Tras el último episodio donde explicaba cómo la burocracia ha ido sustituyendo la influencia del guanxi en las interacciones sociales en China y comentábamos que en realidad los chinos no creen en esa burocracia, simplemente, pasan por el aro porque no les queda otra… Hoy voy a hablar de algunos ejemplos que podrían contradecir esto y cómo conviven estas dos realidades. La alienación (desde un léxico marxista) en un entorno regulado y una titulitis aguda.
En primer lugar, un concepto que creo que he explicado con anterioridad, pero viene bien recordar porque nos ayudará durante este episodio: Los chinos son consecuencialistas. En general el ser humano lo es, pero es algo especialmente recalcable en la sociedad china.
¿Qué es esto del consecuencialismo?
En el análisis de todo proceso hay dos métodos de validación. Hacerlo de forma procedimentalista o de forma consecuencialista. Si somos procedimentalistas significa que creemos en el procedimiento más allá de los resultados porque estos, debido a ese supuesto buen procedimiento, llegarán. Nos obliga (de alguna manera) a acatar resultados que quizá no nos convengan.
Ejemplos:
“Si estudias mucho, aprobarás!” (el procedimiento podría estar equivocado, porque quizá no estudiaste bien)… Pero es una frase muy repetida por algunos padres.
“La ley es la ley”, una frase procedimentalista que nos viene a decir que si se ha cumplido con lo que dice la ley, deberíamos acatar el resultado.
Habéis escuchado alguna vez a los miembros de un partido decir: “Nosotros respetamos la independencia judicial y no vamos a interferir?” Eso es un intento de mostrarse procedimentalistas. Suele ocurrir cuando la sentencia les ha favorecido.
Ser consecuencialistas es que independientemente del proceso seguido (del procedimiento) me fijo en los resultados. “Da igual si estudiaste o si copiaste, lo importante es que sacaste la oposición”, diría un consecuencialista (bueno, no solemos mostrarnos consecuencialistas porque no suele ser políticamente correcto, en este caso no lo diríamos, quizá lo pensaríamos).
Cuando nos cuelan en una cola o abren un nuevo mostrador y el guardia de seguridad nos hace pasar los primeros, muy pocas veces ponemos en duda el procedimiento; en ese momento somos consecuencialistas. Cuando llevamos una hora esperando, está a punto de tocarnos, abren otra cola y la persona que acaba de llegar se pone a nuestro mismo nivel, ahí somos muy procedimentalistas; ponemos en duda el proceso por el cual el guardia a elegido quién debía unirse a esa nueva cola.
Un partido político que se queja de una decisión judicial es consecuencialista. Es decir, si el resultado no es el que espero es que el procedimiento estaba mal. El entrenador de fútbol que dice “yo no hablo de los árbitros, hay que dejarlos trabajar” se supone (se propone) procedimentalista. Es decir, me beneficien o me perjudiquen el sistema es justo y lo acato. Cuando ese mismo entrenador pierde y se queja de los árbitros está siendo consecuencialista. Me han perjudicado ergo el procedimiento (en este caso, las reglas del fútbol o la designación arbitral o lo que sea) es erróneo.
El deporte y en especial el fútbol es el paradigma perfecto no sólo en este tema del arbitraje sino por ejemplo en el planteamiento táctico. Hay quien sostiene: “Yo quiero que mi equipo juegue bien… Los resultados llegarán” (procedimentalistas) y hay quien en cambio dice: “Yo mientras gane a mi rival, me da igual que sea en el minuto de descuento y con un penalti injusto”.
El consecuencialismo chino
La sociedad China es muy consecuencialista. (no digo que todo el mundo sea así, no niego que haya excepciones, no hace falta que repita siempre esto pero China es un continente, generalizar es incorrecto… Somos conscientes).
Para intentar evitar que vuelva a salir un episodio de 40 minutos, simplifico, generalizo y seguramente seré injusto, pero como en todos los libros políticamente correctos que he leído sobre China no venía esta información y me ha servido y me sirve en mi día a día, aquí os la comparto.
No son sólo consecuencialistas pero son muy consecuencialistas.
Eres rico, ergo eres inteligente. Hace tiempo me entrevistaban en el podcast de la Entreprenuer Organization y me decía el director del programa (un consultor de éxito que da TED Talks y trabaja con CEO’s de las primeras empresas del mundo) que cuando da una charla en China no le escuchan… Porque él es una persona pobre que viene a dar lecciones a un rico. Claro, comentaba: “Es una locura. Yo he triunfado en la vida pero estoy intentando explicarle a una persona que tiene un yate de 60 metros cómo mejorar la suya… Y no me dan pie a ello”.
Y muchas veces ni siquiera sirve mostrar logros inmateriales. Porque eso supondría tener que razonar sobre la fuente de valoración que lo acredita como logro. Para escanearte de forma rápida y poder ubicarte en la carpeta correcta de mi cerebro es más fácil cuantificar lo material: «Enumera tus posesiones y mediré la eficacia de tus palabras”.
Más sobre consecuencialismo. No es esencial que haya amor en tu matrimonio, lo fundamental es que hayas encontrado un buen marido (o una buena esposa), que tengas tu hijo (lo digo en singular todavía… Porque en nuestra mente aún no nos despegamos de aquella la imposición del hijo único). Todo esto tiene sus derivadas, claro. Qué significa bueno cuando hablo de un “buen hijo?” Estudios universitarios, marca del coche que conduce, posición social u oficio de su mujer. Un buen marido, lo que os decía: «alguien que ha triunfado en la vida».
Profundizar ahí (qué es triunfar?) es optimizar una hoja Excel. Todo es cuantificable. Esto es esencial para entender no sólo este episodio sino en general a los chinos. En cuanto nos alejamos del álgebra, todo pasa a ser subjetivo, indemostrable, opinable y por lo tanto inexacto. Da pie a error. De hecho, fijaos. Álgebra, que viene del árabe “aljabar” significa reducir, simplificar un concepto hasta poder cotejarlo. Y el chino es una persona que te mira y te resume.
Suena todo muy crudo, extremadamente pragmático y quizá como lo cuento parezca que hablo de una sociedad sin pasión… Pero os diría que con el tiempo, habiendo conocido las dos culturas hay partes de ésta que me parecen hasta saludables.
He aprendido a valorarlas y no pocas veces me he planteado si algunas de estas costumbres, actitudes, etc. Son las de una sociedad que vive en el pasado y en algún momento nos igualará o por el contrario, son el futuro que nos espera.
El problema de la información asimétrica
Estudiando ese consecuencialismo llegamos a otro término que nos proporciona algo de luz para entender su fundamento. La asimetría en la información. Este es un concepto muy trillado en economía y, a mi juicio, muy poco usado en sociología. El ejemplo típico de información asimétrica es cuando vas a vender un vehículo de segunda mano. Existe una asimetría en la información porque tu vas a decir que tu coche ha dormido siempre en garaje y lo has tratado muy bien pero el comprador no puede saber si le estás mintiendo o no.
Otro ejemplo común es el de seguros de vida. Habitualmente contratas un seguro cuando ves un posible riesgo pero obviamente no lo explicas. Las aseguradoras intentan lidiar con esta asimetría en la información para descartar a los sujetos con una vida más temeraria aunque en sus cálculos cuentan que se les va a colar un porcentaje de ellos, pues resulta inevitable. Es lo que se llama selección inversa, son los peores clientes posibles los que buscan un seguro más frecuentemente.
Los chinos, debido a la barrera cultural… Que es bidireccional, no penséis que nosotros no les entendemos a ellos, pero ellos si nos entienden… O que los occidentales no son capaces de calcular la edad de un chino, pero ellos si notan los rasgos que nos delatan, no: estamos en las mismas. Ellos no saben cuando algo es de calidad o no lo es… Cuándo alguien es un experto con prestigio y cuándo no.
De la misma manera que nosotros no sabemos quién es el campeón chino de ping pong… Y antes de Google cualquier chino podía llegar a España vendiéndonos la moto (incluso en la era de internet continua sucediendo)… Los chinos no saben si ese doctor tan prestigioso de Serbia en realidad lo es o esa start-up portuguesa es tan interesante como parece para invertir. Si a nosotros ya nos cuesta… Imaginad si agregamos la barrera cultural.
Pues bien, de la misma manera que con los tests, con las mascarillas o con cualquier otro producto… Nosotros tiramos de controles de calidad y de otras herramientas para lidiar con esa información asimétrica y descubrir si nos la están colando, si hay alguna trampa oculta, algo que a simple vista no se detecta… Fijaos que el control de calidad es lo que hacen algunas aseguradoras para hacerte un seguro… Un testeo médico, es lo mismo! Una revisión profunda para reducir esas asimetrías y negociar ya con más igualdad en la información… Pues esto mismo les pasa a ellos.
Y cómo lo solventan? Con acreditaciones. Si en el episodio anterior hemos defendido que los chinos no creen en la burocracia, las certificaciones y todos estos papelitos que te dicen quién eres y lo que vales… Por qué nos los piden a nosotros? Primero, porque no tienen cómo juzgarnos y segundo… Porque saben que nosotros sí creemos en ello.
La titulitis como método de validación
Cuando no cuentas con un modo efectivo para valorar algo, lo que buscas es a alguien que lo haya juzgado previamente. Con un título has sido pre-validado, preseleccionado. Alguien más ha realizado un trabajo de investigación sobre ti, te ha valorado y has aprobado.
Esto funciona en muchas facetas de nuestra vida. Tendemos a valorar más las cosas, ideas, personas que han sido validadas previamente por otros. Por eso un bar lleno es más atractivo que uno vacío… O un chaval rodeado por dos chicas tiene más opciones de ligar con una tercera que un tipo solo en la barra. Porque para la tercera chica, hay dos que han pre-seleccionado a uno de ellos… Y como de salida tengo una información asimétrica con ambos, prejuzgo que el que está rodeado es más sociable, tiene conversación, no genera rechazo… Creo que se entiende.
La herramienta de la preselección es muy poderosa. Fijaos como ha cambiado el mundo del turismo con las reviews o en general el del e-commerce. Cómo demuestras que eres de fiar cuando hay una asimetría tan grande con el comprador que sólo ve una web donde todo podría ser mentira? Con alguien que previamente estuvo ahí y acredita que le fue bien.
Si viene un chaval a trabajar como entrenador de fútbol y certifica que trabajó en la selección española… Es alguien fiable, ese papelito dice mucho de él. Y quizá me diréis: “Y no es igual en China?”. No. Bueno, todo va cambiando. Pero hace unos años (no muchos eh… Ya estaba yo en China) ya no un papel que dijera que habías trabajado en la selección nacional… Es que los propios jugadores de la selección de fútbol china estaban allí porque sus papás pagaban para que jugaran. Veis la diferencia?
Una vez un amigo guineano me dijo que lo que yo hacía en China me haría de oro en África. Porque allí valoran a los europeos. “White people have ethics”. Los blancos tenéis ética. Esto mismo piensan los chinos. Y te lo dicen tal cual. Y no es que sea racista… Es que es una discriminación positiva inexacta… Desde nuestra perspectiva.
También porque yo vengo del sur de Europa donde se valora (o se tolera) más la picaresca, la astucia… Al final, lo que piensan los chinos de mí, yo lo pienso de los escandinavos. Quizá todos nos equivocamos. Probablemente intentamos ver blancos y negros y lo que hay es una escala de grises.
Pero más allá del tiempo que puedas invertir en convencerles de que tienen idealizada a la vieja Europa… Esa es la realidad con la que lidias en China. Es como el tema de la superstición al que dediqué un episodio. Da igual lo que tu creas lo importante, es lo que creen todos. Y en China creen que las certificaciones en Europa sirven, que un profesor universitario en Griego está ahí porque se lo ha ganado y que un producto por ejemplo Rumano es de calidad porque es europeo.
Aquí se junta un poquito que entienden como funciona la maquinaria de la burocracia (porque como os decía en el episodio anterior la sufren en sus carnes) con que nos ven a nosotros cumpliendo todo estrictamente, con nuestros valores y nuestra ética y ven la máquina perfecta.
Y si eso lo unes a lo consecuencialistas que son y su fórmula de cálculo mental para situarte en la casilla adecuada de su hoja Excel… Te encuentras que a un amigo Argentino con pasaporte italiano me dice que le cambia la realidad si enseña uno u otro pasaporte en su vida cotidiana. Que eso pasa en todo en planeta, así de miserables somos… Incluso diría que en China no es de los peores países, porque no es ese racismo de odio por verte inferior a nivel ADN o que les des asco o nada de eso, sino es un clasismo si queréis donde en su cabeza por esa asimetría en la información: «Como no tengo más datos sobre ti que me digas que eres de este país o de ese otro te clasifica totalmente”.
Las dos caras de la meritocracia
Suele decirse que China es una sociedad meritocrática… De hecho, más allá de la corrupción en el partido (un tema muy trillado y demasiado básico para los que intentéis profundizar), cuando indagas un poquito más descubres los ascensos, el progreso de un político es extremadamente meritocrático… Algo que sorprende gratamente.
Pero de nuevo, si sigues rascando, no en esos ascensos sino en general en la sociedad china, descubres que el término meritocracia es enrevesado. Porque el mérito se lo damos al que pasa el examen, no al que domina la materia.
Que asciende el político que sabe salir en la foto de los éxitos y ocultarse en la de los fracasos, que el mérito se lo otorgamos al producto certificado y no necesariamente al que funciona… Al final, para hablar fácil podemos decir que es un país meritocrático, pero si exponemos a debate qué es lo que consideramos un mérito, cuando entiendes de donde vienen, el consecuencialismo chino, su clasismo, su cálculo continuo… Y enebras todas esas ideas… Llegas a un término que engloba muy bien todo lo que estamos comentando: son en realidad meritocráticos o esa burocracia que les abruma los convierte más bien en credencialistas? Entendiendo como credencial algo que te acredita. Ya sea un título en el asunto de un catedrático canadiense o un descapotable en el caso de tu cuñado chino. Fijaos en la bipolaridad de esas credenciales y lo que valida y lo que no en función a si hablo de dentro o de fuera de China.
Y, centrándome en la parte china llevo muchos años dándole vueltas a este tema de la riqueza. Cuando me dicen que alguien es inteligente pues es rico y es rico porque puso una fábrica hace 15 años cuando escupías al cielo y crecía una flor… Quizá sí es inteligente, no lo dudo. Para mí su riqueza me dice algo pero no me lo dice todo.
En estos casos, les explico que si cogemos a ocho personas y hacemos que tiren una moneda al aire 4 dicen cara y 4 cruz. A las 4 que acertaron, les pedimos que lancen otra moneda, a las dos que adivinaron correctamente les decimos que de nuevo tiren esa moneda… Al final te queda una persona que no sólo ha acertado 3 veces seguidas, No falla jamás! Ese tipo es un gurú! Es básicamente lo que se hace con fondos de inversión… para engañarte (un día lo desarrollo más), pero si pensamos que alguien es inteligente porque montó un bar y le fue bien… imaginad si montó un bar, triunfó y con ese dinero invirtió en pisos en Bulgaria y le fue bien y con lo que ganó compró bitcoins y duplicó su dinero. Es posible que ese tipo sea un genio o que eventualmente esa persona tenga un 50% de posibilidades de acertar en su próximo negocio. Quizá algo más porque tiene mucha experiencia o puede que algo menos porque tiene un ego infalible que lo vuelve temerario. No hay nada que me de más miedo cuando me proponen un negocio que un socio que no ha fracasado jamás.
En China, esa persona que ha acertado 3 veces en el cara o cruz es un gurú incontestable y cualquier ciudadano chino le prestaría sus ahorros sin dudarlo. Aunque en la próxima ocasión en la que se lance la moneda al aire siga teniendo un 50% de posibilidades de acertar. Eso es el consecuencialismo chino en su máxima expresión. Me importa 0 en qué consiste el procedimiento de lanzar la moneda, lo único que sé es que ese tipo es capaz de predecir el resultado. Y le he visto hacerlo ya 3 veces. Estoy perdiendo dinero no apostando por él.
Más ejemplos sobre cómo los chinos no creen en la burocracia dentro de su país pero sí fuera. En el proyecto “Made in China 2025” donde colaboro, uno de nuestros objetivos es premiar a los mejores estudios de diseño. La idea del programa es mejorar los productos que se fabrican en China y que en un horizonte simbólico (el año 2025) se deje de hablar del “Made in China” como productos baratos, malos, etc. Pues bien, se dotó un fondo para premiar a estos estudios. Pero claro, volvemos a la información asimétrica. Cómo sé si un estudio de diseño o un diseñador es bueno? Fijaos que si me sacan de mi hoja Excel donde todo es cuantificable, o me llevas al arte me pierdo. Porque como os decía es algo subjetivo y todo lo subjetivo es opinable.
Bueno, pues como no tengo manera de cuantificar esa supuesta calidad, voy a buscar a un tercero que haya hecho una preselección. Alguien que me ayude a elegir porque ya pasó por ahí. Y quién podría ayudarnos? Los galardones. Un estudio con muchos premios de diseño es un estudio acreditado. Y este es un ejemplo sensacional de consecuencialismo, credencialismo y lo que os decía: esa dualidad entre lo que pienso con lo de dentro y con los de fuera de China. Voy a recompensar económicamente a los estudios más premiados, pero como en China nos conocemos, como sabemos que aquí las certificaciones dicen muy poco y si te doy un millón de RMB por cada premio que ganes, te vas a ir a los jueces y vais a negociar mitad y mitad… El gobierno de Beijing decidió premiar a los estudios que consiguieran galardones… Alemanes. En concreto dos galardones: Red Dot y IF.
Es decir, los chinos, con dinero chino recompensamos económicamente a los estudios chinos que hayan sido premiados pero como no nos fiamos de los premios chinos (que existen), vamos a hacer que esa preselección la hagan desde Alemania. Es sensacional.
Porque saben (mejor dicho, piensan) que los jueces alemanes son incorruptibles y que esa preselección será correcta, justa.
Cuando alguien ponga en duda lo que explicaba en el episodio anterior les explicáis este ejemplo.
La autoridad como ventaja competitiva
La semana pasada viví otro caso fabuloso. Me contactan de uno de estos hubs donde se colocan estas empresas de diseño y me dicen que están creando otro de programación. Literalmente “apps, chips y todo eso”. Pero en la misma ciudad, Hangzhou, hay otro hub y les ganan en prestigio porque tienen más “professors”.
No estoy seguro si se refieren a catedráticos que van ahí y supuestamente asesoran a las empresas del hub o dan alguna charla… Pero me decían otro hub tiene 6 “professors” y nosotros sólo 4. Estamos buscando más, pero me contactaba porque quería a un premio Nobel. Me dice:
–Adrián, podemos conseguir un premio Nobel?
–De qué?– respondí yo.
–De programación o algo así.
Con cautela y mano izquierda le dije que lo iba a mirar pero que no estaba seguro de que hubiera ningún premio Nobel de programación… El insistía así que nada, le dije que lo miraría. Cuando le preguntaba qué es lo que hacen esos “professors” me dice que nada… Sólo van ahí una vez, inauguran una placa, cobran lo suyo y ya no hace falta que vuelvan. Pero da un prestigio incalculable al lugar… La falacia de la autoridad en su máxima expresión. De hecho, de camino al hub hay unas casas de lujo que es donde supuestamente viven esos catedráticos pero están vacías. De nuevo, una placa te habla del tipo y de sus méritos… Pero ahí no vive nadie.
Es tan cómico todo lo que se sostiene en China a base de venderle cosas al mundo… Que el día que tengan que lidiar con la escasez y deje de haber dinero para chiringuitos ineficientes… Nos van a faltar palomitas para verlo todo.
En fin, este episodio era un poquito una continuación del anterior, que entendamos por qué sí no valoran la maquinaria burocrática sí te piden que presentes tu máster de una universidad de prestigio, porque como digo siempre los chinos compran lo que sale por la tele pero en cambio para un hidden champion es tan difícil vender en China… Algo con lo que tengo que lidiar con clientes que son muy buenos en lo suyo pero no tienen cómo acreditarlo.
Otro día hablo de cómo esa titulitis les ha servido también como filtro para limpiar china de extranjeros… De cómo los empresarios de Wenzhou, cuando descubrieron que las marcas de moda francesas e italianas vendían simplemente por su origen… Se dedicaron a registrar marcas en Europa y venderles a los chinos productos chinos supuestamente europeos, es decir, el arte de entender cómo piensa el público y cómo usarlo a nuestro favor.
Os dejo hoy con un proverbio chino:
前事不忘,后事之师
La experiencia del pasado, si no cae en el olvido, sirve de guía para el futuro.