La política de Hijo Único fue impuesta en el país asiático en 1978 con el objetivo de controlar la natalidad y reducir el crecimiento excesivo de la población o superpoblación.
El gobierno defiende que sin esta limitación, ahora serían 400 millones más que el censo del año pasado, que marcaba 1.300 millones. Además, hubiera sido un grave problema ya que el país no hubiera podido cubrir las necesidades sociales de su población. Si no se hubiera controlado, hubiera provocado una escasez en los recursos y no hubieran podido educarlos ni emplearlos.
Estas restricciones tienen sus diferencias, en cuanto a su aplicación se refiere, dependiendo de si son zonas urbanas o rurales. En las grandes ciudades solamente se permite que los matrimonios tengan un hijo o dos si el primer niño es femenino o con deficiencias físicas o psíquicas. Para los niños adicionales, se exige pagar penas monetarias. A las parejas con más de 2 hijos, se les multa con la retención del salario, la anulación del acceso a los servicios sociales o incluso el encarcelamiento. Sin embargo, muchas familias más pudientes se salvan pagando las multas exigidas.
En cuanto a los padres que siguen la norma, tienen aumentos de salario o sueldos adicionales, consiguen más beneficios para su jubilación, más beneficios en la elección del trabajo o incluso, pueden conseguir una casa gratis.
En el año 2011, la provincia de Guangdong, había solicitado al gobierno central de Beijing permiso para que los matrimonios pudieran tener dos hijos si el padre o la madre eran hijos únicos. Además de exigir mayor flexibilidad si las madres procedían de minorías étnicas o retrasar y espaciar la natalidad.
Los expertos recomiendan que para el 2015 se suprima definitivamente ya que a largo plazo, la pirámide poblacional se invertiría produciendo terribles consecuencias en una nación que sería incapaz de sostener su sistema de seguridad social con pensiones y salud pública.
En cambio, el pasado mes de marzo, el subjefe de la Oficina de la Comisión Estatal para la Reforma del Sector Público, Wang Feng, explicó que el país se está enfrentando a una creciente presión generada por el desequilibrio de los recursos y población. Y desmiente los rumores sobre el cese de esta política debido al rápido envejecimiento de la población, añadiendo que “China no cambiará su política estatal básica sobre la planificación familiar”. Además se espera que esta Comisión se una con el Ministerio de Salud Pública.
Las consecuencias de esta política han provocado que el nacimiento de los bebés se base en la selección de sexos, nacen más niños incrementando cada vez más la carencia de mujeres, la población es cada vez más mayor produciéndose el problema “4-2-1” (el nieto que deberá financiar a sus padres y a sus abuelos) y ha provocado el incremento del “turismo de natalidad” yendo las mujeres a Hong Kong u otros países extranjeros para poder dar a luz. En el futuro, habrá poca gente en edad de trabajar para poder financiar a los mayores y se producirán fuertes desequilibrios sociales. Además, se prevé que para el 2020 haya 40 millones de hombres solteros ya que nacen 130 varones por cada 100 niñas.
Sin embargo, se puede apreciar que esta política ha podido cumplir su cometido desacelerando el crecimiento de la población y aumentado el ritmo de crecimiento económico del país, además de reducir la pobreza. También es destacable que, a día de hoy, el hecho de que nazcan 18 millones de niños al año, muchas marcas occidentales han visto en ellos su potencial, sobre todo, en productos para bebés, que están siendo exportados a China.
Esta polémica, siendo para muchos agresiva como útil para otros -ya que tiene el 75% de apoyo por parte de la población- está provocando que las generaciones posteriores, nacidas desde su imposición, estén siendo cada vez más consentidas al ser hijos únicos, además de promover la mentalidad de retrasar la edad de matrimonio; estos jóvenes disponen de mucho tiempo libre y mucho poder adquisitivo. Nuevas tendencias que deberían ser tenidas en cuenta a la hora de estudiar el comportamiento del consumidor chino.