El consumo de alcohol en China es aceptado socialmente desde tiempos remotos y sobre todo relacionándolo con festividades y eventos sociales. Sin embargo, a medida que el país se va modernizando, se está convirtiendo en una de sus mayores preocupaciones.
Desde mayo del 2011, las leyes en China en este sentido se vieron modificadas y endurecidas quedando, por ejemplo, terminantemente prohibido el consumo de alcohol en horas de trabajo entre los empleados del gobierno.
También se tuvieron que modificar las leyes con respecto a conducir ebrio en China; las penas en el caso de tener un 0.02% de alcohol en la sangre equivalen a una multa de entre 200-500 yuanes y una suspensión del permiso de conducir de 1-3 meses. Por encima de 0.08% son 15 días de prisión, una multa entre 500-2000 yuanes y una suspensión del permiso de 3-6 meses. Estas sanciones son aplicadas en todos los casos sin necesidad de haber provocado ningún accidente de tráfico.
La cultura del “ganbei” (brindis) es considerada casi como una obligación profesional dada la importancia del alcohol en las relaciones laborales como en negocios.
Para evitar regresar ebrio, ha proliferado la existencia de aplicaciones móviles para smartphones -muy conocidas entre locales y expatriados- para poder encontrar un taxi gracias a la geolocalización sin tener que estar esperando en la calle durante mucho tiempo. Sin embargo, aún hay ciudades como Shenzhen en las que el uso de este tipo de aplicaciones está prohibido para evitar la competencia desleal.