Recientemente se ha debatido en la televisión sobre el futuro de los ahorros de los españoles y las similitudes y diferencias que existen entre la situación actual de España y la que se vivió en Argentina con el famoso «corralito».
En el programa de televisión «Salvados» se ofrecieron distintas alternativas para todos aquellas personas que tienen dinero ahorrado y piensan que pueden perderlo si la situación va a peor.
Se hablo de sacar el dinero del banco y ponerlo debajo de una baldosa, pero tal como dijeron aumenta las posibilidades de ser robado, se pierden los posibles intereses y si el Euro desaparece, nuestro dinero en euros lo hará también, este en el banco o en casa.
También se hablo de la opción de comprar oro, algo que parece viable si no fuera porque hace poco alcanzó su valor máximo y desde entonces ha ido cayendo.
Tu dinero en Hong Kong
Por ultimo se hablo de enviar el dinero a paraísos fiscales o similares. Como argumento en contra, se dijo que era muy complicado y costoso crear esas cuentas.
Debemos decir que muchos de nuestros clientes cuentan con empresa propia en Hong Kong y cuenta bancaria propia fácilmente controlable por internet.
Como aclaración, Hong Kong ya no esta considerado por España como paraíso fiscal y no es en absoluto ilegal tener tus ahorros en una cuenta de ese país. También aclarar con respecto a otros paraísos fiscales que no es ilegal tener nuestros ahorros en ningún lugar del mundo, lo que es ilegal es no declararlo.
Las ventajas de Hong Kong son innumerables. No se pagan impuestos, el dinero se mueve de forma rapidísima (podemos reenviarnos dinero en cuanto lo necesitemos), las comisiones son muy bajas, podemos cambiar de divisa en cualquier segundo desde nuestro ordenador, contamos con el respaldo de los banca privada mas importante del mundo, el país tiene una estabilidad incontestable e incluso su pequeña y humilde moneda, parece mas segura que el euro o el dólar. Por supuesto, podemos tener nuestro dinero en moneda local, dólares, euros, libras o en cualquier otra moneda. También podemos ir cambiando «partes» de nuestro dinero diversificando el riesgo.