La financiación del mayor proyecto de infraestructuras que la humanidad haya conocido no es algo que pueda dejarse al azar. Para poder financiar las conexiones desde Asia con África y Europa, China el desembolso puede llegar al billón de dólares en los próximos años, hay que tener en cuenta que ya se han invertido unos 50 mil millones de dólares, síntoma de la seriedad con la que China se toma este proyecto.
Durante años se especuló con lo que iría a hacer China con las inmensas cantidades de divisas internacionales, especialmente dólares, que atesora. En efecto, desde los años del presidente G. W. Bush, China ha sido uno de los principales compradores de dólares en el mercado de deuda internacional, de manera que ha llegado a tener las mayores reservas de la moneda americana existentes en el mundo fuera de los EEUU.
China ha invertido en macroproyectos de infraestructuras en su territorio, en investigación militar y aeroespacial y con la nueva ruta de la Seda, China genera las más altas expectativas para multitud de países que pueden verse afectados. En efecto, se trata de apoyar esas infraestructuras en países de tránsito y destino que, en muchos casos, además de servir para los objetivos de China, se encuentran entre los más pobres del mundo.
Sin duda no es sólo uno de los proyectos más sólidos que se están dando a nivel mundial en el marco de las infraestructuras sino también en el aspecto financiero.
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