El gigante asiático ya disponía del río artificial más largo del mundo que va desde Hangzhou a Beijing, construido hace 2.400 años. Sin embargo, desde el 2002, el gobierno central aprobó el Proyecto de Trasvase Agua Sur-Norte que tiene previsto finalizarse en 50 años y con un presupuesto inicial de 500.000 millones de yuanes.
Este plan tiene como propósito poder trasladar el agua del sur y paliar la sequía del norte provocada por el cambio climático y el aumento de la población de las ciudades como Beijing y Tianjin. Este trasvase de agua enviará 44.800 millones de m3 anuales desde el río Yangtsé hasta el norte del país atravesando canales, presas y túneles.
El proyecto está planificado en 3 rutas independientes con una longitud total de 5.600km:
La primera de ellas, la oriental, se inaugurará este otoño con 1.156 km desde Jiangdu (provincia de Jiangsu) hasta Shangdong. Los pasados meses de mayo y junio ya estuvo de prueba pasando las condiciones de seguridad.
La segunda ruta, la central, llegará a Pekín desde la presa Danjiangkou, situada en el río Han (Hubei). Debió ser inaugurada a tiempo para los Juegos Olímpicos de Pekín, pero fue retrasada porque se vio afectada por la grave contaminación que sufren partes del embalse.
La ruta occidental es el proyecto más caro y difícil ya que tomará agua del curso alto del Yangtsé y ríos de las montañas de Qinghai y Tíbet.
Algunos críticos afirman que este proyecto ofrecerá beneficios para enriquecer el suministro del agua del norte pero las consecuencias en el ecosistema serán irreversibles.