Episodio 100 de Lejano Este. Un hito para mí cuando empecé esta andadura que nos ha llevado por todo el largo y ancho de Asia durante estos dos años y medio en el momento más crítico de este continente en la historia reciente.
Siempre digo que en su día me fui a vivir a China porque imaginé que este era el lugar desde donde se iba a escribir la historia de la humanidad en nuestro tiempo y la verdad es que ya no en la última década y media que es de lo que puedo dar fe con mis experiencias; los últimos años, con la guerra tarifaria, el covid, etc. Es difícil analizar el mundo sin mirar hacia el lejano este.
Había dejado este episodio para profundizar en el porqué de esta aventura, daros las gracias a los que habéis formado parte de ella, a los que me habéis acompañado en este viaje, a los que seguís ahí tirando de la caravana, alentando, a los muchos que he tenido el gusto de conocer, a los que todavía no he tenido el placer de encontrar en el camino pero seguro algún día sucederá. ¡Gracias por estar ahí!
Un episodio más introspectivo, sin quizá demasiado valor pero que necesitaba sacar en este aniversario y con él cerramos temporada y empezamos después de año nuevo chino con energía para 100 episodios más.
Lejano Este no habla de Asia… Tampoco de negocios en China. No opina sobre ciudadanos chinos ni sobre sus ciudades, ríos ni montañas. Tampoco va de negocios, ni de las fábricas o productos que podemos encontrar aquí. No entramos en el idioma… no examinamos su gastronomía, sus hobbies ni sus deportes. No nos interesa su política ni su historia. No valoramos sus inquietudes, sus gustos o sus decisiones de compra.
Lejano Este es un proyecto mucho más ambicioso. Diría incluso imprudente. Este podcast es un ejercicio de análisis de percepciones. No nos interesa tanto el objeto… sino la experiencia con el objeto. No nos centramos en analizar el monte Everest sino la tentativa en la escalada. No es el océano, es la sensación única al sumergirte.
Cuando intentas aprender chino muchas veces te dicen que el chino no es un idioma sino un estilo de vida. Estamos acostumbrados a aprender lenguas por equivalencias. Esta palabra es esta otra… y si sustituyo palabra por palabra mi frase… aún saltándome la gramática, probablemente me entiendan.
Llegamos a China y salvo la gravedad, que nos juran y perjuran que es la misma, todo lo demás cambia.
Palpar China es situarte permanentemente fuera de tu zona de confort.
Es vivir constantemente alerta, con la escopeta cargada. Ya no cuando vas conduciendo, cuando te encuentras dentro de una negociación o cuando te compras una casa… hablo del día a día, de entrar en una tienda… de hacer una búsqueda en internet, hablo de respirar.
El arte de sentirse cómodo de esté plató donde te pasas el día conspirando contra la adversidad, esa habilidad para salir de casa todos los días y saltar la valla pletórico, ese arte de dominar el ring, de hacerlo tuyo y de sentir que nada escapa a tu control… Cuando aprendes a disfrutar la incertidumbre hasta incluso encontrarla atractiva y motivadora, la primera vez que comprendes que ya no estás fuera de tu zona de confort sino que has ampliado esa zona de confort.
O todavía peor, el día que piensas que salirte de tu zona de confort es volver a tu país… donde la gente dice y hace cosas raras, extravagantes, que no entiendes… Ese punto, ese instante, es el que un día incauto de mí pensé que no se ha explorado lo suficiente.
Ese cenit es el motivo de este podcast.
Una aventura que estamos viviendo juntos vosotros y yo. Os cuento mis experiencias y cada episodio me llegan esos comentarios fabulosos de alguien que me dice: “Alucinante Adrián… eso me ha pasado a mí”, “¡Eso que cuentas, no sabía como explicarlo!» O a veces, críticas! Me dicen: “¡Uy qué va!, esto es tu experiencia pero no es así».
Y me encanta. Soy un explorador, pero no todas las muestras que recojo son todas las que hay. Y a veces no es sólo recolectarlas sino interpretarlas bien. Eso puede ser lo más difícil. Con el billete de avión a las antípodas de tu cerebro, no te venden un manual de supervivencia. Llevar 10, 15 o 20 años en China no es garantía de inteligencia si viniste con ideas inamovibles y todo lo explicas con el extracto de la RAE que solidificaste durante tu adolescencia.
Y ese es otro misterio que sólo sucede en China. Todos observamos los mismos hechos y los interpretamos de manera muy distinta. Cada extranjero tiene su propia realidad sobre China. Por eso me encanta discutir.
Discutir, no desde el odio como a veces asociamos esa palabra… discutere, del latín, de agitar un árbol o una planta hasta poder extraer el tronco y llegar a la raíz. Y China es ese árbol milenario que agitamos y agitamos y está tan arraigado que nos cuesta mucho llegar a la raíz… e incluso, siguiendo con la metáfora, es tan grande este árbol, que una vez llegamos a esa raíz, podemos estar varias personas observándola desde zonas opuestas y llegar a conclusiones antagónicas.
Lejano Este ya dice mucho en el nombre… Habla de una sensación, de un cálculo, una apreciación. No se trata únicamente de algo tan exótico y atractivo como «el este», la adjetivación lo es todo en la comunicación y en este caso, la percepción en la que quiero profundizar es ésta: Lejano.
Cuando me preguntan por el nombre, obviamente hay una clara alusión al far west… y como aquellos primeros colonos en la costa este americana… veían el oeste como lo desconocido. Aquel lugar remoto, salvaje, lleno de adversidades y a la vez repleto de oportunidades. De alguna manera, es comprensible la desinformación que existía en el S.XIX sobre aquella zona, el salvaje oeste, prácticamente inexplorada por los europeos.
Pero en la era de internet, en el S.XXI, me resulta chocante la falta de información tan brutal que existe sobre China, incluso sobre las grandes ciudades: Shanghai, Beijing… sigue siendo un shock para expatriados, estudiantes, hombres de negocios… Y esa es la parte conocida, pero 1000 o 2000km hacia el interior es «la nada» a nivel documental.
No hablo de explorar paisajes, platos típicos o animales exóticos. La cuestión no es pasar el fin de semana. Me refiero de interactuar como lo hacía Marco Polo hace 700 años… Hablo de contratar servicios, de venderlos, de montar negocios, construir tu propia fábrica, tú, con tus propias manos, contratar personal, recibir inspecciones, trabajar mano a mano con gobiernos locales, colocar un pedido en una prisión estatal, esa merece un episodio… o un master, solucionar problemas, pero problemas de verdad.
Cómo recuperar una deuda de un cliente en una provincia remota donde el tipo es un cacique y tienes que, ahí sí, jugar dentro de su zona de confort para desnudarlo, explorar el guanxi es su máxima expresión y buscar quién te puede ayudar cuando empiezas de 0 en esa región.
Como siempre digo, vemos China como un todo, pero es un continente donde, más allá de los lugares típicos, cuando cambias de provincia, estás yendo a otro país donde empiezas de 0.
Lejano este… es el espacio donde he querido explicar mi punto de vista sobre todo ello, contar mis experiencias, mis vivencias… y en español y no os penséis que hay mucha más información en inglés; de lo que os acabo de contar, no la hay.
Han sido 100 episodios cuya producción en muchas ocasiones ha resultado una odisea. Algunas veces en medio de viajes, por el día trabajando, visitando fábricas, proveedores y clientes y por la noche quedándome hasta el amanecer para grabar, editar… Cuántos días en los que no he deshecho la cama del hotel al entregar la llave.
Cuántas experiencias para explicar, cuántas veces sí, me acostaba y dos horas después me ponía a escribir porque era incapaz de dejar pasar lo que me había sucedido ese día. Cuánto material todavía por salir a la luz, cuántas cosas que jamás podré contar si no es en conversaciones privadas.
Gracias, de verdad, a todos los que habéis estado ahí, a los que habéis compartido el contenido desde el primer día, sabéis que intento no repetirlo constantemente, gracias de verdad a los que lo habéis compartido de manera espontánea cuando os ha parecido que era un episodio valioso.
En estos 100 episodios creo que hemos conseguido es un hito. No hay ningún canal ni de podcast ni de youtube peleando contra los mitos que se nos siguen repitiendo en prensa generalista, desde esta perspectiva.
Tras Lejano Este si se están generando algunos otros que se suman a este sentido crítico, a este poner en duda las verdades absolutas, es cierto que hay canales de podcast y de youtube protestando contra algunas noticias que circulan en la prensa, pero lo hacen desde una perspectiva comunista a mi juicio también errónea.
El gran éxito de este podcast es que no tenemos audiencia. Parecía que la norma de marketing en estos casos era buscar una etiqueta política y volcar contenido paletizado en ese sesgo de confirmación y listo. Así han funcionado los medios hasta ahora.
Y es cierto, ni los que viven permanentemente difamando sobre China, ni los que te cuentan el éxito del comunismo me escuchan. Y en esta sociedad polarizada, con ideas pre-etiquedadas que caducaron durante la guerra fría ni unos ni otros son capaces de salirse de su manual básico y observar, asombrarse de lo que tienen delante.
Lejano Este nació para hablar bajo mi experiencia, además lo hacemos desde un modo analítico; con errores, sesgos y todas las carencias que pueda tener. Explicaciones técnicas que sé que muchas veces alejan a público que se siente mucho más cómodo con explicaciones más generalistas.
Para los que seguís atentos a cada nuevo episodio, muchísimas gracias, sois tipos muy raros, incomprensiblemente no os han adoctrinado lo suficientemente bien para ser capitalistas anti-china o comunistas pro-chinos; que sepáis que cada día somos más, cada día la realidad es menos disimulable.
El podcast, ha ido mutando y seguirá haciéndolo. La números caducan muy rápido en China, la realidad es extremadamente cambiante y Lejano Este también refleja eso.
La política, la economía, la geoestrategia lo han ido engullendo… No ha sido fácil abstraerse y dedicarme a temas culturales como si nada pasara a mi alrededor o a temas empresariales cuando permanentemente recibes preguntas de cómo nos va a afectar la guerra tarifaria, el covid, el boicot americano a ésta o esa empresa, la expansión crediticia de China en África y en otros lugares, los escándalos bursátiles o más recientemente las causas que llevan a un aumento en los precios de los contenedores.
También, honestamente tenéis ya muchos canales hablando de platos chinos, pueblos desconocidos o intentando explicar con mayor o menor atino las noticias del día.
En este sentido prefiero centrarme en análisis más profundos, quizá os aburran o no fuera por lo que entrasteis por primera vez en el Lejano Este, pero sí veo que se va llenando el espectro de todo este tipo de canales donde contamos como nos hemos casado en China o cómo pagamos el alquiler, de personas que creo pueden contarlo mucho mejor que yo, soy oyente de estos canales y me parece que hacen una función fantástica para todas aquellas personas que quieren venir a trabajar o no saben como viajar en tiempos de covid.
Ese boom informativo de influencers y youtubers, en parte respuesta al pobre nivel en general de la prensa internacional en China, salvando honrosas distinciones, la prensa española es de lo peor, de lo peor que se puede encontrar uno; faltando a su ética profesional y a unos valores mínimos con tal de buscar la noticia amarillista que capte esos clics, se entiende el boom de extranjeros abriendo su propio canal y desafiando enfadados la versión oficial que es al final la que leen sus padres y amigos y la que se tienen que encargar de refutar cada vez que vuelven a su lugar de origen.
Bien, como decía con tanto medio nuevo, me he ido focalizando en análisis que quizá pasan más desapercibidos a simple vista y bueno, aprovechando mi formación prefiero seguir centrándome en ello.
Estos 100 episodios (130 contando los 30 en Patreon) y este último año en particular han sido increíbles para el podcast, en crecimiento de escuchas, suscripciones ¡Y qué decir de Patreon! Cuando lo lancé pensé que sería algo testimonial, un disparo de fogueo para que poco a poco iría olvidando… Sabéis cuando lanzas a canasta y no tocas ni el aro… Qué dices: hmmmm, chicos, y si hacemos otra cosa hoy? Pues pensé que iría en esa línea y en pocas semanas se convirtió en una pieza angular de mi estrategia.
No sólo la cantidad de personas que habéis decidido aportar, sino la cantidad de mentorías que llenan a día de hoy mi calendario, empresas y start-ups que buscan un asesoramiento, una colaboración intensa en su proyecto y han buscado en mí esa persona para ayudarles a crecer en sus propósitos.
Es formidable poder trabajar mano a mano con emprendedores, también con futuros emprendedores, ahí me voy a esforzar para dedicar una parte de mi tiempo a colaboraciones en el sector educativo. Y nada más, ¡Gracias de nuevo!
Y os voy a dejar con una frase de Confucio, motivacional, que simboliza mucho de lo que se expresa Lejano Este en general, mi experiencia vital en China y también de unos últimos días que han sido muy duros para mí por una serie de temas personales.
«Todos tenemos dos vidas. La segunda empieza cuando nos damos cuenta que sólo tenemos una»