Pero vamos a ver los datos per cápita. Según el banco mundial en el año 2014 que es el último del que se tienen cifras:
China tiene unos datos de emisiones de CO2 de 7.500 toneladas per cápita. EEUU 16.500. Más del doble.
Pero no se preocupen, como China va siguiendo los pasos de Occidente en todos los ámbitos (excepto en los que ya les han adelantado), les sugiero que reduzcan su contaminación a 0, para dar ejemplo al mundo y China en algún momento de su historia también les copiará en eso y todo irá a mejor. Tendremos dos grandes beneficios: primero, el mayor contaminante del planeta, Estados Unidos, dejará de hacerlo con lo que habremos llegado al corazón del problema; y segundo, tendremos superioridad moral para poder criticar a los demás, algo de lo que de momento carecemos.
10.000 empresas chinas en África
Volviendo al tema del artículo, cuando el profesor Panos nos numera la cantidad de empresas chinas en África, el dato de las 10.000 empresas no me dice mucho. O como mínimo, no me dice mucho en negativo, que entiendo que es el propósito del artículo. Si hay 5 veces más chinos que norteamericanos, quizá es que sólo hay 2.000 empresas americanas en África. En caso contrario, entiendo que habría escrito otro artículo titulado “¿Qué hacen las empresas americanas en África?” Si es así, me encantará leer esa crítica feroz al imperialismo americano y me disculparé por haber dudado de su objetividad.
Pero no dejo de pensar en esta curiosa forma de agrupar la maldad por nacionalidades. ¿Cuál es el grado de culpabilidad de una empresa de Shanghai por pertenecer a un país de 1.400 millones de habitantes? Si esa empresa mueve su sede a Corea, ¿nos quedamos más tranquilos? ¡Va a hacer lo mismo! ¿Qué es lo que nos molesta, el pasaporte del CEO?
El ejemplo que pongo siempre, Vietnam podría ser una provincia china perfectamente. De hecho, sería una provincia pobre de China. Si esto fuera así todavía habría más empresas chinas en África, ¿eso nos irritaría más? Habría las mismas empresas que ahora. Estoy seguro de que hay muchas empresas latinoamericanas en África. ¿Lo agregamos todo llamándolo Latinoamérica y nos indignamos mucho? O los separamos por países y se nos baja el enfado. Si todavía fueran colonias españolas, ¿entonces sí lo contaríamos en agregado? ¿Nuestra visión de lo que es mucho o poco depende de unas rayitas en los mapas inventadas por invasores y registradas en los libros después de masacrar al que ponía rayitas diferentes?
Por otro lado, no tendría sentido, además, en un entorno académico, ¿hablar de volumen de negocio? Porque entiendo que hará más daño a África una sola empresa americana como Nike, que mil empresas chinas si son mil autónomos vendiendo noodles. No sé, me parece una discusión muy forzada con una alarmante escasez de datos que creo imprescindibles para hablar con un mínimo de propiedad. Todo eso, considerando que la presencia de Nike en China sea negativa, que parece ser la tesis del artículo.
Yo, personalmente, tengo una mente global y a mí el capitalismo no me molesta, me molestan los bloqueos, me molesta que no dejemos al tercer mundo comerciar, me molesta que subvencionemos nuestra agricultura y pongamos tasas a la agricultura africana y, al final, nosotros les vendamos coches a ellos y ellos no sean capaces de vendernos tomates a nosotros porque los nuestros son artificialmente más baratos. Eso no es capitalismo; eso se llama cinismo occidental.
Eso sí, tras venderles los bienes de alto valor agregado y no dejar que nos vendan los únicos productos que son capaces de producir, los de escaso valor añadido, tenemos tanto beneficio que nos encanta ayudarles miserablemente con préstamos a intereses inasumibles para esclavizarlos a perpetuidad.
Como decía, no me molesta el capitalismo, me molesta la pobreza, que es en lo que hemos sumido a África europeos y americanos durante toda nuestra historia. Y no precisamente a base de libre mercado.
Explotando personas y robando recursos
Comenta el profesor Panos que la razón por la que están en África es simple: explotar a la gente y robar sus recursos. Bien, no sé, Churchill, cuando le preguntaron una vez que opinaba sobre los franceses, respondió aquella famosa frase de: “No lo sé, no conozco a todos los franceses”. Pues bien, yo no conozco a todos los chinos, pero me parece cuanto menos, osado, generalizar de esta manera. Espero que el mensaje esté descontextualizado y, en realidad, el profesor Panos no haya dicho esto, porque me alarmaría bastante tener profesores educando con aseveraciones tan cargadas de rencor. Si fuera así, que no lo creo, América correría el riesgo de acabar con una población inculta que podría incluso votar a líderes populistas que venden sueños imposibles alimentándolos en el odio.
El artículo prosigue, diciendo que lo que hace China es lo mismo que el antiguo colonialismo europeo, pero peor.
Os tengo que decir que mis socios me presionan para que no hable de política, religión ni fútbol, etc. Pues después del artículo que escribí sobre el Vaticano, por el fútbol nos vamos a salvar porque es que yo leo esto de un profesor universitario y no doy crédito.
A ver, caballero, peor que el colonialismo europeo, no ha habido nada. La forma en la que exterminamos pueblos enteros no es comparable a nada. La simple equiparación resulta muy ofensiva.
Esclavistas hablando de esclavismo
De verdad tenemos que entrar en por qué hay ciudadanos de raza negra en América, entiendo que una persona estudiada sabe que se debe a la barbaridad de que tras extraer todos los recursos de África, tras extraer todos los recursos de América, tras exterminar a la mano de obra americana que habíamos esclavizado, nos dedicamos a comprar, transportar y vender esclavos negros para repoblar nuestros barracones de indecencia en todo el continente. ¿Está haciendo algo de todo esto China? De verdad, creo que China tiene muchísimas cosas a criticar como para que nos inventemos comparativas infames, que para lo único que sirven es para destapar nuestras vergüenzas.
Comenta después que la globalización nunca tuvo lugar en África. Quizá tenga algo que ver que mientras Europa reventó África durante toda la época colonial, EEUU y la URSS se la repartieron durante la guerra fría, vendiendo armas a grupos terroristas afines, provocando revueltas y colocando dictadores leales.
De nuevo, ¿está haciendo algo de todo esto China? Si es así, seré el primero en criticarlo.
El comercio como estrategia de crecimiento
En un párrafo ya surrealista, Panos acusa a China de enviar delegados a cada país africano para firmar proyectos de infraestructuras y proponer acuerdos comerciales. Y digo acusa, sí.
Bienvenidos al capitalismo caballeros, ¡ustedes lo inventaron!
China ha crecido en África, como lo ha hecho en Latinoamérica o en otros lugares, comprando. Y sin ponerle una pistola en la sien al vendedor. Los chinos negocian. Sé que puede resultar un tanto extraño en Norteamérica eso de negociar sin amenazar, pero de momento a los chinos les funciona; estarán locos, que sé yo.
Dice el profesor Panos que África cuenta con mucha materia prima y poca población, comparativamente. Y que China viendo eso, centró su estrategia para poder mantener su capacidad productora.
Bueno, más allá de que egoístamente no parezca una estrategia desacertada, ¿sabemos que los Iphone se producen en China verdad? ¿Sabemos que gran parte de las empresas más afectadas por la guerra tarifaria son empresas americanas que producen en China? Pero es que los productos que producen las empresas chinas, ¡también son para nosotros! Os voy a contar un secreto que hasta ahora creí vox populi: China abastece al mundo.
¿La culpa es siempre del que vende?
Si usted necesita unos pantalones, se los compra. Y si China no se los proporcionase, quizá lo haría una empresa, yo que sé, francesa. Y esa empresa, para poder producirlos estaría comprando el algodón en África. Y entonces ellos serían los malos. No sé si en estas discusiones entendemos que el problema en todo caso estará en las decisiones de compra. No en quién nos las satisface. Esos 800g de algodón, saldrán de algún lugar. Alguien estará explotando los recursos de alguien para satisfacer esa decisión de compra.
Sí que es cierto que en el mundo patriarcal del que venimos resulta mucho más cómodo acusar a la prostituta y no al cliente que alquila sus favores. ¿Por qué será que somos tan empáticos con ellos? Si el presidente de los EEUU está subiendo tanto las tasas a los productos chinos es porque a sus ciudadanos les encanta consumir productos chinos y no tienen una manera capitalista de enfrentarse a ello. El intervencionismo gubernamental tan solo revela impotencia. Apelando al déficit en su balanza fiscal lo único que manifiesta es su incapacidad de producir bienes que quieran consumir sus propios habitantes. Y el gobierno cual niño mimado dolido, pataleando, castiga a sus propios ciudadanos encareciendo los bienes que libremente deciden consumir.
El capitalismo
Estados Unidos se ha pasado tantas décadas explicándonos las bondades del capitalismo que entra en shock cuando alguien lo aplica de manera más eficiente que ellos. ¿En sus planes iban a liderar el mundo para siempre? ¿No estudiaron historia? ¿Tampoco saben nada sobre ciclos? ¿No vieron venir a China? ¿O esta aversión al capitalismo estaba dentro de los planes y la idea era defender el capitalismo mientras nosotros fuéramos los máximos beneficiados de él? ¿Saben los indios que, aunque explotados por el capitalismo, no deben quejarse porque son explotados por los buenos y que cuando en un cambio de ciclo sean ellos los explotadores serán odiados por ello?
¡El sueño americano era esto! El niño más alto come más tarta, mientras yo sea el más alto. Y si en algún momento, alguien me supera en altura, primero lo acusaré de hormonarse y después pediré que la tarta se reparta bajo otro precepto. Eso de la altura carece de sentido.
Ya sabéis aquello de que egoísta es todo aquel que piensa más en sí mismo que en mí. Y desde América se ve un mundo cada vez más egoísta.
La superioridad moral occidental
Fijaos que más que defender las actividades de China en África, de las que, honestamente, no tengo suficientes datos, lo que pretende este episodio es poner en duda la superioridad moral occidental en juzgar las actividades de China, y más aún en los términos en la que lo hace.
Pero de igual manera que cuando se habló por primera vez del cambio climático, inmediatamente se puso en marcha una campaña para redefinir el concepto como: “Teoría del cambio climático” y la maquinaria afín saturó el espectro informativo de documentación contraria hasta diluir totalmente la información veraz cual pastilla homeopática, da la sensación de que la administración Trump ha colocado a China en la diana. A partir de ahora, leeremos más y más acerca de las maldades del capitalismo.
El capitalismo nos gusta cuando vamos en el asiento delantero. No tanto si nos sentamos en el asiento de detrás.
Y ahora en América ya no es tan popular el capitalismo. Ahora es mejor cerrar fronteras y vender sin que nos vendan.
A dónde habrá llegado el mundo para escuchar a los americanos apiadándose de África.
En fin, disculpad la politización de este episodio. Le haré llegar mi crítica al profesor Panos en perfecto inglés para que tenga, como mínimo, la opción de defenderse.
Os dejo con un proverbio persa:
«Cuatro cosas tenemos en mayor cantidad de lo que creemos: enemigos, deudas, años y pecados.»
NOTAS
1 En futuros episodios/artículos realizaremos una crítica del informe McKinsey & Company. En éste nos centramos en las conclusiones extraídas por el profesor Panos.
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