Especializado en Comercio Internacional, hace más de una década se instaló en el país asiático para fundar la firma SedeenChina e incentivar la implantación de compañías extranjeras en China. Y ahora le ha tocado el turno de asesorar al gobierno justo cuando los tambores de guerra comercial con Estados Unidos resuenan con más fuerza que nunca.
Teniendo en cuenta que China no va a ceder y cualquier aumento en las tarifas aduaneras estadounidenses va a tener su respuesta inmediata, la escalada no interesa a nadie. Las dos estrategias que propone EEUU para vencer en la disputa son: 1) sanciones internacionales que China no va a aceptar y 2) frente común con países occidentales que ni cuentan con una gran sintonía con Trump ni tienen motivos para un enfrentamiento con China. El mejor escenario de salida del conflicto sería una negociación con China para que todo siga igual con una ligera concesión de algún punto poco importante que Trump pueda vender como un éxito ante los suyos.
Más allá de que la inestabilidad mundial no beneficia a nadie y que en un mundo inter-conectado, cuando se crea una tensión EEUU y China, los mercados se resienten también en Europa, a largo plazo podríamos pensar que si las dos grandes potencias se auto-impiden comerciar el uno con el otro, terceros podrían verse beneficiados. Productos como los agrícolas se verán afectados, el vino quizá sería un ejemplo visible. En cualquier caso, estaríamos suponiendo que estas dos potencias no se percatan de que hay un tercero beneficiándose de su disputa, que esos aranceles no se extienden también a terceros y que el conflicto no escala a nivel mundial.
Para ver con claridad los beneficios que podría suponer para España un aumento en, por ejemplo, los aranceles al vino estadounidense, es muy sencillo analizar el proceso contrario. El vino Chileno ha contado con una ventaja muy importante en el mercado chino al gozar estos dos países de un acuerdo de libre comercio.
El cambio de ciclo que estamos viviendo también afecta a la geopolítica. China es cada vez una pieza más importante en la partida que se juega en el pacífico y la sensación es que este cambio de liderazgo sólo puede ir a más. Al contrario de lo que se piensa en occidente, China y Corea del Norte no tienen una buena relación. En la última década, con la excepción del incidente de 2017, la relación de China con Corea de Sur ha sido bastante mejor que con Corea del Norte; a nivel comercial es muy superior. Es la presencia militar americana en las costas coreanas y, por ende, en las Chinas lo que incomoda más al gigante asiático. El conflicto con Corea del Norte se resolverá pactando una futura retirada de EEUU en Asia o no se resolverá.
Es complejo hacer una predicción. Incógnitas como la guerra tarifaria con EEUU o una hipotética tensión o desenlace en el conflicto con Corea del Norte pueden afectar severamente. China está invirtiendo en proyectos como “One Belt, One Road” a muy largo plazo para mitigar caídas futuras. Sin embargo, las matemáticas nos dicen que es difícil que un mercado que supone casi el 20% de la población mundial pueda seguir creciendo a estos niveles perpetuamente.
Entender a quién se dirige y cuáles son sus necesidades. Vender lo que nos gusta a nosotros rara vez suele funcionar, más aún con este público tan diferente a nosotros. De la misma manera, los canales de venta son distintos, las estrategias, la cultura empresarial, etc. El idioma ni lo menciono, porque lo primero que suele hacer un empresario es traducir su página web a chino, sin entender que ningún chino entrará jamás a ver su página porque en China es un sistema de comunicación/venta obsoleto.
A muy corto plazo, los productos tecnológicos. Hay una apuesta muy seria por la importación de conocimiento que está cambiando la concepción que tenemos actualmente de clusters de innovación mundial. Por otro lado, el turismo, la cultura, la gastronomía y en general todo lo que no es replicable es una apuesta segura a corto, medio y largo plazo.
¿En qué estado están las relaciones del Gobierno chino con el Gobierno español?
A nivel institucional son unas relaciones correctas. A nivel económico los convenios europeos impiden muchas veces relaciones bilaterales que podrían beneficiar más a España y, en estos momentos, benefician principalmente a Alemania. Las relaciones que está cimentando China con países africanos, latinoamericanos o centro-asiáticos son difícilmente replicables por este motivo.