«La tierra firme de china es tierra tan larga y poblada, que de cien partes una que lo que dicen sea, parece que es otro medio mundo. Entiéndese de ellos que admiten de mala gana que entren extranjeros en su tierra, y para esto era menester más gente y mejor que la que puede ir de México, porque los nacidos aquí están poco habituados al trabajo, aunque también se entiende que la gente de la china, con tener armas y caballos y artillería, tienen poco más valor que los indios”.
Esta es una carta de Martín Enríquez de Almansa y Ulloa, virrey de México, a Felipe II.
Hubo varios planes para conquistar China en diferentes momentos con entre 4.000 y 8.000 hombres. Según el optimismo del oficial que redactaba la petición. En 1574 Hernando Riquel, desde Manila, sugería que China podía conquistarse, literalmente, con menos de sesenta buenos soldados españoles. Estuvo hábil ahí en especificar… ¡que fueran buenos!
Independientemente de las bravuconadas de los conquistadores de cada época, China ha sido admirada y temida desde el principio de los tiempos. Temida por su tamaño, pero sobre todo por desconocimiento. El temor que nos supone todo lo ignoramos. El propio Napoleón dijo aquello de:
«Dejad que China duerma, porque cuando despierte, el mundo temblará”.
Una mente prodigiosa que supo ver hace 200 años lo que ningún líder occidental supo ver hace 30. Y en aquel momento contaba con muy poquitos datos.
Es curioso como todavía hoy, con el mundo globalizado y las tecnologías de la información a pleno rendimiento, China, sigue siendo ese gran desconocido.
Tanto que, como explicaba en el último episodio… Una marca de primer nivel pueda echar por la borda 30 años de crecimiento en un par de mensajes de texto.
Este podcast es un ejemplo palpable del interés que nos genera ese monstruo que ya no sabemos si nos vende, nos compra, nos invade o nos ignora… Y lo peor, ha habido momentos en los que no sabíamos ni siquiera cuál era la mejor opción.
Entendiendo a una civilización milenaria
En este episodio vamos a hablar de cómo piensan los chinos. Pero como nos llevaría horas, días o años un análisis profundo, voy a centrarme en un punto solamente: el pragmatismo chino. Y para no entrar en debates filosóficos voy a intentar hacerlo con ejemplos, algunos de ellos, de mis vivencias personales.
Antes de nada, tengo que advertir que un error que cometemos la mayoría de occidentales es comparar todo con nuestro lugar de origen. Los pisos son caros, el arroz barato, los edificios son altos, hace mucho frío, el cielo está muy gris… Más allá de las discusiones que tenemos incluso entre nosotros porque China es muy grande y cada extranjero tiene su propia experiencia… Las cosas no son caras o baratas, nuevas o viejas… En función a nuestro lugar de origen. Nuestro país, no es el standard de nada… Más allá de que sea el standard de todo, cuando no hemos salido jamás de él. Parece obvio, pero vale la pena recordarlo.
El pragmatismo chino
Y una vez puesto en valor este error terrible… Caigamos de nuevo en él. Los chinos son muy pragmáticos. Os lo dice alguien, romántico, soñador, que toma decisiones muchas veces con el corazón en lugar de hacerlo con la cabeza. Es decir, desde mi standard, que obviamente, no es el standard mundial ni lo pretende…, me sigue causando muchísimo interés el pragmatismo chino.
Voy a empezar contando una anécdota muy personal, de mi familia política china. La abuela era parte de lo que llamaríamos «burguesía china». Se dedicaban al té. Poseían tierras y tiendas en varias regiones. Tenía prohibido bajar a la primera planta y tenía que ser transportada a todos lados… A ese nivel en el que prácticamente hablamos de un ejército de sirvientes.
Tenía una educación alta y un linaje militar respetable. Se acordó matrimonio también con un militar. Durante la guerra, entraron en su casa y la saquearon. Su hermana se suicidó delante suya y ella, de todo el oro familiar sólo pudo salvar un anillo que se colocó en la boca. Fue reasignada al campo. Pasó de no haber pisado jamás una calle a tener que sobrevivir recogiendo arroz, siendo obviamente vejada por sus orígenes impuros día sí día también. Su marido huyó como la mayoría de los militares de nivel del Kuomintang a Taiwán. Pero al intentar reunirse con su familia fue detenido y reeducado durante 4 años. 4 años en los que no se sabía si estaba en un campo de concentración o en una cuneta… Un día aparece en casa, completamente irreconocible y mentalmente roto.
¿Qué decidiríais vosotros?
Este es el panorama. Llega el momento de casar a su hija. Hablamos ya de 1970 en el punto más álgido del comunismo en China. Después de todo lo que os he contado, ¿con quién pensáis que casaron a su hija? Pues, con un comunista. Una persona del partido, de buena reputación, que en aquel momento significaba “de origen pobre” y con sus tres últimas generaciones libres de sospecha.
Yo, vengo de España, no sé hoy, pero cuando yo era pequeño, todavía escuchaba en algunos lugares aquello de «mi hija que no se presente con un fascista» o, «si te casas con un rojo te desheredo».
Es una anécdota, quizá no le deis la importancia que le he dado yo siempre… pero me ha explicado muchísimo sobre las relaciones con los chinos. De cómo son. Mi marido fue torturado… A mí me destrozasteis mi vida… Pero, ¿quién manda ahora? ¿Estos? Pues a mi hija la caso con uno de ellos, porque lo que busco es lo mejor para mi hija.
Esto, desde la sangre caliente que tenemos en el sur de Europa, países latinos, etc. Esto creo que es muy difícil de encontrar.
Moviendo a miles de familias
Bien, sigamos con esta pareja…, ya la hija casada. Vivían en una zona preciosa llamada «el lago de las mil islas”. Un sitio muy recomendable a una hora de Hangzhou al suroeste… Y se llama así porque hay literalmente 1.000 islas dentro de un lago. Hoy en día, algunas de estas islas son hoteles espectaculares y no es un lugar muy caro. Bien, llegó un momento en el que el lago tenía que suministrar más agua porque la zona de Hangzhou-Shanghai no tenía suficiente.
El gobierno, decidió subir el nivel del agua en el lago, como un pantano más y con esta decisión, tres pueblos de 300.000 habitantes quedaban sumergidos bajo el pantano.
Esto me recordó mucho cada vez que en España ha habido un caso similar con un pueblo de 200 habitantes. Se encadenan al pueblo, hacen mención a que sus antepasados están allí enterrados y prefieren morir a abandonar el lugar, el político opositor de turno viene y da soporte a los vecinos…
Las hormigas no importan, importa el hormiguero
Todo esto no se da en China. En España quizá un pueblo paralice la obra necesaria para suministrar agua a una región entera, en China no. Aquí cuando le explicas al funcionario de turno que tu abuelo se ha encadenado a la tumba de su madre y que de ahí no lo moverá nadie… El funcionario te responde que el agua entra a las 12 y que o movéis al abuelo o ya sabéis donde queda enterrado.
Durante los JJ.OO. de Beijing, se obligó a empresas de construcción, empresas químicas, etc. A cerrar durante varios meses. El objetivo era ofrecer una buena imagen al exterior. Y el aire gris era un inconveniente.
El objetivo
Hay un objetivo claro y se actúa en consecuencia. No hay más. Sin sentimientos.
Durante la Expo en Shanghai, diría que fue en el año 2010… Yo estaba dirigiendo una fábrica en una provincia a más de 4 horas de Shanghai. Pero el nivel de iluminación necesario durante la Expo era tal, que nos limitaron el uso industrial de la electricidad a 5 días en un mes. No sé en qué sector les serviría… A mí, concretamente, me servían lo mismo 5 días que ninguno. Y tuvimos que lidiar con pedidos retrasados y un montón de problemáticas que se derivaron de ello.
Estas decisiones no sólo condicionan el mercado, condicionan también el carácter chino y lo aleja muchísimo del nuestro. Y es verdad que la globalización nos acerca… y en los últimos años nos ha acercado mucho pero todavía estamos muy muy lejos.
Hace unos días me contaba un cliente que estaban en una reunión por temas de acero y que por una nueva normativa ecológica en la región habían cerrado las plantas de producción de acero y estaban teniendo carencias en el suministro.
Diferencias en la manera de plantear el estado
Por un lado, hablábamos de esa manera tan tajante de decidir las cosas del gobierno… Que luego al compararlo con Europa pensábamos… Pero si es algo bueno, en Europa nunca se hará, porque el partido opositor se negará sea lo que sea, porque el fin es oponerse todo lo que hace el gobierno sea bueno o malo. Si se aprueba se lleva al tribunal constitucional, se para durante años o, bueno, cuando llegue yo al gobierno… Lo revocaré. Algo que hace que no se puedan hacer estrategias a 10-20 años vista; todo tenga que ser cortoplacista y pensando en las elecciones.
Me decía un periodista hace un tiempo si defendiendo tanto a este gobierno no estaba ya sufriendo algún tipo de síndrome de Estocolmo. Y honestamente, no lo sé, quizá sí.
Pero de verdad, lo que intento es quedarme con lo bueno de cada lugar… Y esta velocidad con la que se aprueban las cosas aquí, tiene obviamente muchos defectos pero le da a este país una agilidad inigualable.
Y en una época donde los cambios son tan rápidos y, cada vez van a ser más y más rápidos… Me parece que es un punto muy a favor.
Arrastrando nuestro voto en nuestras migraciones.
Y también me gustaría destacar un concepto que aprendí en un debate sobre la política americana… Y era sobre las migraciones que están sucediendo entre California que es uno de los estados con más impuestos de EEUU y estados vecinos como Arizona, Nevada o Texas, menos castigados por los impuestos. Muchos Californianos están migrando a estos otros estados, ya sea simplemente de manera oficial cambiando su residencia y continuando su vida en California, o realmente moviéndose allí, por un tema de impuestos.
Curiosamente, somos tan hipócritas que todos queremos una gran cantidad de servicios públicos como los que se pueden obtener en California pero aportando lo mínimo posible como sucede en Nevada. Cuál es la consecuencia de estas migraciones: que, como no somos conscientes de lo que estamos haciendo, con esta migración estamos también arrastrando nuestro voto y cambiando el lugar al que llegamos. Y se da una situación muy paradójica porque estos estados menos tasados están evolucionando a más impuestos porque la gente que llega viene con ideas muy sociales sin entender que se movieron a ese lugar porque les convenía más a nivel fiscal.
Comunidad de expatriados en China
Esto mismo destaco cada vez que puedo entre la comunidad de expatriados en China. Venimos de un lugar que nos ha expulsado a un lugar que nos da oportunidades, pero nos encantaría cambiar ese lugar y que se parezca más al lugar que nos expulsó.
Y ese nuevo neo-colonialismo porque al final colonizamos mentes con nuestras ideas, a priori futuristas, es de alguna manera macabro… Porque si consiguiéramos todo lo que nos proponemos y convertimos ese lugar que nos ha acogido en algo parecido a nuestro país, empobreceremos su economía como hicimos con la nuestra y los abandonaremos. Porque nosotros somos la fracción de población de nuestro país que fue capaz de salir, de emigrar y de adaptarse, por tanto, el esfuerzo de hacerlo de nuevo para nosotros es mucho menor que el del ciudadano medio… Que sufrirá las consecuencias de nuestra evangelización. Nosotros nos iremos con los bártulos a otro lado y repetiremos la operación, porque ese otro lado, volverá a ser un país en vías de desarrollo con oportunidades, nichos y un imaginario colectivo por crear.
Nuestro standard
Por eso, cuando hago autocrítica y me doy cuenta de la poca paciencia que tengo conduciendo o haciendo una cola o quejándome de los ruidos en un restaurante, me planteo si mi standard es el mejor posible o solamente uno más.
Y cuando pienso no, maltratar perros está mal… Y esto no tiene discusión, pienso también que si China fuera una provincia más de España nos encantaría ver corridas de toros también aquí. O si fuera una provincia más de EEUU nuestros niños nos contarían que hoy un compañero suyo ha llegado a clase con un revolver. En fin, que no sé hasta que punto tenemos la verdad absoluta y podemos explicarle al resto del mundo lo que está bien y lo que está mal.
El carácter chino
En este sentido, también me encantaría destacar otro punto del carácter chino y es su permeabilidad a la crítica constructiva. Puedes tener un debate, sobre la pena de muerte o el maltrato animal donde verás a tu interlocutor atento, receptivo, con ganas de aprender y con capacidad de cambiar de opinión, algo que creo hemos perdido en Occidente.
Esa misma conversación, con un aficionado a las armas en Estados Unidos, o una persona con educación machista de un país musulmán, me parece bastante más improductiva. Los dos estaríamos, con el botón pulsado, esperando que el otro termine para rebatir sin escuchar lo que nos está diciendo porque ambos contamos con posturas inamovibles.
Uno de mis mejores amigos, muy extremista a nivel político, tanto que era capaz de dejarte de hablar si te comprabas un coche japonés… Acabó viajando a Japón para ver con sus propios ojos lo que le explicábamos. Volvió, todavía convencido de que son el enemigo pero con la idea de que hay un montón de cosas que hacen bien y en las que China tiene que mejorar para ganarles en lo comercial y no en lo militar.
Me parece admirable esa tolerancia a las nuevas ideas y su flexibilidad para poder cambiar de opinión y mejorar.
Su religión es el dinero
El tema económico que quizá cuando hablamos del pragmatismo chino, es a lo que más nos referimos en nuestras críticas. Cuantas veces habré oído, de integristas cristianos o musulmanes que el problema de China es que no tienen religión y eso hace que su religión sea el dinero.
Bueno, para empezar, esto de no tienen religión o sí tienen religión me parece la típica generalización en la que caemos la mayoría hablando de China. No sé con quién estamos hablando para decir esto, pero hay gente más o menos religiosa, hay gente muy religiosa, principalmente cristianos y musulmanes chinos… Pero también budistas en algunas provincias muy religiosas. Y luego hay, sí, una mayoría tan poco religiosa como quizá los occidentales, ni más ni menos. Gente que atiende a Dios en días señalados del calendario, cuando se casa, cuando alguien cercano muere o cuando toca… Pero que en su día a día, no le queda tiempo para, no sé, cultivar su alma. Exactamente igual que cualquier país occidental que nos pueda venir en mente.
Pero es que, incluso suponiendo que no, que no creen en nada y su religión es el dinero. Me parece fantástico. Si es así y lo entiendes, los vas a ver venir de manera muy trasparente. No te van a venir con milongas y mandamientos que no cumplen ni ellos mientras te lo imponen a ti, dobles morales, visitar el prostíbulo el sábado noche y asistir a misa el domingo por la mañana, ¡no! Va a ser gente que venga de cara, sabiendo que lo único que le interesa de ti es tu monedero y que serás su amigo mientras tenga algo que obtener de ti. Pensemos cuantas decepciones nos hubiéramos ahorrado si nos hubiéramos planteado esto mismo desde pequeños en nuestros lugares de origen. Si no somos tan diferentes al final. Quizá, con sus virtudes y sus defectos, ellos lo que son es más transparentes.
La transparencia china
Me decía hace poco, una compañera, que un chino al que le pidió sus datos le contestó: “¿si tienes novio para qué quieres mi número?” y al principio le sorprendió como diciendo, bueno, que podemos ser amigos.
Ojalá todas las personas que conociéramos te dijeran a los 5 segundos, sinceramente, yo quiero una amistad profunda y que vayamos a pasear el perro juntos el resto de nuestra vida, yo quiero sexo salvaje en el lavabo y no volverte a ver en mi vida, yo quiero hacer negocios contigo porque eres demasiado tonto para tener todo el dinero que tienes y en mis manos le daría un uso mejor… No te lo dicen así, pero están mucho más cerca del nivel de transparencia que la actitud sibilina que nos caracteriza a nosotros y que nos parece más adecuada.
Me encanta cuando me vienen a una entrevista y les pregunto cuál es su objetivo en mi empresa y me responden: “aprender todo lo que pueda de ti para poder abrir la mía en 1 o 2 años y tener mi propio BMW”. Es genial. Tardé en acostumbrarme, ¡pero aprendí tanto!
Racismo en China
Cuando iba a alquilar apartamentos y el de la inmobiliaria me decía: «hmmm sí tengo el piso que buscas, pero en este condominio tendrás vecinos negros». En aquel momento me levantaba y me iba indignado. Pero ahora, lo miro en perspectiva y pienso: “no son racistas tal y como lo entiendo yo”, son pragmáticos. Anteriores clientes se han quejado de forma sí racista de que había vecinos negros y ellos me dan toda la información, sin filtros, para que yo decida. No todo el pragmatismo tiene que ser bueno.
A nivel personal, la vida conyugal china daría para varios episodios. Amigos que te cuentan que con 30 años ya duermen en camas separadas porque ya han tenido el hijo y el sexo se da por terminado. Me casé contigo para obtener un niño, ya tengo lo que quiero y a partir de ahora esto es una joint-venture para proveer a ese niño de todo lo que necesite hasta que nos dé un nieto. Estoy siendo muy crudo porque en un episodio no da para entrar en detalles… pero de nuevo, generalizando mucho, esto sucede.
La frase de “una boda no es un enlace entre dos personas sino un acontecimiento entre dos familias” cada vez se oye menos, pero que los hogares de parejas chinas se convierten en una suerte de co-living spaces… tal cual.
¡20 episodios ya!
Hoy hacemos 20 episodios ya… Gracias por estar ahí. Ha pasado de forma rapidísima… Creciendo brutalmente, ya hay episodios por encima de las 4.000 escuchas. Gracias, de verdad, a todos los que compartís los links, sabéis que intento no pedirlo en cada episodio, pero esto no se sostiene sin oyentes y la verdad es que está funcionando muy bien. Gracias de nuevo, por estar, por esos likes en Itunes y en iVoox, por suscribiros, por vuestro feedback y por todas las propuestas que me hacéis de temas.
Os dejo con un proverbio chino.
“El agua demasiado pura no tiene peces.”
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