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Seguramente habréis escuchado hablar ya de la Variante Ómicron: una nueva cepa proveniente del continente Africano que pone en jaque todos los esfuerzos realizados por los líderes Mundiales para escapar de la situación pandémica que atravesamos.

Este tema salpica el conflicto permanente entre EEUU y China. Os lo explico desde el principio. Durante este año Estados Unidos ha acusado a China de “utilizar sus vacunas para ganar influencia geopolítica”.

El concepto acuñado fue el de «Diplomacia de las Vacunas”.  Y se ha definido como una forma de diplomacia médica donde se usan vacunas para mejorar las relaciones diplomáticas de los países e influir políticamente a otras naciones.

Básicamente: China se dedica a comprar voluntades regalando vacunas.

¿Está mal? Parece que para la prensa norteamericana y gran parte de la occidental en general sí.

Varios meses después, en junio, los americanos anunciaban que enviarían 500 millones de dosis al continente africano. Esto obviamente no fue populismo, estaban ayudando.

La prensa opina

Fijémonos en todo lo que nos han ido contando los medios, porque a la vista de los resultados, cuesta creer que a lo largo de los últimos 18 meses no se haya creado una campaña organizada de desinformación por parte de la prensa occidental.

En los primeros minutos de partido nadie apostaba por las vacunas chinas. Europeos y americanos iban a ser los primeros en fabricarlas.

Cuando los chinos y los rusos presentaron la Sinopharm y la Sputnik V respectivamente, la prensa internacional las deslegitimó vehementemente cómo si se tratara de placebo inyectable.

En mi caso, soy tan víctima de la prensa occidental que yo también dudaba de las vacunas rusas.

Aunque no me afecta tanto la propaganda anti-china porque ahí sé de lo que hablo, entiendo que mis compatriotas desconfíen porque a mí me pasó lo mismo con las vacunas rusas; sin información objetiva sobre ese país, una tonelada de críticas diarias hacen mella y acabas dudando.

Más adelante, cuando ya no se pudo criticar la veracidad de la existencia de las vacunas chinas… Se puso en duda su eficacia, ¡Sin datos! Y esto es algo que sucede mucho en China.

El (no) marketing chino

Desafortunadamente es un país muy hermético a nivel informativo y los huecos que el periodismo no es capaz de rellenar con información, se completan, en el mejor de los casos, tirando de imaginación. Muchas veces digo que China debería dejar que los periodistas vayan y vean, porque lo que son capaces de inventar, es siempre peor que la realidad… Y este caso es un ejemplo paradigmático.

China tiene muy mal marketing, no fue capaz de hacer frente al alud de noticias internacionales que criticaban la eficacia de sus vacunas, perdió ese partido por incomparecencia… No se presentó a intentar ofrecer una contrapropaganda creíble, y esta vez se la habían jugado totalmente.  Habían repartido vacunas por todo el globo, la información se encontraba fuera de las fronteras de China y no podían ocultarla. Es una de las primeras veces donde se ha dado una situación así: el control de la información, que es un tema muy sensible para los chinos, estaba fuera del alcance controlador del gobierno chino.

Fijaos el nivel de exposición al que se enfrentó China: cada país receptor de vacunas chinas ofrecería sus datos y pondría o no en duda la eficacia de las vacunas chinas sin que ellos pudieran ofrecer contra-información. ¿Y Al final que ha sucedido? Que las vacunas han funcionado razonablemente bien. Se han ido diluyendo las críticas… Y, cómo no, se han ido sustituyendo por otras.

Recordemos, el mundo vivió un momento delicado cuando se detectaron fallos en algunas vacunas, ¡muertos! Creo recordar que sucedió con Astrazeneca. Instante delicado en el que pudimos hacer una crítica despasionalizada, no inculpamos a ningún país por esos muertos, era un problema perteneciente al ámbito científico y no al geopolítico… Como debe ser. ¿Os imagináis que aquellos muertos hubiesen provenido de vacunas chinas? ¿Qué tipo de información hubiésemos recibido al respecto?

Recapitulando todo lo que hemos vivido: Primero se puso en duda que China fuera capaz de producir una vacuna en tiempo y forma. Una vez desmentido esto, se dudó de su eficacia hasta que las críticas quedaron diluidas por los resultados. Y más adelante, cuando ya carecían de sentido los ataques técnicos, médicos, científicos, empezaron los ataques políticos.

Y la nueva narrativa a impulsar pasa a ser: No regalas vacunas porque seas una buena persona, lo haces para ganar influencia. Lo haces a cambio de algo. Lo haces por interés. Bien.

Una cuestión de intereses

Fijaos el contrapunto: los países buenos, los que no compartían ni una sola vacuna… Y que cuando lo fueran a hacer, no las iban a regalar sino a vender: acusaban a quien las estaba regalando de hacerlo por interés. De tener algún oscuro objetivo detrás.

Ojo, por supuesto que China lo hizo por interés. Como siempre digo, no estoy aquí para defender a nadie, sino para poner en duda la supuesta superioridad moral occidental para juzgar permanentemente a China. Claro que China tiene intereses, y claro que ha empezado repartiendo entre sus países amigos.

¿La crítica a la diplomacia de las vacunas era esto? ¿Regalarle primero vacunas a tus socios comerciales? No sé cómo actuáis vosotros en vuestra vida… Mi abuela, cuando le sobraban huevos de sus gallinas se los regalaba a los vecinos con quien mejor relación tenía… No se los regalaba al tipo con el que tenía conflictos en el riego de las fincas.

Cuando un bien escasea, la asignación de ese bien se puede realizar por diferentes metodologías. Se puede discriminar por precio y quien pague más se lo lleva o se puede discriminar por afinidad. Y esto es lo habitual cuando se toman decisiones con criterios políticos y no económicos.

Pero vamos, esto no lo hace sólo China. ¿A quién le vende armas Estados Unidos? Pues a países afines… Es más, incluso entre los países afines, hay ciertos niveles tecnológicos y ciertas armas que sólo se venden a un cierto número de países. Es decir, entre los amigos hay algunos más amigos que otros. La diplomacia de las armas… Y alguien me dirá, «hombre… ¿Cómo le va a vender EEUU un submarino nuclear a Irán?» Totalmente comprensible.

Entonces ¿Qué es lo que no entendemos de la diplomacia de las vacunas? En la crítica perenne hacia China, siempre queremos que los supuestos malos actúen mejor que los supuestos buenos. No, desafortunadamente… Se parecen más de lo que les gustaría a unos y otros.

Pero fijaos que el contrapunto de regalar vacunas a países pobres, que es lo que ha hecho China desde el principio, sería vender vacunas a países pobres que es lo que ni siquiera hizo occidente en un principio anclándose en una estrategia de acaparamiento bastante lamentable.

Buenos y malos, los actos hablan

A principios de año, cuando las primeras producciones de vacunas estaban listas vimos la verdadera cara de cada país. En un principio China estuvo exportando toda su producción de vacunas mientras que EEUU y Reino Unido acaparaban el 100% de sus producciones.

Y obviamente esto rompía con el discurso oficial: «occidente buenos», «dictadura comunista malos». Y cuando la industria informativa se puso a trabajar nos encontramos con este concepto tan maravilloso: China está usando la diplomacia de las vacunas para conseguir influencia a nivel mundial.

Creo que costaba menos compartir algunas vacunas, aunque fueran las que ya se nos iban caducando que encender la maquinaria propagandística, pero imagino que Twitter tiene mayor alcance y es mucho más rápido en su expansión que una flota de camiones, con lo que nos decidimos por esta estrategia.

Era tan evidente el egoísmo de Estados Unidos en aquel momento, que no es que no compartieran vacunas con el tercer mundo, es que no las compartían ni con sus vecinos.

Es decir, no es que no les importe Zambia, eso es más que evidente, es que no les importaba ni tan siquiera el país de al lado, sus amigos, socios comerciales, aliados dentro de la OTAN. Era un sálvese quien pueda donde lo que buscaba el político de turno era salvar su cabeza, al precio que fuera.

Los chinos mientras, regalando vacunas. No vendiendo que es lo que han hecho ellos después, regalando vacunas en África, Asia y Latinoamérica.

Aquí me detendré un segundo para explicar uno de los fallos estructurales de los sistemas democráticos occidentales.

Soluciones locales, problemas globales

Ante una problemática global como lo es el cambio climático, las guerras, la inmigración, el terrorismo o una pandemia, las decisiones, se toman localmente. Y aquí los incentivos se encuentran muy mal colocados puesto que el principal fin de cada uno de esos gobernantes locales es permanecer en el poder. Un político francés, británico o norteamericano no tiene ningún incentivo a promover una solución global para la pandemia.

Todos los estímulos están direccionados a una solución local. ¿Por qué? Por que los bolivianos no los votan, los sirios no los votan, los saharauis,, no los votan. Y quienes los votan los han criticado por no llegar a tiempo con las mascarillas, con los respiradores, con los test… ¿Qué iban a hacer en el momento de comprar vacunas? ¿Comprar las necesarias? ¿O 3 veces más? La respuesta es evidente: hacen lo que les indican las encuestas. Y ese gobernante que llega tarde a todo, finalmente asegurará el tiro aunque gaste 10 veces más de lo necesario.

¿Habéis visto a algún ministro de sanidad dimitiendo por tener 10 veces más respiradores de los necesarios? ¿Por tener 10 veces más camas UCI de las necesarias? ¿Por tener 10 veces más tests de los necesarios…? No, cuando eso ocurre los regalan en las farmacias y se apuntan otro tanto. Porque la sanidad es gratis, eso lo sabe todo el mundo y cuando se ponen a regalar test se convierten en respetados estadistas. Conclusión: Mejor que caduquen 1000 millones de vacunas en la nevera a que me haga falta una sola. Esa parecía ser la consigna en occidente.

En defensa de estos dirigentes también entiendo la presión que han sufrido por parte de la prensa y de la oposición, comparándose permanentemente con el vecino. Lo hacemos habitualmente con las cifras de desempleo o de IPC, pero esta vez la comparativa era de muertos. Mirándolo en positivo quizá esto empujaba a nuestros políticos a esforzarse, a intentar hacerlo mejor pero en negativo… Esa presión volcó los incentivos a focalizarse en soluciones locales, sólo interesaba lo que sucedía de puertas hacia dentro. Los demás… No eran mi problema, bastante tengo con lo mío.

¿El resultado? Hemos dejado al resto del mundo sin vacunas. Compartí en Twitter un mapa con el pronóstico vacunatorio a nivel mundial. Qué países iban a tener vacunas disponibles este año, en verde, el año que viene en naranja y ya 2023 en rojo.

 

Básicamente se repite el mapa de cuánto nos afecta que haya un atentado terrorista o se caiga un avión en este país o en este otro. En verde oscuro mucho, en verde claro poco, en naranja nada, y en rojo… Bueno, en rojo, nos cuesta casi saber si ese país existe.

Y esto me recuerda el vídeo en el que discutía con Juan Ramon Rallo y todos aquellos que piensan que el problema de la contaminación es cosa del tercer mundo.

Pues aquí estamos igual, ahora podría parecer que la culpa de las nuevas variantes del virus la tiene el tercer mundo.

Este mapa debería ser portada de todos nuestros informativos diariamente porque los virus no entienden de nacionalismo ni de rayitas en los mapas.

La realidad es que los africanos nos han importado un bledo hasta que una mutación posiblemente peligrosa se ha originado en África. Ahí es cuando occidente ha dicho: «ah claro, es que ahora que estamos vacunados los seres humanos importantes, no habíamos caído en que si en regiones inmunodeprimidas no se vacunan no es que se mueran», que eso a mí me daba igual, yo estaba viendo el fútbol en mi sofá tranquilamente, es que allí puede mutar el virus de tal manera, que alguna de esas variaciones pueda llegar a ser resistente a las vacunas y acabar afectándonos.

Fijaos en lo macabro del argumento: no es que me interese o me deje de interesar que esa gente se muera, lo que me interesa es si… mientras se mueren esto puede acabar afectándome a mí o no. Joder, que hasta para morirse molestan.

Bueno pues tendremos que ponernos a vacunar en África… Porque salvándonos nosotros solos, no bastaba. En fin, sarcasmo a un lado, personas que piensan así son las que llaman populistas a los chinos… Que empezaron a repartir vacunas antes de vacunarse ellos, que empezaron a regalar vacunas cuando aún no se sabía que quizá una variante podría acabar afectándonos a todos, es decir no se hizo egoístamente, pero a ellos con nuestra desfachatez característica les decimos que están intentando ganar influencia gracias a la diplomacia de las vacunas. Quizá sí, no lo sé, lo que sé es que nosotros la estamos perdiendo. Y además Muy merecidamente.

Recordad suscribiros si todavía no lo habéis hecho y compartir el episodio si queréis ayudarme a seguir analizando la realidad desde una perspectiva alternativa al mainstream anti-chino.

Y hoy os voy a dejar con un proverbio japonés: Cuando un hombre pobre come pollo, o él o el pollo están enfermos.

Gracias y hasta pronto.