Me habéis preguntado mucho en las diferentes redes sociales preguntas de todo tipo acerca del Coronavirus en China, suelo responder que me declaro incompetente en un debate sobre covid, no tengo una opinión formada ni sobre su origen, ni sobre las vacunas, o si hay que llevar mascarilla y mucho menos cuándo terminará esta pesadilla

El problema de los que tenemos voz, en mi caso un canal pequeñito, es que nos preguntáis sobre todo y acostumbramos a responder sobre todo. Y creo que es un error. Hay temas de los que sé y hay temas de los que no sé y muchas veces deberíamos tener la honestidad intelectual para decir: de esto no sé.

Y hoy quería hablaros de un tema, que formando parte del gran tema covid del que no sé, he investigado lo suficiente para tener una opinión formada y poder compartirla, porque más allá del tema médico que me interesa muy poco, suele incluirse entre los ataques indiscriminados contra China. En esta dualidad en la que nos encontramos, o eres pro-chino o anti-chino, da igual que hablemos de misiles, de vacunas o de teléfonos móviles, todo se acaba llevando al debate entre buenos y malos. Y de esto sí se un poquito. Dejadme que os lo explique.

Objetivo: Covid cero

China lo está dando todo para mantener el covid a raya dentro del país. Se ha convertido en una cuestión nacional. Y claro, no es sencillo. Si todos los países están intentando hacerlo lo mejor posible, tener el menor número de casos posible, el menor número de muertos posible, China aspira al 0. No 0 muertos, 0 casos. Y todo lo que se salga del 0 provoca una movilización, en ocasiones sin precedentes, hasta volver a llevar el número a 0. 

Desde el gobierno no han tenido reparos en destinar los recursos que fueran necesarios para llevar a cabo esta estrategia. ¿Qué se busca realmente?  Quizás es una excusa para mantener a su población más controlada. O tal vez simplemente es la mejor publicidad en términos nacionalistas. 

Dejadme analizar algunas de las críticas que ha recibido la estrategia anti-covid china (en números al menos la mejor del mundo) y la credibilidad de estas. 

Los números hablan

En su momento, la noticia de que China había logrado poner en cero el número de casos en Wuhan, en marzo del 2020, fue muy alentadora. Recordemos, en marzo, el covid apenas había asaltado Italia y en España aún nos lo tomábamos a broma. 

Lo habían logrado aislando por completo a ésta provincia, testeando como si no hubiera un mañana e identificando certeramente los casos positivos para controlar la dispersión del virus.

Mientras los gobiernos dudaban de la información estadística de casos que el gigante asiático proporcionaba, el gobierno chino desarrollaba lo que sería hasta el momento en términos de eficacia, la mejor estrategia nacional anti-covid: Covid Zero. 

Aún siendo una meta que necesita una disponibilidad absoluta de recursos económicos y logísticos, China ha sabido implementarla y sacarle provecho. 

El país con más población del mundo apenas ha declarado 100.000 casos y tan sólo 5.000 muertes a causa del virus. Comparándolo con países que optaron por la estrategia opuesta, en el caso de Brasil, que sería paradigmático en este punto (China tiene 7 veces la población de Brasil), y el país sudamericano ha declarado 22 millones de casos 22000% más y 600.000 muertos 12000% más. 

Pensemos que una gestión buena o mala de la pandemia no sólo repercute positiva o negativamente salvando vidas, no existe una dualidad como se ha intentado explicar en algunos países entre salud y economía. China ha sido uno de los países con mejores resultados en términos de muertos y contagiados y eso ha provocado que sea uno de los países con mejores resultados económicos tras 2 años de pandemia. 

Disciplina

¿Y cómo ha conseguido esto China? Lo que me pide el cuerpo decir es disciplina. Algo que puede sonar dictatorial pero lo es tanto como que nos encierren en casa en occidente o nos obliguen a ir con mascarilla por la calle. 

La restricción de libertades se ha dado en casi todos los países, la clave está en si preferimos vivir con restricciones continuas más o menos severas, o con restricciones máximas durante un periodo de tiempo más acotado. 

Recordad, el virus se detecta en diciembre, se ponen manos a la obra en enero, y en marzo ya hablamos de cero casos. Marzo de 2020, a partir de ahí… Fiestas, conciertos sin mascarilla y vida prácticamente normal durante estos dos años en los que occidente ha vivido una auténtica montaña rusa de restricciones. 

En Europa se hablaba de alcanzar el efecto rebaño… De conseguir producir vacunas rápido como solución definitiva. Si hacemos un repaso de las teorías más esperanzadoras que filtraban los expertos en televisión… Todas se han ido rebelando como falsas. Mientras tanto, en China, el “covid cero” era la única estrategia. 

Mientras en ciudades como Madrid convivían con 10 o 12.000 casos diarios, en China ciudades 2 o 3 veces más grandes se han cerrado totalmente por 40 o 50 casos totales. La estrategia fundamental nunca ha sido ni el efecto rebaño, ni la vacunación total de la población, nada… Siempre fue que no exista ni un sólo caso. La exterminación total del virus.

Y de ahí se entiende que mientras dentro de China se hace vida normal, las fronteras se han fortificado y entrar y salir del país durante la mayor parte de estos 2 años ha sido realmente difícil. Ha sido el precio que ha decidido pagar China para mantener esa idea de Covid cero.

Costes no deseados

Es cierto que todas las estrategias tienen costes y ésta también los ha tenido. Como si de una especie de lepra se tratara, los ciudadanos chinos infectados han sido prácticamente expulsados de sus comunidades, señalados por sus vecinos, etc.

Mientras en occidente todos tenemos familiares o amigos que han pasado el virus, y hemos normalizado la enfermedad dentro de nuestras vidas, en China se conocen los casos prácticamente por televisión, muchísimas ciudades de incluso millones de habitantes jamás tuvieron un sólo caso y esto provoca un recelo, por desconocimiento, que puede llegar a ser muy nocivo psicológicamente para su población. 

Bullying en toda regla para infectados y para evitar que estos silencien los casos se actúa desde el gobierno con multas y en función de la irresponsabilidad, detenciones.  

Otra crítica recurrente vuelve suele cebarse sobre el gobierno de Xi Jing Ping y la mentalidad china en general. 

En los últimos años han logrado concretar económicos y sociales objetivos ambiciosos a costa de lograrlo como sea. Se suele hablar de China como un país eficaz pero muy poco eficiente. Es decir, matan moscas a cañonazos, consiguen su objetivo pero… cuando se quiere añadir una crítica a un éxito chino se suele acompañar de la coletilla: “sí, pero a qué precio”.

En este caso, debo decir que fui crítico con el modelo de gestión de la pandemia chino, me pareció exagerado, demasiado autoritario, pero desgraciadamente viendo los resultados no sólo parece eficaz, sino sorprendentemente también se ha demostrado eficiente, o como mínimo más eficiente que otros. 

A pesar de los videos casi apocalípticos que nos muestran de ciudades fantasma completamente cerradas, gracias a estos cierres sí, intensos, China ha sido de los países que menos ha tenido que cerrar a sus habitantes. 

Otra imagen con la que se nos bombardea a menudo es la de ejércitos de sanitarios llegando a un lugar encuarentenado para hacer millones de test, por apenas unas decenas de casos. La sensación que se nos infunde es de derroche inefectivo, de nuevo, matar moscas a cañonazos. Sin embargo no se nos explica que más allá de estas noticias impactantes, China no es de los países que más testea sino todo lo contrario. 

Dualidad mundial

Al final estas medidas tan exageradas contraintuitivamente salen más baratas. Porque tienes a tu población permanentemente limpia y sólo actúas sobre los focos. Esto está basado en el modelo epidemiológico SIR (Susceptibles, infectados y recuperados) donde se divide a la población y se ejerce presión sobre susceptibles localizando focos para encontrar infectados, liberando cada vez áreas más grandes. 

En occidente se ha optado por un descontrol total de los infectados lo que convierte a todo el país en susceptible y obliga a medidas desesperadas que no son sostenibles en el tiempo ya que afectan no sólo a la economía sino también a la salud mental de la población. 

Curiosamente, una de las críticas que recibe China en este punto proviene de la profesora Nancy Jecker que la BBC publicada el dia 9 de agosto de 2021, en la que se menciona que el mundo se dividirá entre aquellos países que sigan persiguiendo una estrategia de “cero covid” (a costa de la salud mental y económica de su población) y otros que hayan cambiado a una estrategia de mitigación. 

Quizás tanto la BBC, inglesa, como la profesora Jacker, estadounidense, deberían investigar de manera más profunda cómo es que la cantidad de fallecidos en sus propios países a causa de la mala o directamente no-implementación de estrategias anti-covid afectó la salud mental de los Estadounidenses y británicos. 

En éste artículo de la BBC hablando sobre Covid Zero no solo se limita a hipotetizar sobre los puntos débiles del planteamiento sino qué también va un poco más allá: 

¿Por qué el gobierno chino está haciendo todo esto? ¿Hay tras la idea de reducir la cantidad de casos de Covid una intención oscura por parte del sistema comunista y más en concreto, por parte de Xi Jingping? 

Para la BBC, al parecer sí. Principalmente plantea, con sigilo eso sí, tres panoramas “probables” dónde el gobierno chino se beneficiaría de tener cero casos de covid dentro de sus fronteras, vamos uno por uno.

Las tres teorías

La CNN estadounidense el 4 de noviembre del 2021 trae a colación y tilda de crucial la reunión de las élites del partido comunista. De hecho así es: era una reunión fundamental dónde finalmente la misma cúpula de poder tomó la decisión de dar luz verde a Xi Jing Ping para ejercer un tercer mandato, tras evaluar el desempeño, los objetivos, etc.

Sabemos cómo actúa el gobierno chino y sí, no funciona igual una convención nacional con miles de casos explotando por todo el país que con la situación completamente controlada.

En cualquier caso, parece una crítica muy débil… El gobierno chino ha mantenido el covid a raya porque le interesaba para que sus élites se mantengan en el poder. Pues claro, y ojalá siga siendo así. 

Lo equivalente sería decir: EEUU ha mantenido el covid a raya porque vienen las elecciones y a Biden le interesa poder mostrar éxitos. Efectivamente, hacerlo bien comporta reconocimientos, hacerlo mal, críticas. Sinceramente, ojalá EEUU lo hubiera hecho mejor y el político de turno, fuera cual fuera pudiera apuntarse un éxito.

Bien, la segunda teoría se presenta a partir del evento deportivo más polémico hoy por hoy. Las olimpíadas de invierno chinas de 2022.

En varios medios hemos leído insinuaciones de que China ha endurecido sus medidas en vistas a los inminentes juegos olímpicos para recibirlos con ningún caso de covid activo en su país. 

Recordemos que los juegos olímpicos de invierno del 2022 en China están bajo un boicot occidental de parte de, hasta el momento, Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá. Es decir, ya se encuentran completamente politizados. 

La teoría es que para Xi JingPing los juegos Olímpicos son un hito fundamental en la divulgación cultural del país asiático. Es una excelente oportunidad para demostrarle al mundo entero los rasgos más distintivos de ésta sociedad, y China intentará apuntarse un tanto con una imagen del país sin covid.

Por último, en la BBC se expone una última interpretación “bastante oscura”. Tanto Xi Jinping como su equipo están a gusto con la idea de reducir la influencia extranjera en éste país, y la pandemia ha sido una excusa perfecta para hacerlo a vistas de todos, pero justificadamente. 

Ni entro a intentar valorar esta crítica. China es un país autoritario y cuando ha querido restringir la entrada de extranjeros lo ha hecho a través de una política de visados más severa, los que las hemos vivido desde dentro las conocemos bien. 

China no necesita excusas para controlar su población extranjera, lo hace cuando lo cree necesario y punto. Excusas suelen necesitar los políticos occidentales a los que les encantaría hacer lo mismo que hace China pero se tienen que contener y manipular a su población para que su imagen no pierda puntos por el camino. 

Cortinas de humo

En general las críticas al Covid Zero me parecen muy endebles. Básicamente se resumen en: “lo están haciendo bien porque les conviene”. Pues, no se me ocurre otra definición de la tarea de un político… Que lo haga bien si quiere poder mantener su butaca. La columna vertebral de la democracia.

En estas críticas a la estrategia de covid cero vemos cómo los medios occidentales señalan con el dedo hacia Asia mientras intentan tapar su propios fracasos políticos.

Me gustaría realmente ver análisis objetivos, constructivos sobre la política cero covid, que pudiéramos aprender si es que hay algo para aprender o que se critique con datos objetivos. Incluso si la economía china funcionara mal por causa de la pandemia o si tuvieran un descontrol total del virus en el país, me encantaría ver críticas objetivas igual que hicimos con Suecia cuando decidió no imponer restricciones y se analizaba sus políticas con curiosidad, no  me interesaba en absoluto saber si el partido en el poder en Suecia era de derechas o de izquierdas, pro-Ruso o pro-elfo o pro-veganismo. Me interesaba desde un punto científico si era mejor su estrategia o la de sus países vecinos porque mi objetivo no era juzgar sino aprender. 

Cada vez que veo un titular donde dice:  llega la variante delta y pone en jaque la estrategia covid cero de China, llega la variante Omicron, ¿podrá China seguir manteniendo a cero sus casos?, da la sensación de que están permanentemente esperando que les vaya mal. Y algún día sucederá, no digo que sea una estrategia infalible lo que sostengo es que sus números han sido hasta hoy infinitamente mejores que los occidentales con lo que ahí tenemos algo para aprender. Por qué en lugar de desearle el mal al vecino no intentan fijarse.

Lo mejor que se suele explicar a favor de China es: “China te demuestra que el autoritarismo funciona”. ¿Somos incapaces de lanzar un piropo sin incluir una crítica tendenciosa de regalo? 

¿No es autoritarismo restringir la libertad ambulatoria como se ha hecho desde España hasta Australia? ¿No es autoritarismo inventarse un pasaporte para restringir la entrada en comercios?

¿No es autoritarismo obligar a usar mascarilla incluso en la calle cuando hace 2 días podíamos estar en casa apelotonados mientras ventiláramos la estancia? ¿Hay algo más ventilado que la calle?

No, a China no le ha funcionado el autoritarismo, le ha funcionado un autoritarismo diferente al que se ha aplicado en occidente. ¿Por qué no somos capaces de valorarlo?

 

Os dejo con un proverbio chino que explica esta idea en la que caemos a veces de enamorarnos de nuestras propias ideas, cerrar los ojos cuando algo sale mal y huir hacia delante cuando alguien nos critica:

“El sabio puede sentarse en un hormiguero pero sólo el necio se queda sentado en él”.