No hay duda de que son muchas las ventajas que obtendremos al importar de China y las oportunidades de negocio que podremos generar si optamos por esta vía. Es por ello que resulta indispensable tener en mente algunos de los errores más comunes que se cometen en este tipo de situaciones.
Especialmente si es nuestra primera vez comprando en China, es bastante fácil que caigamos en algún error que puede ser bastante grave y acabar con nuestras expectativas de negocio.
¿Cuáles son los errores más comunes al importar de China? ¿Hasta qué punto son evitables?
Veamos algunos de ellos a continuación:
Mala elección del producto
Si fallamos en el producto seguramente todo el negocio que teníamos en mente se irá a pique, por lo que es vital prestar atención a este apartado.
Evidentemente no existe una fórmula mágica que nos proporcione el producto ideal, pero sí que podremos acotar cierta información para aumentar las probabilidades de éxito.
Si estás en plena búsqueda de un producto ganador una mala de decisión sería lanzarte a comprar un producto que esté muy de moda. Piensa que seguramente ese mercado ya esté saturado y solo aquellos jugadores que puedan competir con un mejor precio o con algún elemento muy diferenciador serán capaces de sacarle la última tajada. Siendo primerizo no te conviene entrar en ese tipo de batallas.
Prueba a investigar los productos que son tendencia en otros mercados, utiliza herramientas como Google Trends para intentar localizar tendencias de búsqueda e intenta acudir a ferias de productos para inspirarte.
No calcular bien los costes
Muchos emprendedores creen que simplemente pagarán por su producto el precio que ven en el vendedor de Alibaba de turno. Primero, ese precio probablemente no sea el precio final de dicho proveedor y segundo, hay muchos más costes que debes tener en cuenta a la hora de importar tu producto de China.
Plantéate que lo ideal sería que comenzases pidiendo muestras a varios proveedores para comparar, lo cual ya tiene un coste.
Los costes de envío pueden ser cuantiosos, así como los diversos trámites legales a realizar para completar la importación en tu país. Quizá a tu producto se le apliquen ciertos aranceles y no lo habías tenido en cuenta.
Y aquí podríamos añadir muchos otros costes extra que deberíamos incluir si queremos ampliar nuestras posibilidades de éxito. La cuestión es que los costes de importar un producto probablemente son mucho mayores de lo que te imaginabas, por lo que infórmate bien de todos los trámites para que puedas calcular tu umbral de rentabilidad en tu proyecto.
Creer que la única barrera es la del idioma
Negociar con un proveedor chino supone un proceso bastante complejo y va mucho más allá de que seamos capaces de hablar con él utilizando alguna herramienta de traducción.
Hay muchos factores culturales que intervienen en la negociación y que son vitales para que el proyecto se desarrolle como deseemos. Por ejemplo, puedes pedir a tu proveedor chino prácticamente cualquier cosa y lo más probable es que nunca te diga que no puede hacerlo, aunque habrá que ver que implicaciones tiene esto luego.
Tampoco deberías dejar ninguna elección bajo su criterio, porque puede que nos llevemos alguna que otra sorpresa desagradable. Digamos que has realizado un pedido de camisas y te encuentras con que los botones son cada uno de un color, ¿especificaste este pequeño detalle a tu proveedor? Este tipo de casos, aunque parezcan absurdos, ocurren realmente, y pueden tener consecuencia nada deseadas.
Si quieres evitar este tipo de situaciones y minimizar los riesgos, una buena opción sería contar con un servicio de asistencia de compras en China para que puedan intermediar y conseguir el resultado que estabas buscando.
No hacer branding con tus productos
Uno de los puntos más infravalorados y, quizá, causa del fracaso de muchos proyectos es la ausencia de branding a la hora de importar de China.
Una marca te posiciona en la mente del consumidor, da autoridad, prestigio y permite a un producto ser algo más.
Todavía hay demasiados emprendedores que importan productos, pero no invierten absolutamente nada en crear una marca en torno a ellos. Lo cierto es que es problema que se podría evitar de una forma bastante sencilla, ya que personalizar el producto y el packaging en muchas ocasiones supone una inversión ínfima en comparación con el retorno que puede proporcionar.
El hecho de que un producto tenga una marca detrás puede hacer que tener un precio de venta más alto sea algo que esté totalmente justificado, dependiendo del enfoque que queramos darle.
Querer ganar a tu proveedor
Muchos importadores negocian con sus proveedores chinos como si de una batalla se tratase en la que solo puede ganar uno. Esto es un completo error, ya que nuestro proveedor va a ser parte vital de nuestro proyecto, ¿no sería más lógico que ambas partes ganasen? Nuestro proveedor debe beneficiarse con nuestro proyecto, y si le intentamos presionar con los precios o los tiempos, puede que logremos cierta rebaja, aunque también se verá reflejado en la calidad y en el servicio.
Debemos ver a nuestro proveedor como a una especie de socio, y es nuestro deber que esté contento con nosotros. Un proveedor contento acabará desembocando en un mejor producto y servicio.
Mala distribución de tus presupuestos
Es muy común, sobre todo al comenzar a hacer negocios en China, que los presupuestos estén muy descompensados, haciendo hincapié en elementos que realmente aportarán poco al proyecto y dejando al descubierto otros que podrían ser clave para ganar en competitividad.
Por ejemplo, un fallo clásico lo encontramos en la búsqueda del proveedor. Muchos emprendedores se conforman con el primero que encuentran en plataformas como Alibaba y similares, pero si invirtiesen una pequeña cantidad en contratar ayuda para encontrar alternativas, es probable que diesen con proveedores con unos precios mucho más competitivos.
Otro ejemplo sería el hecho de intentar arañar unos céntimos en los presupuestos rebajando elementos como el packaging. Una buena experiencia en la percepción del producto a través de su envase y embalaje puede ser clave, y muchos emprendedores prefieren ahorrar en ese aspecto cuando el retorno de la inversión sería mucho mayor.
Creer que todo va a salir perfecto
En el mundo del emprendimiento el error forma parte del proceso de aprendizaje, así que procura que no te sorprenda el hecho de que las cosas no salgan como deseas, especialmente si se trata de tu primera incursión en China.
Puede que tu producto tenga algún tipo de fallo con el que no contabas, que los costes que tenías en mente se disparen por algún motivo oculto o cualquier otro tipo de circunstancia que te haga querer tirar la toalla.
Si bien es cierto que todos estos riesgos se podrían minimizar con la ayuda de ciertos servicios de asistencia de compras y controles de calidad, ni aún así se puede garantizar la perfección.
Pero eso ya lo sabes, y es que como emprendedor, a veces se gana y a veces se aprende.