Hace unos meses, cuando apareció la noticia de Libra, estuve preparando un episodio sobre criptomonedas y sobre si en realidad lo que hacía Libra era simplemente copiar a Wechat como en tantas y tantas ocasiones donde Whatsapp o Facebook en realidad no pueden más que seguir de manera torpe lo que Tencent implementa con años de antelación en un sector, el tecnológico, en el que hablar de meses de retraso es hablar de una eternidad.
Pues bien, no grabé aquel episodio, pero justamente a colación de la noticia de estos últimos días sobre el DCEP, hablando en plata, el crypto-Yuan o el Yuan digital, quería esta vez no dejarlo pasar y comentaros mi opinión. Lo voy a mezclar un poquito con teoría monetaria porque si no no llegaremos a la tesis del episodio, espero que no se os haga pesado, porque también implica una carga política considerable. Lo intento hacer lo más ameno posible. Empezamos.
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La verdad es que todavía no conocemos demasiado sobre esta moneda, no sabemos mucho más que lo que quieren que sepamos, que a modo de nueva playstation nos van soltando globos sonda sin mucho contenido para que opinemos, nos vayamos pillando los dedos los más osados y se vaya completando el experimento ya con el feedback de la opinión pública, competidores, etc.
No sé si hay algo también de maniobra de distracción ya que, aunque el mundo no se para, no parece el mejor momento para meternos en este fregado o… Quizá también haya algo de golpe en la mesa del nuevo hegemón tecnológico ante el más que previsible fin de la tregua tarifaria, las batallas por el 5G y todas las cuentas pendientes que se tienen los dos repetidores abusones de nuestra clase. Espero que nunca lleguemos a echar de menos al Covid, que además de evitarnos la semana santa y el fútbol nos ha enseñado por fin a lavarnos las manos, que es posible saludar sin propagar nuestra saliva pero sobre todo, nos ha enseñado que cuando hay una crisis en un estadio superior al de nuestro ingenio, dejamos de pelearnos entre nosotros e intentamos cooperar por el bien común.
Pero, como digo, miedo me da el futuro, me siento un poco como cuando los japoneses se retiraron de China y en lugar de reconstruir el país había dos facciones esperándose para dirimir quién se quedaba con los despojos. Además recordad que las elecciones americanas ya asoman y hay que agitar a las masas, algo en lo que Trump es un verdadero genio y en América el pueblo llano, llamado soberano en periodo electoral… Ya tiene a China muy entre ceja y ceja últimamente.
Pero es interesante observar los movimientos chinos en materia monetaria.
En este sentido, he hablado del Yuan con anterioridad, China tiene una necesidad acuciante de contar con una moneda que compita con el Dólar… Los esfuerzos de China por internacionalizar el RMB han sido continuos pero el resultado, es hasta el momento decepcionante.
Imagino que los informes de los expertos chinos ven una posibilidad mucho más realista en una batalla por una divisa digital donde todos empecemos de cero, que en el combate actual… Al que China se incorporó ayer por la tarde y en el que empieza muy atrás pues el de facto patrón dólar se usa en un 88% de los intercambios internaciones mientras el Yuan sólo lo hace en un 4%. Una montaña difícilmente escalable.
El (no) prestigio de China
Desde mi ignorancia y desconocimiento total en el plan real detrás de esta criptomoneda, creo que China se equivoca. Una moneda, también una moneda digital, vale lo que vale la credibilidad del político que la emite. Por eso las monedas de Venezuela o Argentina no valen nada, y cuando le cambian el nombre para seguirnos estafando con emisión continua no engañan a nadie; lo llamen bolívar fuerte, bolívar soberano o bolívar hiper-vitaminado… Siguen siendo folios blancos que una persona de la que no te fías ha pintado de colores, e intenta endosártelos a cambio de tu trabajo o tus posesiones.
China no va a conseguir que más personas usen el Yuan emitiendo una nueva moneda aunque le cambien el nombre.
Siempre digo que China tiene un problema de marketing. En teoría muestra una preocupación desmedida por su prestigio, su cara, y en cambio tiene muy poca credibilidad a nivel mundial. Algo están haciendo mal pero la buena noticia es que hay mucho margen de mejora.
Si es cierto lo que digo y una moneda vale lo que vale el prestigio del político que la emite, China, liderando los intercambios comerciales a nivel mundial, no tiene un problema de potencial uso de su divisa, tiene un problema de prestigio.
Y diría que el balance negativo (o tan negativo) del prestigio de China no está justificado. Con sus luces y sus sombras, China merece muchísimo más crédito del que se le da, tiene argumentos para ganárselo y que pensemos lo contrario sólo reafirma el poco marketing (o el mal marketing) con el que se presenta al mundo.
En cualquier caso, si precisamente uno de los puntos negativos que se nos venden sobre China es su férreo control, difícilmente adoptaremos una criptomoneda cuya principal ventaja parece ser el registro de la misma que, según el propio gobierno chino, le permitirá evitar el lavado de dinero, juego ilegal, terrorismo, etc. Es decir, si una de cada cuatro palabras que pronuncias para hablarme de esta divisa es “control”, no necesito leer muchos análisis de expertos para saber por dónde van los tiros. Claro y cristalino.
El atractivo de las criptomonedas
No sé si tienen bien analizado a su público objetivo, como mínimo a nivel internacional (luego entro en si ese es o no es su publico). En todo negocio nuevo, un emprendedor dibuja la silueta de su buyer-persona para entender sus necesidades y ver si encaja con el producto que va a sacar al mercado.
Pues bien, uno de los principales motivos por los que los inversores se mueven a las criptomonedas (hay muchos motivos, obviamente) pero uno muy importante no es sólo su descentralización sino de alguna manera una moneda alejada de la planificación gubernamental, distanciada de los bancos centrales y con un nivel de privacidad muy superior al que nos ofrece la moneda fiat.
En este sentido, si el objetivo es sustituir al dólar o competir contra otras criptomonedas, creo que el tiro va muy desviado.
Si lo que pretende es, olvidándonos del público internacional, a nivel interno, atarlo todo mejor… Bueno, no me parece un avance significativo con respecto a lo que ya ofrece el Yuan cuando en China llevamos años repudiando el cash voluntariamente (bottom up) y la mayoría de transacciones quedan registradas en plataformas plenamente accesibles y auditables por el gobierno chino. Es decir, ese supuesto control absoluto, ya lo tiene.
Y no es una crítica a China, como siempre digo, a los gobiernos occidentales les encantaría implantar todo lo que prueba china. En Europa se va haciendo, con años de retraso y de forma más sibilina, prácticamente lo mismo.
En algunos países europeos los ejemplos de intentar eliminar el cash top-down, a través de un decretazo, son una muestra. Que quede registrado qué periódicos compras o cuántos gintonics tomaste en ese local de reputación, vamos a decir “imprecisa”, es una información muy golosa para cualquier planificador estatal que no soporte bien la crítica. Y esto no se le ha ocurrido a China, eh? esto son ideas de los países nórdicos que tienen mucha ética, sí, pero no son sirven de ejemplo a los que no tenemos tanta. Temeos lo peor.
Volviendo a China, eliminar el cash por decreto se podría hacer ya; de hecho, ya digo que el propio ciudadano chino lo ha eliminado en casi la totalidad de su vida hace ya muchos años sin ningún tipo de presión. Luchar contra el dinero bajo el colchón, dinero ilegal o dinero escondido en Hong Kong… Bueno pues, ahí sí me parece algo aplaudible… Porque, o no saben lo que todos sí sabemos, o se están pegando un tiro en el pie, voluntariamente, pensando que sólo se lo pegan al de la facción rival dentro del partido. Veremos cómo va evolucionando todo.
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La historia de amor entre criptomonedas y el gobierno chino no ha sido idílica. En su día, pasé algunas temporadas en Georgia asesorando a inversores chinos que salían de China para minar bitcoins allí. En aquel momento, el primer país del mundo en minado de criptomonedas era China y, este es un dato sorprendente, el segundo era Georgia… Un país de apenas 3 millones de habitantes que estaba haciendo las cosas muy bien. Cuando el gobierno chino entendió la amenaza muchos mineros migraron a Georgia donde, en una zona de libre comercio, sin impuestos y lo más increíble electricidad gratuita para proyectos (entrecomillad esto) “de desarrollo de software”… No hay que saber mucho sobre minado para darse cuenta que esto era poco menos que haber encontrado la fórmula de la alquimia.
Pero os contaba que la postura China con respecto a las criptomonedas ha sido históricamente hostil… Claro, hostil, porque no son la mía. Como decía el presidente Roosevelt del dictador Somoza, quizá sea un hijo de puta pero es nuestro hijo de puta. No nos molestan los dictadores, qué tontería! Nos molestan los dictadores que no hemos colocado ahí… Nosotros. Pues aquí pasa un poco lo mismo. Las criptomonedas son un incordio para el monopolio de emisión monetaria que se arrogan los estados.
Al final, si el dinero es deuda, cuanto más uséis mi papel, más deuda puedo emitir. Y al revés claro, si nadie quiere los papelitos que imprimo, cómo financió los subsidios con los que compro vuestro voto? Con impuestos? Tendré que contaros entonces que sólo se los voy a cobrar a los ricos… Si no, no hay quien me sostenga en este sillón.
Fijaos que una de las armas que tiene el estado para obligarnos a usar su moneda como medio de intercambio, además de prohibir todas las demás, es cobrarnos impuestos a través de ella. De hecho, en la mayoría de estados, por ley, sólo puedes pagar tus tributos con la moneda oficial. Incluso un estado que no tuviera la necesidad de cobrar impuestos a sus ciudadanos, aún así podría interesarle exigir un cierto número de tributos, un diezmo y redistribuirlo… Para inducir a una cierta circulación de su moneda.
En realidad, y a esto no le prestamos demasiada atención, lo que hacemos al pagar impuestos, no es en sí pagar sino neutralizar deudas. Tú tienes en el bolsillo 3000 $ de deuda de la reserva federal americana y vas a la oficina del gobierno a pagar tus tributos anuales por permitirte poseer una vivienda y si son 3000$ lo que hacéis es una condonación mutua de vuestras deudas. Tú me dejas de deber 3000$ dólares al estado y el estado te deja de deber 3000$ a ti.
Papeles que se los lleva el viento
Hay quien todavía cree que en algún lugar hay un almacén de oro respaldando el valor de los papelitos que lleva en su billetera. No es consciente que el dinero es una deuda sin respaldo. Lo equivalente a intentar pagar un café con un cheque que te emitió un hombre arruinado. En realidad el dinero no vale nada, sólo lo aceptas porque sabes que el resto de personas lo aceptan. Es decir, es una cuestión de confianza. Mientras todos prolonguemos la ficción de que el rey no va desnudo, el rey no va desnudo; y tú tienes unos papelitos en el bolsillo que en realidad no valen nada pero mientras el resto de ciudadanos mantengan la farsa, sí valen.
Ya sabéis, una de las frases más repetidas en este podcast: “da igual lo que pienses tú, lo importante es lo que piensan todos”. El estado cuenta con que, obligándote a pagar sus tributos en su propia deuda, en tu subconsciente, cuando tu empleador te remunere con deuda estatal (lo que comúnmente llamamos dinero) la aceptes de buen grado porque ya no es que el resto de ciudadanos hayamos convenido en que esos papelitos tienen valor, es que en el peor de los casos, si nadie te los aceptara, los vas a poder usar de todas maneras para liquidar tus deudas con el estado. Es la rueda perfecta que mantiene al hámster corriendo dentro de la jaula.
Por qué os cuento todo esto? Porque es muy importante entender qué es el dinero para comprender qué son las criptomonedas, que es bitcoin y por qué Libra o el Yuan digital son otra cosa.
Entro un poquito en nomenclatura más técnica. En nuestra vida cotidiana los intercambios que realizamos permanentemente, los podemos hacer a través de un activo real o un activo financiero. Esto, sucede desde antes de que existiera el dinero. Con el trueque, yo te podía intercambiar tu oveja por mi trigo, es decir pagaba tu oveja con un activo real. También te podía pagar con un activo financiero, si no contara con el trigo en esos momentos, lo que te ofrecería es la promesa de pagarte el trigo en el futuro, es decir, con deuda. Esa promesa de pago, ese papelito que te dejo de “vale por 30 kg de trigo” es un activo financiero.
Qué diferencia hay entre un activo real y un activo financiero? Que en el activo financiero hay un pasivo. Es decir, tú tienes ovejas, esos son activos con los que podías intercambiar para conseguir otro tipo de productos y además tienes un papelito, o una promesa, que dice en algún momento te llegarán 30kg de trigo. Tienes activos reales, ovejas, y activos financieros (un papelito con mi deuda). La diferencia es que ese activo financiero cuenta con un pasivo, mi grano (que no es grano, es una deuda que yo tengo contigo). Mañana cuando vayas a comprar una armadura al herrero del pueblo, podrás pagar con activos reales, las ovejas, o con un activo financiero… Diciéndole al herrero: «te acuerdas de Adrián, el del podcast, aquí me firmó que me debe 30kg de trigo». Si acepta este activo financiero como medio de intercambio… Le dejas el papelito, te llevas la armadura y acabas de inventar el papel moneda.
Si entendemos esto, lo que queda es muy fácil. El oro es un activo real. Tu pagas con oro y no hay nadie detrás con un pasivo con el que condonar esa deuda, porque el oro no es deuda. El oro como tal, ya tiene un valor intrínseco y lo aceptan por ese valor. El dinero común, la moneda fiat es un activo financiero. Puedes pagar con dólares o puedes pagar con un vale que te firmó el dueño del bar diciendo que te debe un café. Es exactamente lo mismo. Estás usando una deuda que alguien tiene contigo en tu intercambio comercial.
Dónde está el gran descubrimiento con el bitcoin? Que por primera vez en la historia, se creó un activo real, digital. Recordemos, activo real es el que tiene valor por sí mismo, no el que tiene una presencia física. Es un activo real porque si tú tienes un bitcoin, lo tienes sin necesidad de que ninguna otra persona en el planeta tenga un pasivo de tu bitcoin. Dicho de otra manera, es un activo que no es el pasivo de nadie.
No quiero entrar en el origen del bitcoin porque este episodio no era para esto pero básicamente, los bitcoins se minan como el oro (aunque virtualmente) y una vez minados, se constata su presencia y alguien los posee. Acostumbramos a confundir activos reales con activos físicos, tangibles (algo que era cierto hace 20 años pero que hoy ya no lo es), o confundimos activos reales con activos con un precio estable. Cómo va a ser el bitcoin un activo real si mañana podría perder todo su valor? Bueno, el valor del oro también varía. No confundamos activo real con activo estable. Una casa es un activo real, que también pensábamos que era muy estable.
Libra, Yuan digital… activos financieros camuflados
Una vez hemos llegado aquí: Qué era Libra, la moneda virtual de facebook? Un activo financiero. De hecho, para que te fiarás de ella nos decían que estaría respaldada por un activo real. Que cada vez que tú te hicieras con una unidad de Libra, se depositaría en una cuenta bancaria una cantidad x de una cesta de divisas internacionales. Es decir, todo lo andado con las criptomonedas, quedaba en nada porque lo que inventan otro activo financiero, deuda, para venderte. Todo el rollo del blockchain, es la excusa para amparándose en el tema de las cadenas de bloques como tecnología, competir con las monedas gubernamentales de una manera, de nuevo, centralizada. Pero, a mi juicio, para este viaje no hacían falta tantas alforjas. La broma desde China de la mayoría de expatriados era: “Facebook, bienvenidos a Wechat! Dinero virtual con un respaldo real detrás lo llevamos usando en China un montón de años!” Y no nos ha hecho falta cadenas de bloques para ello.
Y llegamos a la parte final, y ésta es la tesis de este episodio, qué es Yuan digital? Una moneda virtual emitida de forma centralizada por el banco central de China. Es decir, un activo financiero, deuda. Deuda que emitirá el gobierno chino cuando necesite financiar su déficit. Exactamente igual que el Yuan actual. Más allá de que usemos tecnología de bloques para obtener más control, evitemos o sustituyamos todo el sistema bancario (cuidado con eso) y trabajar directamente con el banco central de China en intercambios más eficientes.
Y si os decía que el estado promueve el uso de su deuda obligándote a pagar impuestos a través de ella, en las primeras pruebas que se han hecho con el Yuan digital en algunas localidades, una de ellas ha sido el pago de impuestos. Todo listo.
Al final, quizá le damos demasiadas vueltas al tema y de lo que se trata es de una actualización de la moneda fiat china, que en tiempos digitales se transforma en unos y ceros usando las últimas tecnologías y como China va por delante, las cábalas sobre las verdaderas intenciones nos atormentan.
Este episodio era un poquito para explicaros que, con lo que sabemos a día de hoy, el Yuan digital se parece infinitamente más al Yuan que al bitcoin y que con la actual situación geopolítica mundial dudo mucho que tenga como objetivo competir con el bitcoin o sustituir al dólar en esta nueva guerra fría que nos espera. Todo lo contrario, sustituye o como digo actualiza al viejo RMB Yuan.
En cualquier caso, este episodio lo grabo con una información muy limitada todavía, habrá novedades, ojalá le cambien el nombre porque DCEP Digital Currency Electronic Payment, Pago electrónico en moneda digital… No hace falta tener un máster en publicidad para constatar lo que os comentaba antes, lo necesitados que vamos de marketing.
Justo es, en honor a la historia que si fueron los chinos los que crearon el papel moneda, sean los chinos los que le pongan fin.
Y hasta aquí. Por cierto, 100.000 descargas ya del podcast. Un hito para mí. Quizá minúsculo para otros programas pero algo que creía inalcanzable cuando me lancé en esta aventura. Lo celebraba la semana pasada con vosotros en las redes sociales, estoy intentando incrementar mi actividad en Twitter: @AdrianDiazMarro para los que estéis en esa red. Gracias a todos los que formáis parte de la audiencia de Lejano Este, porque vuestro tiempo es el activo real más precioso con el que contáis y me siento con la responsabilidad de ofrecer un contenido que merezca vuestra inversión en este programa.
Y me despido hoy con un pedazo de la historia del papel moneda. La moneda fiat. Fiat, que viene del latín, “que así sea”.
“De la infinidad de exóticas costumbres con que Marco Polo se topó en sus viajes a Asia en el siglo XIII, ninguna pareció causarle mayor asombro que la facultad del estado en producir papel moneda. Los burócratas chinos hacían billetes con el papel elaborado de la corteza de la morera. Una vez impreso con el sello bermellón del emperador, “que así sea”, equivalían rigurosamente a su valor en oro o en plata.
Dinero volante lo llamaban… Pues aquellos lingotes de papel eran tan ligeros que parecían volar.
Indagando, descubrió que esas costumbres eran antiguas, al menos 300 años antes de su llegada a tierras chinas, los gobernantes de la fronteriza región de Sichuan que lidiaba con reinos hostiles habían decidido controlar la salida de metales preciosos del imperio. Confiscaron el oro y la plata y lo sustituyeron por monedas de hierro que se mostraron ineficientes hasta tal punto que decidieron reemplazarlas por pagarés. Y un día descubrieron que para realizar un pago no necesitaban recuperar sus monedas de hierro que a su vez equivalían a una cierta cantidad de oro. El pagaré tenía tanta o tan poca credibilidad como las mismas monedas de hierro. Con lo que podían simplemente intercambiar pagarés. El resto, es historia.»
Y el propio Marco Polo, nos deja una frase para el recuerdo:
«Crean dinero de la nada. No importa de qué manera lo cuente, no lograría convencerlos de que lo que digo está dentro de los límites de la verdad y la razón».
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