Me habéis hecho una pregunta interesante en los comentarios de YouTube y es cómo casan dos ideas que defiendo en mis análisis, que son, por un lado que los chinos son muy ahorradores y por otro lado que los chinos son ostentosos en su consumismo, lo que se podría interpretar como que son consumistas.
Y la realidad es que sí, estás dos afirmaciones a priori contradictorias conviven en China.
Acompañadme porque en este episodio vais a averiguar más sobre esta cultura , vais a entender más cómo piensan los chinos y esto os va a servir tanto si trabajáis para una empresa china o una empresa que compra o vende sus productos en el gigante asiático, tenéis o queréis tener una pareja china o por simple curiosidad… Por ampliar vuestra cultura general.
Primero antes de nada, disclaimer, generalizar no es bueno; China son tres Europas, conviven todo tipo de realidades, generalizo, de puntillas, porque si no sería imposible hablar de China pero recordad, si ya en España sería difícil generalizar, no ya en Europa, donde un Griego es muy diferente a un Irlandés o a un valenciano, imaginad si hablamos de 3 Europas. Da pie a como digo siempre, que cada extranjero tenga su propia experiencia en China y en ocasiones estas sean contradictorias, cuidado ahí porque muchas veces caemos en la falacia de evidencia anecdótica.
Lo que nos pasa a nosotros es sólo un fragmento de la realidad y no define toda la realidad. Esto incluso dando por sentado que seamos buenos analizando lo que nos pasa a nosotros. Porque no es lo mismo información que conocimiento. Hay gente que ha vivido 20 años aquí y no ha entendido absolutamente nada.
Dicho esto, los chinos de media son una de las culturas más ahorradoras del planeta. Con muchísima diferencia. ¿Significa que todos los chinos son ahorradores? No. Pero tienen una tendencia cultural al ahorro, que no voy a profundizar aquí, lo tenéis explicado en vídeos anteriores.
¿Y por qué veo los casinos repletos de chinos, los vemos también siempre en las máquinas tragaperras, tragamonedas decís en Latinoamérica? Por lo mismo que cuando digo que los chinos ya no vienen a nuestros países me decís que no es verdad porque al vuestro siguen yendo. Tenemos un problema, el tamaño de China nos desborda y caemos en una falacia de «negligencia de la proporción». Sí, los chinos son un quinto del mundo con lo que en si dividiéramos el mundo en compartimentos de 5 personas, en todos los compartimentos habría un chino. Esto a veces lo obviamos o directamente no somos capaces de procesar ese rango de magnitudes.
Más allá de que sí, en el tema del juego… podríamos entrar en otra contradicción, que daría para otro episodio, me dejáis en los comentarios si os interesa este tema, cómo es que por un lado explico que los chinos son pragmáticos y por otro que son supersticiosos… Efectivamente, el tema del juego se debe a que los chinos creen en la suerte y eso los empuja a veces a apostarse su dinero, (el dinero que no tienen, su casa o su coche…) en un casino.
Pero, de nuevo, los chinos son muchos, lideran cualquier estadística en números absolutos pero no siempre en números porcentuales, intentemos gestionar esta toma de datos cuando hacemos análisis y generalizamos.
Paso por encima del tema generacional, que requeriría un análisis más profundo. Cómo las generaciones más mayores son más ahorradoras y eso va cambiando en las generaciones más jóvenes que no han sufrido lo indecible por llegar a su estatus actual sino que se lo han encontrado todo hecho. Obviamente, dentro de esa media que los convierte en el país mas ahorrador del mundo, los adultos mayores estarían estirando el dato hacia el cielo mientras que los jóvenes lo americanizan por momentos.
Bien, entonces sabemos que son ahorradores, en general, de media… Y que en todo caso, esos chinos que pueden llegar a dilapidar su fortuna en una noche son ejemplos aislados, que se multiplican en todo caso por el tamaño del país, y pesar de que los jóvenes son mucho menos ahorradores la media todavía nos da altísima. Sí, así es.
Seguimos, entonces… ¿Cómo casa esto con el consumismo? Vale, aquí voy a puntualizar algo, porque a pesar de que yo en alguna ocasión sí puedo haber dicho que los chinos son consumistas, de nuevo, eso son análisis de brocha gorda para entendernos, siendo más específico más preciso en el análisis que algunos valoráis para llegar a ese nivel de comprensión más profundo de la cultura china, más que consumistas diría que son ostentosos en el consumo. Lo cual claro los convertiría en consumistas si no es porque, precisamente, son generalmente ahorradores.
¿Cuál es la diferencia? Fijaos, os cambio de tema, seguidme que en seguida lo enlazo. Yo, a pesar de lo que podáis pensar por mi presencia en redes, soy introvertido, de hecho, en la medida de lo posible intento no aparecer aunque mi equipo de tanto en tanto me pide que coloque mi cara porque eso aporta cercanía y todas esas cosas.
Ahí tenéis a Jabiertzo, un canal súper recomendable que os enseñará muchísimas cosas de la China real… A mí me cuesta más. De hecho, empezar a emitir en podcast y después en YouTube exponiéndome, fue un reto justamente para salir de mi zona de confort en esos objetivos anuales que defino todos los años en mi crecimiento personal. Bueno, pues llegó un momento que pensé que podía llegar a ser anti-social.
Me he pasado varios años en la china interior viviendo en las fábricas que iba poniendo en marcha y en aquellos años me podía pasar meses sin salir de la fábrica y vivía cómodo conectado con el mundo exterior únicamente a través de redes. Y mi nivel de chino no mejoraba, nadie hablaba mandarín ahí. Mi nivel español empeoraba y el de inglés mutaba a un acento raro que copiaba para sobrevivir. Me fui alejando tanto de mis amigos, contactos, etc. además, tan felizmente… que llegué a pensar que era un anti-social.
Un día, descubrí una frase que me encantó, me sirvió de coartada y me permitió reinsertarme en la sociedad: los introvertidos no son anti-sociales, son selectivamente sociales. Bueno, algunos si puede ser que rocemos algún tipo de patología siendo extremadamente selectivos. Tanto que no parece ser ese el problema, pero, sirve como excusa.
Bien, si habéis entendido esto, voy a extrapolar el concepto. Los chinos no son consumistas, son selectivamente consumistas.
Y alguien me dirá, claro, como todos. Y sí y no, y aquí es donde entra la parte de la ostentosidad. Todos somos selectivos en nuestro consumo en función de nuestros ingresos, nuestros gustos, nuestra aversión al despilfarro, etc. China es una sociedad de apariencias. Por eso a veces nos cuesta descifrar lo que es real de lo que no, qué hay detrás del velo.
Y en esa sociedad Los chinos son naturalmente ostentosos. Es decir tienen a maximizar un consumo de nivel alto y eso lo tienen que compatibilizar con unos niveles de ahorro altos… y todo ello con unos ingresos medios que no son los más altos del planeta. Es decir, A+B, gasto más ahorro, no puede superar C a menos de que quieran endeudarse, que iba a decir que no es lo habitual pero alguien podría contradecirme con cifras, eso daría para otro episodio de contradicciones.
Quitando el endeudamiento de la ecuación, si C, mis ingresos, son limitados, B, mi nivel de ahorro, quiero mantenerlo constante, ¿Cómo maximizo A, mi nivel de gasto, en productos ostentosos, extravagantes, lujosos que irremediablemente van a ser muy caros? Seleccionando muy bien lo que compran. Y os voy a poner un ejemplo, para que veáis a lo que me refiero que no sé si os va a volar la cabeza pero al menos va a ser muy ilustrativo, porque hasta ahora podríais pensar que todo lo que estoy diciendo es aplicable a cualquier cultura.
Si tengo unos ingresos limitados, quiero ahorrar y a la vez quiero ser ostentoso, ¿Cómo conjugo todo ello? Maximizando mis compras de productos que son visibles por el resto de la sociedad y, minimizando los invisibles. Y cuidado porque esto es importante.
En episodios anteriores os he explicado que cuando un chino te mira, te resume. Y básicamente lo simplifico en 3 objetos. Tu reloj, tu móvil y tu coche. ¿Por qué hacen esto? Porque todo el mundo presume de ser un gran empresario, o entran en mi tienda y me dicen que son un gran comprador, o quieren ligar conmigo y me dicen que sus intenciones son honestas… Todo esto está muy bien, y si soy un chino, no lo pongo en duda, pero como es incomprobable, ni entro a valorarlo, me resbala.
En ese pragmatismo materialista tan cautivador (al menos para mí) que me vuelve loco de esta cultura, si me vienes a vender la moto… fantástico, cuéntame todo el sermón de lo buenos que son tus productos, de lo mucho que vendes en EEUU, de lo fiel que has sido en tus relaciones anteriores, palabras, palabras y palabras. Llevas un reloj de 75$, un móvil que ni siquiera es un Iphone y seguramente no es el último modelo y has llegado en un taxi. Lo que puedo ver de ti, la realidad demostrable, no me convence.
¿Qué me vas a pagar una copa? Genial, debes pensarte que eres el primero que lo hace. Puedes pagarla sí, y seguiré hablando contigo hasta que aparezca alguien más interesante. Que de nuevo, no es alguien atractivo, bien vestido o con modales exquisitos, os habéis equivocado de país.
Una vez más, lo digo para todos aquellos que me explican una realidad en el que no vivo y ponen en duda lo que cuento porque lo han leído en un libro, China es el país más materialista, egoísta, clasista, ambicioso e individualista del planeta. La antítesis más absoluta de lo que veo en algunos comentarios, pero si queréis seguir quedándoos con unas siglas o con lo que dice un político por la tele, todo bien.
Yo busco maximizar beneficios. Así de crudo. Cuando uno apuesta su dinero, se acaba el romanticismo y uno termina siendo muy escrupuloso con las palabras en los análisis.
Podemos tener todos los debates filosóficos que queráis, pero por favor, que tengan algún tipo de asidero con la realidad. Si no, acabamos discutiendo sobre el sexo de los ángeles.
Y como os decía si volvemos a la fórmula A+B=C con B y C constantes, si dentro de A está todo mi consumo, una parte de mi consumo son bienes extraordinariamente caros y otra parte son… la canasta básica, los bienes del día a día, lo que necesito para mi subsistencia, etc. Pues ahí tenéis la ecuación resuelta. Los chinos, que saben cómo son ellos mismos, maximizan todo lo que van a ver otros chinos y minimizan todo lo que no van a ver.
Es decir, van a vivir en un apartamento que nosotros consideraríamos lamentable, van a comer comida basura que es más barata y si es con delivery sale todavía más barata, van a gastar lo mínimo en decoración, no van a invertir en calidad en su vida personal o íntima… o en lo que nosotros pensamos que es calidad. No sé, no van a invertir en una buena almohada, o en comprar verdura orgánica, no van tener un sofá de super lujo en casa ni se van a renovar la cocina mientras aguante.
Los que tenéis amigos chinos habréis visto que si no tienen ya una vida en bajada, me refiero a una pareja de 45 años para delante, que ya esté retirada y tengan ya al hijo colocado, difícilmente os invitarán a su casa… Porque están en la fase de sembrar y su casa es el museo de los horrores.
Paréntesis, esto desde análisis absolutamente ignorantes de China lo confundimos con pobreza. Recordad, es consumo selectivo. Como os digo, gente en sus 30 que esté trabajando horas extras y compre comida basura, porque su objetivo es ahorrar para la universidad de un niño no os invitará a ver su casa. Si os quiere vender algo, intentará que os quedéis con la fachada. Su coche, los restaurantes de lujo con los que os impresiona, más adelante os invitará a la boda de su hija, por todo lo alto sí, pero viven en un zulo. Ni os hablo de los inmigrantes que trabajan lejos de su hogar y nadie sabe dónde viven. El ahorro está absolutamente direccionado a los regalos que harán cuando vuelvan a casa por año nuevo y quieran impresionar a su familia.
Tengo una anécdota, una amiga de mi mujer que conducía un Ferrari en Yiwu (es otra amiga, es bastante común esto). La llevó a su apartamento a recoger unas cosas, y por supuesto la dejó en el coche esperando porque no le iba a enseñar su casa. Lo curioso no es que viviera en un apartamento lamentable, los que conocéis Yiwu ya sabéis que los dueños de las tiendas viven en el centro antiguo de la ciudad, lo más interesante es que los primeros pisos del edificio eran un prostíbulo.
Y mi mujer le dijo… «¿Pero cómo puedes vivir aquí?» (Obviamente no quiso añadir, teniendo un Ferrari). Y respondió, «Hěn fānbiàn»; esto en chino literalmente significa, es muy cómodo vivir aquí, en realidad, quería decir… No preguntes… Es mi vida.
Claro, de algún lugar tiene que salir todo ese ahorro que me permite tener un perfil ostentoso. ¿Dónde gasto además de mi móvil o mi coche? En mi bolso, en zapatos, en el gimnasio, porque ir a un buen gimnasio me posiciona socialmente, en cirugía estética, en mis viajes, donde voy a gastar lo mínimo intentando llegar a las mejores fotos posibles porque no viajo para vivir una experiencia sino como parte de mi ostentosidad, viajo para poder explicarlo.
Por eso las redes son tan importantes en China, por eso están a años luz. Porque todas esas discusiones sobre la vida fake que tenemos en Facebook o en Instagram y como las nuevas generaciones quieren ser influencers y todo lo demás, aquí no sólo las hemos vivido antes sino mucho más potenciadas, porque esa ostentosidad está hipertrofiada con anabolizantes en China.
Por eso, la frase que ha dado pie a este episodio y por la que preguntaba Víctor Manuel, un chino no se compra un IPhone por sus características técnicas, lo decía resumidamente, se compra un IPhone porque es el teléfono más caro. Obviamente estaba siendo mordaz, me habéis preguntado algunos… ¿Entonces por qué Xiaomi no saca un móvil el doble de caro? No seamos tan infantiles, leamos entre líneas, se están comprando un IPhone porque es un signo de ostentosidad.
Y este análisis creo que da pie a otras discusiones… por las que voy a pasar por encima. Por ejemplo, muchos habréis entendido por qué en algunos análisis explico que el gobierno chino quiere aumentar el consumo interno y no lo consigue, ¿Os cuadra ahora? ¿Por qué los analistas internacionales se equivocan cuando hablan de la riqueza de China? No sólo no entienden cómo funciona el sistema de ingresos chino sino que además ven casas que bajo nuestro criterio ombligocentrista pensaríamos que son pobres miserables pero en realidad, están siendo muy selectivos en sus gastos.
Ya habréis escuchado alguna vez lo de que los chinos para casarse necesitan, entrecomillad esto, seducir a su futura esposa con un curriculum que incluya casa y coche… por tanto, los padres renunciarán a todo tipo de elementos decorativos prescindibles y lo apostarán todo a la casa y el coche de ese niño para casarlo con la mejor esposa posible. Y ni entro en lo que me refiero con lo de «mejor esposa posible» porque aquí si os haría estallar la cabeza.
Claro, luego te llegan los de visualeconomik y te hacen un análisis poniendo caras diciéndote que hay una burbuja porque el precio de compra es muy caro con respecto al el del alquiler… ¿No es maravillosa lo atrevida que es la ignorancia? No tienen ni la más remota idea de por qué compra una casa un chino.
Otro debate interesantísimo en el que no voy a entrar para no alargar más el episodio sería el de cómo desde el precio definimos el lujo, cuando en occidente lo haríamos al revés, el lujo nos define el precio.
¿Recordáis cuando os comenté que los chinos no son meritocráticos sino exitocráticos? Porque no es que valoren el mérito, no lo hacen, valoran el éxito y desde el éxito de alguien deducen, asignan el mérito. Pues bien, los chinos a priori no tienen ni idea de si vale más un viaje a Maldivas o uno a Los Ángeles, de si vale más un Lamborghini o un Masserati, no saben si vale más un MacBook pro o un MacBook air, pero nos les hace falta llegar al precio para averiguarlo, lo van a deducir resumiendo a otras personas y van a ver que sí, todos sus amigos van a EEUU de viaje pero sólo los más exclusivos van a Maldivas, que varios de sus amigos tienen BMW’s o Mercedes importados pero sólo los más exclusivos tienen un Lamborghini… Y por repetición, neuronas espejo entrenadas extraordinariamente bien en redes sociales observando todos los días a sus ídolos, tienen perfectamente claro que móvil, más allá de los megapíxeles que tiene o del microprocesador que jamás llegaré a usar ni en un 5% de su capacidad… tienen perfectamente claro qué móvil significa lujo y por tanto vale la pena pagar por el un precio más alto.
Y todo esto lo consiguen siendo la sociedad más ahorradora del planeta. ¿Cómo se os queda el cuerpo?
Os dejo con un proverbio chino que nos habla de esta sociedad de apariencias en la que el éxito genera atracción y por tanto hay mostrar éxito, sea real o no, y desde el otro lado del espejo, cuanto intentamos acercarnos a ese éxito.
攀龙附凤 (pān lóng fù fèng)
Traducción literal: Escalar un dragón y apegarse a un fénix.
Por como os comenté una vez, a la frase de: «Nadie quiere nadar al lado del tipo que se ahoga», en China le podríamos agregar: claro que no, nadamos al lado del tipo que tiene un yate, para ver si nos da trabajo, nos propone un negocio juntos o quiere casar a su hija con nuestro hijo. Ocurre en todos los lugares del mundo, pero en China es especialmente pronunciado.