En 2011, las autoridades chinas prohibieron la inversión extranjera en la industria de la automoción para provocar su desaceleración debido a la sobreproducción del sector y el excesivo número de fabricantes.
Dos años después, China vuelve a abrirse a la inversión extranjera dándoles un trato preferente. Aunque estas nuevas instrucciones del organismo central chino sólo serán aplicables en el centro oeste y oeste de China, siendo estas regiones como Mongolia Interior, Guangxi, Guizhou, Shanxi, Gansu, Ningxia, Quinghai, Xinjiang, Yunnan, Sichuan y la municipalidad de Chongqing. Además, la nueva medida sólo afectará a las nuevas inversiones y no a las inversiones extranjeras ya existentes en el país.
La industria de la automoción en China se ha desarrollado de forma vertiginosa durante los últimos años, por lo que ya se considera el primer fabricante del mundo en el mercado de vehículos nuevos.
Para el 2013, se espera una producción de 19.6 millones de vehículos frente a los 18.3 que fabricará Europa. Y para el 2015 se prevé que China venda más vehículos que la suma de las ventas totales en EEUU, Japón y Alemania.
A día de hoy, el mercado chino sigue siendo liderado por marcas extranjeras y empresas mixtas con inversión extranjera, ya que el consumidor sigue prefiriendo las marcas foráneas a pesar de la evolución de las marcas locales.