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Nuevo episodio en la rivalidad sino-estadounidense. Eileen Gu, deportista nacida y educada en EEUU, donde ha ganado ya diferentes campeonatos , ha decidido participar en los juegos olímpicos de invierno en Beijing formando parte del equipo chino.

Y claro, eso ha desatado todo tipo de críticas entre la prensa internacional. Porque ya sabéis, los chinos son los malos, el relato que se cuenta en occidente es que los chinos se mueren por salir de allí, porque China es un infierno y cuando la realidad choca con el discurso oficial de la prensa, provoca disonancias cognitivas en todo tipo de direcciones, la más común, el ataque personal: Es una desagradecida, con todo lo que hemos apostado por ella, le debe mucho a EEUU, etc.

Una historia común en todos los países

En realidad no hay caso, centenares de deportistas compiten representando territorios diferentes al que nacieron o tienen que elegir cuando sus padres son de distinta nacionalidad algo que a estas alturas, ya no debería sorprendernos.

Un 6% de los deportistas en los últimos juegos olímpicos compitieron por países en los que no nacieron. ¡Un 6% no es poco!

¿Cuál es la crítica? Que Elileen le debe mucho a EEUU. No como todo ese 6% de deportistas que no deben deberle nada al país en el que nacieron, ¿no? El problema en realidad no es que esta chica elija un país u otro, el problema es que elija cambiar de EEUU a China y en este país se haya convertido en un ídolo. Y Como suele ocurrir con la prensa, se crea una historia, se descontextualiza y se nos vende la película en los informativos en lugar de promocionarse en la sección de ciencia ficción de Netflix.

La mejor acusación que han encontrado es que se mueve por dinero. Una imputación completamente gratuita, sin prueba alguna,  pero y si fuera así, ¿y qué? Hay gente que emigra a países donde piensa que puede ganarse mejor la vida. Podríamos decir que lo hacen por dinero, ¿y qué? Es más, el argumento principal de la crítica es «y con todo lo que nosotros te hemos dado…» Fijaos porque es sensacional. Como te puedes ir por dinero con todo el dinero que yo te he dado.

Los norteamericanos, que llevan toda su historia comprando a deportistas, científicos, profesores, etc. con dinero, quejándose de que alguien se vaya por dinero. Pues igual que todo lo que conquistas con violencia tendrás que defenderlo con violencia, con todo lo buenos que son a nivel negocios olvidan una máxima: todo a lo que conquistes por dinero, lo perderás por dinero. Porque siempre habrá alguien más rico que tú.

¿Le debes algo a tu país?

Eileen le debe mucho a EEUU sí, creo que se ha mostrado agradecida en muchas ocasiones con su país de origen, pero no por ello va a hipotecar su vida.

Los países podrían optar por abrir una cuenta bancaria cuando nacemos e ir cargándonos allí todo lo que nos han dado desde pagar el parto de nuestra madre, nuestras vacunas, educación primaria si es pública, secundaria, museos, defensa militar, etc. Y cuando decidieras abandonar el país decirte mira, le debes a tu país 37.000 euros o que hemos invertido en ti; o cancelas tu deuda o no te dejamos ir de vacaciones a Punta Cana, no sea que no vuelvas y tu relación con el estado quede con un balance en negativo.

Lo dejo aquí como idea de guion para un episodio de Black Mirror. Alguno dirá, «bueno, pues no me parece tan mala idea». Bien, pensemos que esto es de ida y vuelta. La madre de Eileen, china, dejó su país, el cuál podría hacer el mismo cálculo. También invirtieron en ella, en un momento muy difícil de China para que esta se mudara a EEUU, a parir a la niña prodigio.

Más allá del mérito que le podamos otorgar a la madre (y al padre) por su creación, independientemente de lo que haya hecho la hija, la vida de su madre, es el ejemplo contrario. Una persona, desagradecida con China, según el criterio americano, que a pesar de nacer y crecer en China, en lugar de utilizar toda la educación que le había dado China de manera gratuita para aportar en la sociedad china, emigró a EEUU, uniéndose una carrera en una universidad americana… De pago, es decir, utilizó dinero ganado en China para comprar dólares, cooperando en la influencia del dólar a nivel mundial, y se los gastó en una universidad americana cooperando en el desarrollo de la educación americana en lugar de en la China que la había criado, ella sí, con ambos padres chinos.

Es decir, ahí no había un 50% de duda, ella era 100% china, y pasándose el resto de su vida aportando fiscalmente a las arcas del tesoro americano. Evidentemente, no tiene ningún sentido hacer este tipo de cálculos, lo hago únicamente para que veáis la estupidez argumental de quien piensa que Eileen no tenía derecho a hacer lo que ha hecho.

Pero para todos aquellos novios que se guardan las facturas de las cenas que le pagaron a sus citas, o de la flores que les regalaron… Una pregunta. Pensáis que en ese balance, ¿EEUU ha salido ganando o perdiendo? ¿Pensáis que ha habido más chinos que han emigrado a EEUU o más estadounidenses que han emigrado a China?

Odio anti-asiático

Ciertamente, EEUU se ha beneficiado infinitamente más de este intercambio de personas, en el último siglo. No hablo desde más atrás, porque sería demasiado sencillo argumentar.

No, en el último siglo no ha habido un comercio justo, tampoco en el ámbito del intercambio de personas.

Lo que pasa es que somos nosotros, el supuesto primer mundo, el acostumbrado a llevarse ese 6% extra que no nos hemos ganado en la pista sino en los despachos pero cuando pasa al revés, cuando, a pesar de lo buenos que somos, ellos prefieren irse a lo que nosotros consideramos un país miserable, es realmente humillante. Porque vivimos repitiéndonos que como en nuestra casa no se come en ningún lado y esas decisiones, en libertad, atentan contra el imaginario colectivo que llevamos tanto tiempo construyendo.

Fijaos, si Eileen fuera mitad americana mitad sueca y hubiera decidido competir por Suecia, no nos hubiéramos enterado, pero vivimos en un instante en el EEUU está llevando su odio contra China a todas las dimensiones de la sociedad. También al deporte.

Lo explicaba en un episodio anterior, EEUU lleva tiempo buscando un consensuar con su sociedad un argumento de odio contra China. los asiáticos (no necesariamente chinos) han sido los grandes perjudicados de esta estrategia y Eileen está siendo usada como cabeza de turco, mandando un aviso a navegantes en el que se deja claro que cualquier que elija China será considerado un traidor.

Y con todo ello, en el futuro veremos más ataques contra la comunidad asiática. Ya no es que haya descerebrados que le pegan una paliza a un vietnamita porque son tan racistas que odian a cualquiera con rasgos asiáticos, sino que a ojos de estos desequilibrados, dará igual que ese emigrante vietnamita en realidad haya nacido en EEUU porque para él es un chino que potencialmente podría traicionarle para apoyar al partido comunista. No sé qué es peor la maldad o la estupidez.

Nacionalizar para ganar

Más allá de este caso anecdótico, llevamos años, décadas viendo todo tipo de movimientos parecidos y no había pasado absolutamente nada.

La selección española que lo cambió todo, la de la primera Eurocopa en el año 2008, giró en torno a un puntal, fundamental para los que recuerden aquel equipazo, que fue un brasileño llamado Marcos Senna.

El fútbol está repleto de ejemplos de movimientos interesados para conseguir que una selección nacional gane, al coste que sea. Tenemos el caso de Diego Costa también otro brasileño, o el caso de Messi, que no en pocas ocasiones se ha discutido por qué España no estuvo lo suficientemente rápida como para hacerlo debutar y así bloquear su participación con Argentina. Gran espíritu deportivo.

Fue tan paradigmático lo de Messi que tras él, cada extranjero que debuta con el Barcelona es llamado inmediatamente con la selección para que España se asegure su participación en caso de que al final destaque. Es decir, no se le convoca bajo criterios deportivos sino con criterios burocráticos.

En baloncesto pasa lo mismo, tenemos los casos del Congoleño Ibaka o del Montenegrino Mirotic. Me centro en España, pero absolutamente TODOS los países del mundo realizan nacionalizaciones exprés de deportistas para que puedan representar a su país en eventos deportivos.

Éxitocracia

Curioso como para explicarnos lo malo que es elegir China o lo mala que es China en general, la prensa nos cuenta que otra deportista también americana también representando a China, no lo ha hecho tan bien y en China la critican. ¿Qué nos quieren decir con esto? ¿Qué si te nacionalizas chino y luego te va mal van a ir a por ti? Resulta agotador el martilleo continuo de noticias que en realidad son eventos aislados, completamente anecdóticos que se usan todos los días para contarnos lo mal que funciona China y dar una imagen negativa del país a sabiendas de que su público se va a llevar una imagen totalmente manipulada sobre China.

El objetivo es aumentar la crispación al precio que sea.  Porque sí, apoyamos al que gana y hundimos al que pierde. Ya pero es que en este caso es una nacionalizada, es decir, una chica que lo ha dejado todo por representar a China y ahora se encuentra con que si no gana la gente se olvida de ella.

¿Recordáis a Johann Mühlegg? ¿No os suena? Quizá os suene Juanito, sí, Juanito Mühlegg… ¡Fue todo un acontecimiento en España! Un alemán que nacionalizamos para ganar una medalla por fin en persecución. Ganó 3 oros y era un ídolo nacional… Hasta que se descubrió que se había dopado… Cayó en desgracia y lo hicimos desaparecer de la faz de la tierra. Así somos. Porque era un tramposo y está bien castigarlo por ello.

Y cumplió la pena pero cuando se pudo reintegrar al equipo olímpico nunca más fue bienvenido. Que una chica se cae y es criticada en redes, por desgracia somos así de resultadistas. No somos meritocráticos, somos exitocráticos. Y los chinos los primeros, sí, pero utilizar el caso para atacar a la sociedad china es muy ruin.

Aviso para navegantes

Como os decía, el mundo no empieza ni acaba en una deportista china o dos, o las que sean, que rechazan a EEUU para participar bajo bandera China, de hecho hay casos de lo más anecdóticos… Que deberían apreciarse así, como meras anécdotas.

Jeremy Smith juega con el equipo nacional de Hockey chino… sin que ninguno de sus progenitores sea chino y no pasa absolutamente nada. Quizá lo que le preocupa a EEUU es que Jeremy Smith siempre será un extranjero en China pero en cambio Eileen Gu es un auténtico ídolo de masas… ¿Y ese tipo de ídolos es el objetivo a evitar? No lo sé.

Puestos a criticar, me parece más paradójico este otro caso. De hecho, sorprende. Yo nunca seré chino pese a haberme casado con una mujer china y en cambio a este tipo lo han nacionalizado y han aceptado que no renuncie a su nacionalidad americana. Todo por ganar. A ver si en algún momento se aprueba el futbolín como deporte olímpico y paso a ser interesante para China.

No, hablando en serio, que el foco del odio se ponga en una persona mitad americana mitad china y no en otra 100% americana… Me deja claro que esto no es una cuestión deportiva sino una advertencia/amenaza al resto de americanos con ascendencia china que puedan en algún momento elegir al enemigo.

Deporte politizado

Como conclusión, esto debería ir de deporte… Sin embargo la cosa se ha politizado desde el principio, se han boicoteado los juegos por un grupo de países siguiendo la orden de EEUU y por desgracia, de lo que menos se en los medios de comunicación es de deporte.

¿Mi opinión? Siempre digo que para mí un mundial de fútbol lo veo como el máximo momento de exaltación nacionalista y no me gusta. Me pasa igual con los juegos olímpicos, no me gustan las competiciones entre banderas, me gustan las competiciones entre personas, porque desde las banderas nos vamos al color de la piel, a la raza y acabamos discutiendo sobre si nuestro ADN es superior al del vecino.

Eileen ha cumplido las normas, nada que objetar. La suya debería ser una decisión personal, no política. Y si alguien dice, «ya pero es que representa a una nación y eso ya escapa del marco de lo personal». Perfecto, y hay unas normas dentro de ese entorno y Eileen las ha cumplido. Si ha estados unidos no le gustan esas normas que proponga un cambio en ellas. Seguramente fueron ellos quienes las aprobaron y son ellos quienes, con diferencia, más se han beneficiado a lo largo de la historia de estos tránsfugas deportivos.

Me quedo con el mensaje final que Eileen intentó transmitir cuando comunicó su decisión… «Amo a China y amo a EEUU».

Qué lastima que EEUU no haya sabido aceptar con generosidad la elección de la deportista. Una pena el pataleo. Los insultos que ha recibido por ello, amenazas, etc.

Que también se hubiera dado en mayor o menor medida en China, en España o en Siria, también lo digo.

Libertad de decisión

Decía en Twitter el otro día que nos han abandonado poco en nuestra vida, quizá tendríamos que tener más relaciones y ver cómo las personas nos abandonan con total naturalizad porque encuentran una opción mejor y esto no significa que tengamos que odiarnos tras ello. Eso nos debería motivar para ser mejores.

Que las personas no tienen que estar con nosotros porque las tengamos atrapadas, por un contrato o por derechos de conquista sino por amor. Porque quieren. Tienen que estar con nosotros porque somos su mejor opción.

Sería genial si todos respetáramos más las decisiones de los demás en lugar de estar permanentemente juzgándolas y el tema de las nacionalidades que me parece anacrónico, algo que deberíamos ir superando porque el mundo ya no se divide en compartimentos estancos de grupos monolingües, monocolor, monoteístas y mononeuronales, sino que vivimos en lugares que no necesariamente tienen que coincidir con el lugar en el que nuestra madre dio a luz. Que dicho sea de paso, es un accidente de la naturaleza.

Yo no me gané en una vida anterior haber nacido en España y no 1000 km más arriba o más abajo.

En cualquier caso, sólo los árboles tienen raíces, las personas tienen piernas y tienen todo el derecho del mundo a quedarse donde nacieron, a que les encante el lugar donde nacieron es una elección igual de válida, faltaría más, pero a lo que no tienen derecho es a imponerle al resto restricciones, a los que se quieren mover. Todavía menos si los que se mueven lo hacen cumpliendo las normas de los talibanes de las restricción, en este caso EEUU y el comité olímpico.

Por desgracia este apuro de los que entienden el mundo como un lugar lleno de paredes, no genera conflictos únicamente a nivel movilidad, también cuando hablamos de realidades internas.

Nos encontramos Noruegos negros, nacidos en Noruega que jamás pisaron otro lugar diferente a Noruega y esto genera conflictos, porque en nuestra mente cavernícola los Noruegos son blancos. «Es que hay que echarlos». ¿Echarlos a dónde? Si nacieron aquí.

Pues bien, dentro de estos conflictos, cada vez es más frecuente uno que es el de hijos con padres de distinta nacionalidad. Es esto es más viejo que el hilo negro, pero, en mundo cada vez más regulado, el problema emerge porque hay que tomar decisiones a nivel pasaporte, nacionalidad, etc.

Y tenemos que entender que un niño hijo de padres de 2 nacionalidades tiene 2 opciones para elegir y quizá no elija la que a ti te gustaría. Y no pasa absolutamente nada.

También os digo, es fácil juzgar a los norteamericanos cuando se equivocan así, intentemos recordar esto cuando seamos nosotros los abandonados por alguien, porque es muy humano caer en el reproche.

 

Os dejo hoy con un proverbio chino, que explica muy bien por qué entre todos los ejemplos de nacionalizaciones Eileen Gu ha sido tan atacada.

«Sólo se tiran piedras al árbol cargado de frutos”

Gracias y hasta pronto.