En todas las operaciones comerciales de cualquier país existe el riesgo de fraude, en nuestra experiencia trabajando con China hemos visto situaciones diferentes y creatividad cada vez más desarrollada.
El caso que más nos costó detectar fue el que menos fraude nos parecía que podía tener: una empresa china contactó con nuestro cliente para solicitarle 500 unidades de un producto patentado y muy caro que nuestro cliente vendía en Europa. Generalmente las ventas eran de 30 unidades, o como mucho de 100, un pedido de 500 unidades le suponía una inversión y un riesgo importante, de ahí que nos llamara.
Comprobamos que el comprador chino existía, todo era correcto y estaba dispuesto a pagar el 40% de depósito que nuestro cliente exigía, es decir, no podía haber ningún fraude porque el comprador chino era el que desembolsaba el dinero.
Unos días después, el comprador solicitó a nuestro cliente que viajara a China a mostrar el producto al equipo directivo chino. Como el viaje era costoso (en tiempo, más que en dinero) nuestro cliente propuso enviar a uno de nuestros directivos occidentales en su nombre, y ahí los compradores chinos comenzaron a poner pegas, y poco a poco fuimos descubriendo la estafa, el objetivo era tan poco beneficioso para el estafador que no lo podíamos entender. Los compradores querían que el vendedor al llegar a China les pagara los gastos, cenas y demás homenajes que todo proveedor debe de pagar cuando está en una operación de venta, ¿qué hubiera supuesto para nuestro cliente? 4.000, 6000 quizá 10.000 € de gastos, no es poco dinero pero no suficiente para el tiempo dedicado a la estafa, pero la estafa existe, así que hay que tener en cuenta que si tenemos un comprador en China que antes de hacer el pago quiere que le visitemos, puede que esté esperando disfrutar de unos días de ocio a costa de un pedido ficticio.
En cambio, existe otro tipo de estafa que puede resultar una pérdida importante de dinero, y de tiempo, y quizá de algún contrato que esté en proceso, además es muy difícil de recuperar. Esta estafa la llevan a cabo los empleados de las fábricas, así que no sabes dónde puede estar, pero sí te podemos ayudar a no sufrirla:
Cuando se contacta con una fábrica en China, lo habitual es que el empleado o comercial sea tu contacto durante todo el proceso, es decir, el dialogo y la confianza se incrementan mientras cierras los detalles de la operación. La estafa surge en el momento en que te envía la factura proforma para el pago del 30% de depósito con el que garantizas que comenzará la compra de materia prima y fabricación por parte de tu proveedor.
Si te encuentras en una situación de fraude, lo que puede suceder es que el empleado te enviará la factura de la empresa pero los datos bancarios serán los suyos personales, en un pedido de 100.000 dólares estamos hablando de un depósito de 30.000 USD, que una vez recibidos en su cuenta, desaparecen junto con el empleado. La rotación laboral es tan alta y tan habitual que el empresario no sospechará hasta que el cliente llame reclamando su pedido, en muchas ocasiones 20 días después del ingreso, esperando para hacer el pago final… así que cuidado, confirma que el nombre de la empresa y el beneficiario es el mismo antes de realizar un pago y, si es posible, habla con algún gerente más de la empresa antes de realizar el pago al menos tendrás una doble garantía.
blog@sedeenchina.com