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En 1839, Línzéxú, comisario imperial encargado de la erradicación del opio en China, destruyó más de 20.000 cajas de opio que había incautado después de diferentes disputas con los británicos. Lo que ocurrió después forma parte ya de los libros de historia.

El enfado de Lord Palmerston fue capital. Y la represalia no se hizo esperar. El opio era parte fundamental, crítica, de las finanzas del imperio y un mal cálculo geoestratégico había hecho tambalear a un gobierno que acababa de ganar una moción de censura por unos pocos votos y se encontraba con parte del parlamento en contra por la inminente guerra con China.

Los tories lo tenían todo de su parte para tumbar al gobierno. En el parlamento británico se debatía sobre la deshonrosa causa que les llevaba a la guerra: la protección del narcotráfico. Pero, como diría Nietzche: matar a una cucaracha está bien, matar a una mariposa está mal.

La moral, tiene criterios estéticos. Con lo que, en lugar de discutir la moralidad de una guerra causada por el contrabando de opio de los británicos, algo ciertamente desagradable, se pasó a discutir una guerra por injurias hacia súbditos de la corona.

La carta de Lord Palmerston decía así:

Estas medidas hostiles por parte de Gran Bretaña contra China no sólo están justificadas, sino que se han convertido en absolutamente necesarias debido a las injurias que han sido cometidas por las autoridades chinas contra funcionarios y súbditos británicos, y estas hostilidades no cesarán hasta que se alcance un acuerdo satisfactorio con el gobierno chino.

Básicamente, y a la postre lo que ocurrió, que les dejaran seguir vendiendo droga en China. Tenéis varios episodios donde comento el incidente, la existencia de Hong Kong, que defendemos tanto desde occidente se debe ni más ni menos que a esto.

Tras la primera guerra del opio los británicos se quedan Hong Kong como base de operaciones de todo el narcotráfico en Asia. ¿Cómo entender la historia del mundo sin entender Hong Kong, verdad?

Un error de cálculo

Pero hoy os quería hablar de un tema y es justamente el menosprecio de Gran Bretaña a la china imperial, un menosprecio que casi les cuesta su imperio, pues sin sus ingresos por opio, la corona británica entraba en quiebra.

Hablamos de 1840, pensemos que la hegemonía británica se extendió hasta principios del siglo XX. Cuánto hubiera cambiado la historia de perderse esa guerra por ejemplo, un desencadenante del que no podemos medir sus consecuencias.

Y los británicos aprendieron. ¿Cómo era posible que los chinos se rebelaran? Cometieron un error de cálculo. China se había quedado atrasado, los británicos se sentían invencibles en el mar, pero… La historia del ser humano es la historia de imperios que en algún momento toman una mala decisión o un conjunto de ellas y caen.

Las discusiones que se generaron principalmente entre 1839 y 1842 estuvieron basadas en: ¿Cómo nadie supo ver que si a los chinos los llevabas al límite, se lanzarían al combate? ¿Cómo era posible que los chinos no entendieran que no tenían ninguna opción de victoria? Se había realizado una mala comunicación por parte de la corona, claramente.

Tampoco se supieron aconsejar por expertos. Una vez iniciada la contienda empezaron a escuchar a sinólogos, orientalistas, expertos que fueron claves en la resolución del conflicto a favor del Reino Unido.

Entendieron que en la corte imperial, al emperador no siempre le llegaba la información correcta, los delegados solían anunciar éxitos, enmascaraban la realidad para presentar victorias donde no existían, derrotas útiles y estratégicas cuando no eran posible de camuflar; en general el imperio chino estaba por encima del resto y nada iba a salir mal.

El sistema de meritocracia china en el funcionariado también generaba incentivos perversos a la desinformación ya que la derrota podía suponer la desgracia no sólo del sujeto sino de toda su familia mientras que la victoria ofrecía un ascenso vertiginoso, dinero y sobre todo poder.

¿Una nueva guerra del opio?

Bien, hoy no os quería hablar de la guerra del opio. Las guerras del Opio, las dos, sino de la tercera guerra del opio, obviamente esta no existe, todavía. Porque me preocupa en ocasiones la forma de actuar de los norteamericanos, pero, si queréis que os diga la verdad, son muy básicos. Con todo su complejo sistema de defensa, el pentágono, la CIA, los espías y todo lo demás… Me parece que ya no sorprenden a nadie. Ya sabemos de lo que son capaces.

Más allá de que con Biden vamos un poco perdidos, no sabemos si un día se le va a calentar la cabeza y en lugar de llamar al interfono de casa de su ex-mujer va a apretar sin querer el botón rojo de la maleta esa que preserva la vida humana, Trump era más divertido, el abusón que repetía curso e intimidaba a los más débiles de la clase, pero que en cuanto rascabas un poco te dabas cuenta que tenía las neuronas justas para no tropezarse caminando.

Los británicos son distintos, al menos su clase dirigente. Bueno, Boris Jonhson era la versión inglesa de Trump pero con el minibar de Boris Yeltsin en la limusina. En fin, salvo deshonrosas excepciones, los británicos pasan más desapercibidos, no les prestamos tanta atención pero ellos, sus servicios secretos, su armada, su casa real, su moneda, entienden el mundo de otra manera.

No se sienten unos lacayos de EEUU, como nos sentimos el resto de Europeos, algunos. Ellos no, ellos creen que tienen algo de incidencia en el planeta, que son un país respetado. Respetados lo son todos, ya me entendéis; respetado en el sentido del respeto que se le tiene a las personas mayores, a un sabio, a alguien que cuando habla los demás escuchan. En definitiva, se creen que pintan algo.

Y está bien, me gusta la gente con autoestima alta, no dejarse pisar, tener amor propio, todo muy respetable. El problema es cuando esa autoestima se desborda y puede llegar a provocar una guerra. Porque el Reino Unido de hoy no es el de 1840, la China de hoy no es la de 1840, el presupuesto del servicio secreto británico de hoy será muy alto pero está al servicio, de un país, perdónenme, irrelevante.

Debatiendo en el parlamento

Pero claro, como sucede con un médico o un profesor, de manera muy loable, o con el asesor del vicesecretario departamento para la reproducción del ornitorrinco albino en nueva gales de enmedio, pues quien detenta un pedacito del gasto público tiene siempre unas explicaciones conmovedoras para justificarlo.

Y en esas estamos. Tenemos al jefe del servicio de espionaje británico, intentando justificar su pedacito de gasto público. Bueno, creo que no se llama servicio de espionaje, se llama agencia de inteligencia y ciberseguridad o algo así, y el tipo habla como si de las decisiones de la cámara de los lores dependiera la paz mundial.

La verdad es que sigo atentamente las discusiones que se dan en el parlamento británico, yo que soy un enfermo, y porque me va esto, también para que no tengáis que hacerlo vosotros, ya os paso yo el resumen, pero la verdad es que se pasan el día debatiendo sobre China, sobre los uigures principalmente, ya digo, como si el mundo estuviera pendiente de ellos porque allí se decide el misterio de la creación del universo.

Y lo última declaración, la que os traigo hoy, va muy relacionada con aquello de estar preparados para cuando tengamos que derrotar a China. Que no nos vuelva a suceder lo de la primera guerra del Opio.

Y este hombre, Jeremy Fleming, nos cuenta que según los informes que maneja el servicio secreto, China podría estar aprendiendo de la guerra de Ucrania para burlar futuras sanciones de la comunidad internacional. Y la verdad es que esto es más grave de lo que parece. Y honestamente, llega en mal momento. Un momento tenso para China donde no se toleran estupideces y ésta es una estupidez muy desafortunada en un momento crítico.

Obviamente, como no creo en las casualidades, que se diga algo así ahora, no es casual, se hace con toda la intención del mundo para colocar el tema en la agenda china durante su congreso.

Adelantando acontecimientos

La idea que desliza Fleming es que el fracaso en el bloqueo de las finanzas rusas, por parte de occidente, será todavía mayor, cuando sancionen a China por culpa de sus avances en su moneda digital. Si no son capaces de bloquear los bitcoins de cuatro colgados, imaginad lo que sería intentar bloquear a la primera economía del mundo en términos ajustados por paridad de compra, con una moneda tecnológicamente más avanzada que la que tiene ningún otro país, que burla controles bancarios, os lo digo hablando en plata: Una moneda que no entienden. Y que con suerte nosotros desarrollaremos en una década.

Pero fijaos en lo macabro del anuncio. Cuando queramos sancionar a China por algo que todavía no han hecho, quizá se nos escapen. Es decir, el sindicato del pre-crimen, ese que invadió Irak para que no usaran armas de destrucción masiva que al final resultó que no tenían, ese, los buenos, están agobiados porque alguien podría tener una salida cuando lo juzguemos, condenemos y apliquemos la condena de un delito que todavía hoy no sabemos si cometerá. Todo ello en un futuro que somos capaces de predecir, más que nada, porque somos capaces de provocar pero claro, como van por delante ya tecnológicamente, pues cada vez somos más incapaces.

Bueno, si no se sienten todavía más incapaces es porque no tienen ni la más remota idea de lo que sucede en China. Si no, sabrían que no van un poquito por detrás, sino bastante. Aunque, debo suponer que el jefe de los servicios de inteligencia británicos, debe estar algo más enterado que el resto de pseudo-expertos que corren por internet.

Obviamente, el señor Fleming sabe que el crypto-yuan se creó desde mucho antes de que se provocara la guerra de Ucrania, con lo que entiendo que saben que no existió jamás ninguna intencionalidad de China para crear una tecnología que les sirviera para evadirse de unas posibles sanciones que no sabían que iban a recibir porque ellos pensaban en un mundo en paz donde el comercio y no las balas fuera quien asignara ganadores y perdedores. Ahora ya dudo.

Al asociar el crypto-yuan a una vía de escape a algo similar a las sanciones occidentales a Rusia, no sé si es que tanto la OTAN como China tenían claro que la guerra de Ucrania se iba a provocar y China ya caminó pensando en los posibles bloqueos que recibiría Rusia…. Pero no, no le otorgo tanta planificación a largo plazo a los políticos, menos aún a los occidentales cuyo horizonte temporal son 4 años.

Muy rocambolesco todo, innecesario, ofensivo y espero que los chinos, una vez más, hagan oídos sordos y vayan a la suya, porque bajo mi punto de vista estas declaraciones son gravísimas. No voy a decir que son una declaración de guerra, pero si esconden la idea de que, al menos desde occidente, alguien se está preparando para una contienda contra China y ya ni siquiera lo esconden. O, quizá no se están preparando y lo que buscan en este juego de declaraciones y contradeclaraciones es justamente provocar a China.

En fin, resumiendo: para que sirve alertar a la población de que los chinos podrían evadir unas sanciones futuras que impondríamos por un delito que los chinos todavía no han cometido y no sabemos si cometerán.

 

  1. Para inocular en la población la idea de que China es el enemigo
  2. Para inocular en la población la idea de que China sí o sí será culpable de algo en el futuro. Y si no, ya nos encargaremos de que lo sea.
  3. Para alarmar a la población, explicándoles cuan débiles somos, lo cual ayuda a que entiendan mucho mejor porque debemos ampliar nuestro presupuesto militar. Un jefe de contra-espionaje, ¿Qué quiere? ¿Qué nadie espié? No, si nadie espía me quedo sin trabajo, mi departamento no tendría sentido. Quiere que la sensación en la sociedad sea de estar siendo espiados, por tanto mi trabajo es fundamental, paga tus impuestos feliz, necesito más recursos y es por tu bien.
  4. Y no menos importante… Provocar a China. Fijaos que aquí, como con lo de Ucrania, lo que estamos buscando es la profecía auto-cumplida. Que China acabe atacando. Es decir, quizá China son los malos y todo lo que hacemos para defendernos de ellos es poco. Vale, os lo compro. ¿Aunque no hayan invadido a nadie en más de 40 años y nosotros destruyamos países cada vez que nos aburrimos? Jo Adrián, si vas a venir con datos así no se puede discutir. Bien, la hipotesis dominante de que los chinos son malos, y si no han hecho nada malo, lo harán la entiendo. Ahora pensemos que no fuera así, que quizá no todas las culturas ven en mundo en términos de conquista, colonización, extracción de recursos por la fuerza, etc. Y que quizá China no está en esas. Que sólo tiene una estrategia pacífica. Sé que cuesta imaginar esto, porque nosotros siempre estamos dispuestos a pelear, pero imaginad que son unos hippies colgados, que por lo que sea, estarán locos yo que sé, no quieren pelear. Qué pensáis que puede pasársele por la cabeza a la cúpula del partido, durante estos días de reuniones, os voy a decir algo… aunque no haya partidos, como en toda colectividad que supera una cierta masa crítica hay facciones. Es decir, que no discutan como hacemos en occidente, en los congresos, para nada, porque eso no sirve para nada, todo el que va al congreso ya sabe lo que va a votar, no se escuchan, no se hablan entre ellos, cada uno le está hablando a su público, las cámaras de representantes de vuestros países no son un gasto del aparato del estado, en realidad es un gasto pre-electoral, pero si os contaran así, quemaríais el congreso, bueno pues en China como no necesitan tu voto, eso se lo ahorran y las discusiones entre facciones se dan en los pasillos. Como pasa en tu país en las discusiones de verdad. Bueno, pues qué pensáis que ocurre, cuando la facción más liberal del partido llega con la idea de hablar sobre el problema bancario, los más intervencionistas quieren prorrogar el covid cero, los otros están con la transición energética, y llegan los militares y dicen: oye que un calvo del Manchester United dice que no sabe cómo nos van a sancionar en el futuro cuando nos salgamos con la nuestra invadiendo no sé, Ruanda. Oye, estás seguro de eso? No sé, la verdad es que no sé qué haremos mal pero ellos ya se están preparando. Bueno, pues habrá que prepararse también, ¿no?

Y así señores, es como se provoca una pelea. Cuando vean que China se prepara, tendrán más argumentos para asustar a su población, cuando más asusten a su población más escalarán los partidos que proponen más inversión militar, más peso ganan los militares y por tanto se vira el debate a términos más belicistas y cuanto más vayamos por esa vertiente, más reacciones habrá en China.

Los británicos no estaban preparados para la primera guerra del Opio pero eran muy superiores militarmente, hoy son muy inferiores militarmente pero quieren que no les coja desprevenidos la tercera guerra del opio. Pero, ¿Qué tercera guerra del Opio? La que vamos a provocar. Porque la religión ya no es el opio del pueblo, hoy la demagogia es el opio del pueblo.

Os dejo hoy con una frase de el arte de la guerra de Sun Tzu:

Las armas son instrumentos fatales que solamente deben ser utilizadas cuando no hay otra alternativa.

Es claramente la estrategia que está siguiendo China con Taiwán, veremos, porque creo que desde el reino unido, se le ha dado la vuelta y lo que están pensando es: arrinconemos a China en la medida de lo posible hasta que no tenga otra alternativa que usar las armas.

Gracias y hasta pronto.