El Mercado de la cosmética en China se ha convertido, tras varios años de desarrollo, en el segundo mayor mercado de Asia y el octavo del mundo, donde el consumo de lujo es superior al 20%. El marketing de fabricantes y el fortalecimiento de la distribución de los productos han influido en el aumento de las ventas, proporcionando al consumidor un mayor conocimiento sobre el producto. Incluso, muchas empresas del extranjero han optado por implantar centros productivos en China para así acabar con las barreras de comercialización y distribución de los productos importados.
El mayor importador de estos productos en el país asiático es Francia, seguido por Japón y Estados Unidos. Incluso existen unas 1500 fábricas se encuentran en la alrededores del río Perla (provincia de Guandong), unas 400 en las zonas de Shantou y Chaoyang, y el resto en Zhejiang (Yiwu), Shanghai y Jiangsu.
Asimismo, la venta de perfumes de alta gama ha tenido un gran éxito gracias al incremento de la riqueza y de la disponibilidad de los productos. Otro factor que ha influido en su crecimiento, es la aparición de nuevos grandes almacenes y tiendas especializadas de fabricantes internacionales como Sasa y Sephora, y también de algunas cadenas locales como Thousand Colours.
Además, este producto está muy cotizado entre las mujeres chinas ya que su coste es muy elevado y su adquisición muestra riqueza y alto nivel social, porque son productos con elevado coste, un aumento influido por las tasas de aduana, incluso muchas de ellas viajan a Hong-Kong para conseguir los perfumes a un precio muy inferior del que pagarían en territorio chino, ya que Hong-Kong es territorio aduanero separado del resto de la República Popular China y las empresas extranjeras que importan aquí no pagan impuestos de aduana.
Sin embargo en China existen las tasas de tarifa, que incluyen las de arancel de importación que constan de dos categorías: las de tarifa generales y las tarifas preferenciales. Aparte de estos aranceles también se aplica el impuesto de consumo y el IVA. El impuesto de consumo, que varía del 3 al 45%, es fundamentalmente utilizado sobre los artículos de lujo, entre los que se encuentran los perfumes y cosméticos, que a su vez están sujetos a un IVA del 17%.
Por otro lado, en China existe un concepto de cultura de belleza diferente a Europa, ya que las mujeres chinas asocian la piel blanca a clase alta, símbolo de belleza y distinción social, con lo cual prefieren cosméticos de efecto blanqueador, al contrario de la tendencia occidental de mantener una piel bronceada. Para la cultura china, la piel oscura es vulgar ya que indica ascendencias rurales y campesinas.