Muchos de los productos que se compran en Europa están fabricados en China. De las fábricas no conocemos nada, o casi nada, ya que ni imaginamos como son en realidad.
Tras pasar dos días visitando fábricas chinas en la provincia de Zhejiang, realizando un control de calidad de las mercancías, ahora conozco un poco más cómo se trabaja en China, en este caso en las fábricas de gafas. Me llamó la atención que viven y trabajan en la fábrica, además las habitaciones donde trabajan son pequeñas, están llenas de mercancías, máquinas y muchas personas elaborando las gafas. El trabajo se distribuye de una manera mecánica y en cadena: uno monta el cristal, otro pone las pastillas, otro estampa los números de serie o la marca, otro comprueba que no haya ningún fallo, y finalmente las empaquetan. Por otra parte, pude visitar varias fábricas diferentes, a fin de tener una amplia visión sobre las fábricas en China, ya que no todas las fábricas trabajan de la misma manera, ni tienen las mismas características.
Cada una era diferente, cada una tenía un estilo, pero en general todas tenían la misma rutina, todo es un proceso mecánico. Las zonas donde se localizan las fábricas suelen ser a las afueras de la ciudad, son improvisados polígonos industriales, con viejos edificios como fábricas, donde muchas personas trabajan y conviven al mismo tiempo.
El control de calidad es exhaustivo y minucioso, donde se revisa cada mercancía al menos una muestra de cada caja, en este caso un lote de gafas de cada estilo, y si existe un fallo común en dicha muestra, se examina el resto de la caja, comprobando si el fallo afecta a toda la mercancía.