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La yuanización de Argentina

En un artículo que publicábamos el del día de Los Santos Inocentes sobre posibles “Cisnes Negros” en el año que entra, varios expertos ofrecían una predicción de sucesos extremos, difícilmente realizables pero que invitaban al debate. Yo colaboré hablando de la yuanización de Argentina.

Y como he recibido feedback de todo tipo, he pensado en explicar en este episodio cómo llegué a una conclusión para algunos tan sumamente distópica.

Os lo cuento desde el principio.

¿Por qué Argentina?

Tras la victoria del Kirchnerismo en Argentina me asaltaron ciertas dudas sobre el futuro de este país. De hecho, iba a decir…, que desde las PASO, que para los que no conocéis el sistema electoral es como unas primarias de las primarias… Es decir, a los Argentinos les va la marcha.

Pero tampoco desde aquel momento. He seguido la política argentina desde que asumió Macri y no hay un sólo día del año que no revise periódicos, ruedas de prensa o análisis de economistas en Youtube para entender mejor porque este país lleva casi un siglo intentando legalizar la eutanasia a nivel colectivo.

¿Por qué sigues tan de cerca Argentina? Me preguntan en China. Muchísimas razones: por afinidad cultural, por motivos profesionales, ya sabéis que colaboro con el gobierno chino en su programa de la nueva ruta de la seda y Latinoamérica es clave en la expansión china… Sigo también a Argentina por sincera admiración, porque me parece uno de los países más bellos y diversos del planeta, porque llegó a ser el país más rico del mundo hace poco más de 100 años y porque me parece estremecedor ver como estamos viendo, la caída a los infiernos de un país de este nivel; y lo visionamos en tiempo real.

La primera vez que me interesé por la economía argentina fue cuando en una clasificación alguien mencionó que en el mundo existían cuatro tipos de países. Ricos, pobres, Japón y Argentina. Había estudiado el fenómeno deflacionario de Japón… Y toda mi atención se volcó en Argentina.

En ocasiones me toca responder en reuniones oficiales si Argentina es un país pobre. Claro, pobre es, pero no es un país tercermundista, que es a lo que se suelen referir. No es Bangladesh que es lo que imagina un político chino cuando hablas de pobreza. Claro, tampoco es un país en vías de desarrollo. Como suele ocurrir, Argentina escapa de todos los términos inventados. Y en esa clasificación: países desarrollados, países subdesarrollados y países en vías de desarrollo, en una reunión añadí con éxito un cuarto. Países en vías de subdesarrollo.

Y en esas Alberto gana las PASO se posiciona como gran favorito y yo preparo un informe económico que imagino habrá quedado guardado en algún cajón en Beijing. ¿Se ha planteado el gobierno chino yuanizar un país exterior?

Os pongo en antecedentes. Argentina, como comentaba, llegó a ser el país más rico del planeta en 1895. Fue el país que más creció del mundo en sus primeros 100 años de historia y el país que menos ha crecido en los 100 años siguientes. Este gen de líder que tienen parece llevarlos siempre a ser el número 1, para lo bueno o para lo malo. Un país extraordinario en el sentido más amplio y añadiría incluso macabro de la palabra.

Actualmente es la economía número 661 y en los próximos meses continuará bajando. Bueno, más allá de un veranito basado en la esperanza de este nuevo ejecutivo que quizá pare la bajada… Veremos como la caída continúa.

La inflación y los tipos de interés

En estos momentos es un país completamente quebrado; desindustrializado, con el sistema impositivo más alto del mundo (salvado la isla de Comoros en África)2, 0 inversión extranjera, una mayoría de la población viviendo de ayudas públicas, un sistema jubilatorio que no da para más y el campo que es la máquina a la que vive enganchada el enfermo que ya no puede pagar más impuestos. Y lo peor, el dato de la inflación: 50% anual3… Que en cualquier otro lugar del planeta lo tildaríamos de inicio de una hyper-inflación pero en Argentina es tan trágica la situación que se han acostumbrado a vivir, re-negociando tu sueldo todos los días porque con este aumento de precios desaparecería cada 2 años. Y es que el problema no es este nivel de inflación, el problema es que el mal es crónico. Muchos argentinos, los más jóvenes, no han conocido inflaciones anuales de una sola cifra. Es decir, que un 7 o un 8 % de inflación que encendería las alarmas en cualquier país del primer mundo… Es un sueño imposible para esta Argentina.

Y ahora además deuda. Porque Macri fue otro desastre. Tanto, que volvieron los que no tenían que volver. Multiplicando la deuda hasta niveles impagables, en lugar de usar la confianza de sus votantes para hacer reformas estructurales, el crédito se ha esfumado intentando controlar el cambio del peso al dólar. Pagando intereses de un 60% mientras en gran parte del mundo el dinero circula con tipos negativos4.

Para los que no entendáis la relación, pensad que tenéis 1.000 euros en el bolsillo y que os dicen que un Iphone vale 1.000 euros, es decir, con vuestro capital podríais comprar uno hoy. Si ahorráis… pensad que el ahorro no es ni más ni menos que posponer el consumo y con ese dinero decidís invertir (quería comprarme ese Iphone pero un conocido está abriendo un negocio y me pide esos 1000 euros como préstamo), que le pediré yo como interés, el interés no deja de ser el precio del dinero, el precio al que le presto yo mi dinero… Es decir, tengo ese producto (mis 1.000 euros) y te lo dejo un año. Pero claro, yo me he privado de ese producto, en este caso el Iphone que me hubiera comprado con ese dinero y tienes que compensarme para que me interese más prestarte ese dinero que consumirlo yo. Eso se llama tasa de interés.

En una economía con inflación 0, yo podría prestarlo al 10% de interés. Es decir, te presto 1.000 y en un año me devuelves 1.100 euros. Perfecto, he ganado 100 euros. Estoy simplificando mucho porque aquí entrarían otras variables como el riesgo de tu negocio, el coste de oportunidad… Quizá valoro más un Iphone que los 100 euros que pueda ganar prestándote mi dinero… Pero imaginemos que ese dinero no quería consumirlo, pensaba invertirlo, tu negocio tiene buena pinta… Bien, negociamos un interés. Obviamente, el interés tiene que estar por encima de la inflación.

Si la inflación es 0, cualquier interés me ofrece beneficio. Ahora bien, imaginad una inflación del 50%. Significa que en un año, cuando tu me devuelvas mis 1000 euros, imaginemos que te los presto como amigo y no te cobro interés… Cuando vaya a la tienda a comprarme el Iphone, este valdrá 1.500 euros. 1.000 que valía el año anterior más 500 resultado de la inflación. Si yo sé esto a día de hoy, para posponer mis compras futuras y que me compense prestarte ese dinero, el precio que te tengo que cobrar por ese dinero ha de ser irremediablemente superior a la inflación. Es decir, te exigiré, un 60% de interés. Esto significa que te presto 1.000 euros, me devuelves después de un año 1.600, me compro entonces mi Iphone por 1.500 euros y gano 100 euros gracias a la inversión que hice.

Entendéis ahora porqué los tipos de interés están directamente relacionados con la tasa de inflación… Y por qué si en Argentina hay una inflación del 50%, inexorablemente los tipos de interés han de estar por encima de esa tasa.

Emprender en Argentina

Y ahora pensad, ¿quién puede emprender en Argentina? ¡Pues alguien que necesita pedir un crédito obviamente no! Es un suicidio a estos tipos de interés. Y, ¿si no emprenden los que piden prestado quién puede emprender? Los que tienen ahorros. Y si la inflación es el impuesto al ahorro y tu dinero cada año pierde casi la mitad de su valor, quién ahorra, retrasando su consumo, esperando una oportunidad en el mercado en «éste» mercado? Absolutamente nadie.

Perdonad el tocho económico, pero me parece fundamental analizar esto para entender cómo hemos llegado hasta aquí.

En este contexto, el ex-presidente Mauricio Macri fue al Fondo Monetario Internacional a pedir un crédito para no declarar la quiebra. Su afinidad con Trump le abrieron las puertas y consiguió un préstamo record en la historia del Fondo. Pero aquellos dólares ya forman parte del pasado, se esfumaron. Como el dinero vale lo que vale el prestigio del político que lo emite, el peso argentino es una moneda sin ningún valor y todo el que puede cambia a dólares para resguardarse de ese impuesto perverso llamado inflación.

Y en el estadio actual no son pocos los que llaman a la dolarización del país. Acabar ya con esta tortura bimonetaria y romper definitivamente la impresora de pesos.

Si el banco central no deja de estafar a sus ciudadanos emitiendo (lo cual genera esa inflación insoportable), quitémosle la potestad al gobierno y de la misma manera que Ecuador o El Salvador… Se acabó el problema.

Pero claro, los que hablan de dolarizar a día de hoy viven en una pantalla anterior. Con Alberto Fernández en la presidencia, EE.UU. ya no es un aliado. De hecho, con Bolsonaro en la órbita Trump, Argentina ya no es ni siquiera un país estratégico para EE.UU. y los amigos de los que puede tirar el presidente son países pobres, Rusia, China… Y poco más.

Dolarizar el país en estas condiciones es imposible. Es EE.UU. quien tiene que imprimir esos dólares iniciales. Y eso no va a pasar con un gobierno peronista al mando.

Pero… ¿y China?

Nadie ha pensado en ese país cuya apuesta por la internacionalización de su moneda ha sido absoluta. China lleva 30 años sembrando5. Como explicaba en un episodio anterior, la prisa es un fenómeno occidental. Los orientales, pueden esperar.

El Renminbi, traducido: “la moneda del pueblo», ha sido objeto de burla durante muchos años e incluso hoy, si alguien me escucha hablando de yuanizar un país quizá piense con desprecio… ¡Pero qué me estás contando! Es comprensible. Más allá de nuestras apreciaciones, si echamos un vistazo más a fondo veremos que el RMB es una moneda estable que como digo se va usando más y más a nivel internacional. En 2016 el Fondo Monetario la reconoció por fin como moneda de reserva y de hecho es la tercera moneda más importante por encima de la Libra británica o del Yen japonés.

El gobierno chino se está esforzando de sobremanera por dotar al Yuan de una credibilidad internacional que lo aleje de cualquier tipo de dudas. Sus esfuerzos para convertirla en moneda vehicular para transacciones internacionales son enormes. De hecho, que China y Rusia hayan pactado dejar de usar el dólar como moneda de intercambio va en esa línea. ¿Qué sentido tenía?

El programa de «La ruta de la seda» no es únicamente un plan Marshall de ayudas o de construcción de infraestructuras como no ha conocido el ser humano en toda su historia sino, esencialmente, un golpe en la mesa del nuevo hegemón que reivindica su lugar en el mundo. Y no parece creíble tal reivindicación sin una moneda fuerte que lo sustente. Explicaba en un episodio anterior que Rusia ve pasar a China por centro-Asia como las vacas cuando ven pasar el tren. Toda la influencia político-militar de Rusia, se ve desbordada por el dominio comercial chino en una región del mundo interesantísima a nivel cultural, muy rica en recursos naturales y sin embargo abandonada sistemáticamente por los libros de geografía e historia… Pareciera que en el imaginario colectivo más allá de Ucrania o si queréis en otra latitud, Turquía… No hay mucho más hasta llegar a China o India. Y se equivoque el ciudadano de a pie tiene un pase, ya que no se nos ha perdido nada por la zona del mar Caspio. Pero que se equivoquen los gobiernos, deja una autopista a Europa repleta de recursos al gobierno chino que no está dejando escapar su oportunidad.

China en Asia Central

Parece complicado, sin embargo, ver el Yuan o una especie de Euro asiático imponerse en centro Asia. Las economías post-soviéticas han disfrutado o sufrido según se mire la influencia rusa y con todo lo que les ha costado construir una moneda propia, se antoja difícil que puedan abandonarla a medio plazo, para volver a ser títeres de otro estado, éste además con mucha menos afinidad cultural.

Cuando China mira hacia el sur, la ruta de la seda marítima, aquí sí encuentra países más afines culturalmente: enemigos íntimos, socios que lo son felizmente o a regañadientes o, como explicaba en el episodio sobre India, enemigos de mis enemigos. Y, ¿qué une más que odiar al mismo enemigo? Sorprende con la influencia de China sobre Camboya, que prácticamente es una desinencia China en el golfo de Tailandia, un punto estratégico clave en una antigua Indochina plagada de enemigos… Que se maneje el dólar como moneda pseudo-oficial y China no haya hecho ningún movimiento por usar al país Khmer como banco de pruebas de una primera yuanización externa.

El caso de Camboya6 me sirve porque se fue dolarizando bottom-up, accidentalmente, sin que ningún gobierno lo propusiera,  a causa de la inflación galopante que sufría por la emisión descontrolada. Los emigrados enviaban remesas de dólares a sus familiares y estos poco a poco optaron por dejar de cambiar a rieles. Al final, la moneda local, desprestigiada ante el rechazo de la población, se ha visto obligada a mantener un cambio fijo: 1$ son 4.000 rieles. Y con ello se acabó la inflación.

El caso de Argentina

Básicamente, esta es la tesis con Argentina: un país que compra en pesos pero piensa en dólares. Obviamente, Camboya ha necesitado varias décadas de remesas de dólares para tener suficiente masa monetaria como para pararle los pies al burócrata adicto a la tinta de la impresora. Y la economía argentina es 25 veces mayor. Para los que no puedan esperar a que esto ocurra de manera natural invirtiendo en ello décadas de absoluta miseria, entiendo a los que quieren dolarizar.

Pero el dólar se aleja como animal de compañía. Como explicaba antes, la apuesta del votante argentino ha sido todo al rojo. Y no hablamos de comunismo por favor, o vengan a China antes de emitir una aseveración tan imprecisa. Todo al rojo, una vez la guerra fría acabó con gol en propia puerta aunque hay quien sigue jugando la prórroga… Significa que ahora los aliados son pocos, más pobres o como mínimo cada uno aguanta como puede su vela… Y nos queda China y sólo China para que alguien ponga algo de luz al final del túnel. De momento, en Argentina, al final del túnel sólo vemos humo.

Pero no todo son malas noticias. Argentina es un país con muchísimas posibilidades. Sufre la maldición de los recursos naturales. La paradoja de la abundancia nos dice que no todos somos Noruega y que la mayoría de países con recursos naturales tienden a empobrecerse debido a un apalancamiento progresivo en estos bienes descuidando otras facetas de la economía. Venezuela sería el ejemplo extremo de una sociedad hundida en la miseria fiándolo todo al oro negro.

Y cuando veo a los argentinos mirando al cielo, encomendando el futuro de sus hijos a que el año que viene haya una buena cosecha o celebrando haber encontrado una lámpara de Aladino en Vaca Muerta… ¡Me produce tanta pena! ¡No hemos aprendido nada!

Pero os decía que éstas eran las buenas noticias. Y sí, a pesar de ese símil machista de guapa y tonta que extrapolamos a los países ricos en recursos naturales… Al menos Argentina es guapa y tiene quien pueda fijarse en ella: hablamos de China.

Hablemos de China

¿Por qué China podría estar interesada en Argentina? Geoestratégicamente es uno de los países más importantes de Sudamérica. Cuenta con el 30% de la extensión de China (es un país relativamente grande), pero con sólo el 3% de la población China. Además es uno de los países con más superficie cultivable de la tierra siendo un exportador de carne y soja fundamental a nivel mundial y eso no pasa desapercibido para China ya posicionado como el gran importador internacional.

La pesca es otro gran activo desaprovechado por Argentina… Sólo hay que darse un paseo por la otra cara de los Andes para entender el rendimiento que se le puede sacar a este sector firmando un buen acuerdo con China. Del petróleo de Vaca Muerta y cia. Ni hablo. Para mí va a ser más una maldición, que provocará disputas internas y sufrimiento que un activo. Ojalá me equivoque, pero nunca vi a un borracho al que le sonriera la suerte en el casino acabar la noche bien.

Alberto Fernández en China

El tema no es si Alberto Fernández llamará a la puerta de China. El tema para mí es cuándo. Le quedan unos meses de reservas en dólares y aunque consiga reestructurar deuda, “reperfilar” que dicen en Argentina (¡qué buenos son dibujando con las palabras!), no veo un 2020-2021 feliz sin China. Ningún prestamista les va a fiar un dólar sin ajustes… Y los ajustes son muy dañinos en el corto plazo. Pocos políticos demócratas está dispuesto a sacrificar su mandato para que el siguiente reciba los frutos del esfuerzo que realizaron ellos. Más aún dirigentes peronistas. Va a hacer Alberto los ajustes con los que no se atrevió Macri, ¿“el neoliberal”? Cuesta creer.

En todo caso, hemos visto a Tsipras en Grecia haciendo quebrar a todo aquel que hubiera apostado por sus principios. Nunca se sabe.

Pero el Fondo Monetario difícilmente volverá a inyectar dólares como lo hizo cuando quiso salvar, no a Argentina… Sino al gobierno de Macri. En su retina, tienen presente que ni para eso sirvieron. ¿Para qué iban a ayudar a un socialista? Sería echar gasolina sobre el fuego de Chile y similares en sus incendios antimercados.

Y con este panorama, Alberto tendrá que lidiar con la más que probable próxima crisis mundial, recesión, caída del precio de materias primas… Un escenario antagónico del que vivió Nestor Kirchner.

Esto no parece salvarlo ni una copa del mundo ante Inglaterra.

Pero como los chinos si de algo no entienden es de fútbol, tarde o temprano Alberto llamará a la puertas de Pekín, con un minifalda muy cortita y con los labios pintados de rojo pasión besando a quien encuentre como si no hubiera un mañana.

La pregunta y en lo que me debatía mientras preparaba este informe era: “¿Qué opciones se le presentan a China cuando Alberto Fernández llame a su puerta para pedir un préstamo?”

Depende mucho del momento, claro. No es lo mismo hoy que en el último año de mandato de Alberto, en un alegato final como el de Macri en modo reo condenado pidiéndole al fondo que habiendo perdido ya Argentina, como mínimo lo salvaran a él.

Desde China no se entiende que el calendario económico se prostituya bajo el calendario electoral. Los chinos le hubieran respondido a Macri que si no cree en las elecciones ellos menos. Y que es muy ruin endeudar a generaciones futuras para manipularlas.

Decía que no es lo mismo hoy que en el último año de mandato. No es lo mismo ir a China antes o después de que el fondo te diga que no. Tendrá que ser listo Alberto para negociar con el fondo habiendo hablado previamente con China y EE.UU. y sin que ninguno de ellos se sienta menospreciado. Ahí mediremos la altura política del estadista.

Mi análisis

Desde el análisis que os puedo hacer yo, sin vivir en la piel de un argentino… Desde la distancia, se pueden dar como mínimo tres situaciones posibles:

  • La primera es que Argentina haya declarado ya la quiebra y se encuentre sumida en una más que probable hyper-inflación. Es el peor escenario posible y China difícilmente podría ayudar más que regalando un préstamo a fondo perdido.
  • La segunda es que Argentina haya declarado la deuda impagable lo que daría algo de aire a sus cuentas pero a la vez perdería cualquier opción de financiar futuro déficit. ¿Se arriesgaría China a prestar entonces dinero a un país que no paga a sus acreedores?
  • La tercera opción es que, con un pago rápido por parte de China el nuevo gobierno pueda hacer frente a los pagos actuales. De ser así, continuaría la caída, tan solo se hubiera retrasado la quiebra del país unos meses (o unos años dependiendo del importe) y se usaría la financiación China para devolver los créditos a países como EEUU. Algo que obviamente no beneficiaría en nada a China.

No parece que ninguna de las opciones aleje al enfermo de la máquina de respiración asistida.

Pero, ¿yuanizar el país sería una solución? Parece una locura, pero no creo que haya una respuesta única para esta pregunta. 20 años después hay quien piensa que el Euro fue un error y hay quien piensa que fue un gran acierto.

El éxito del cambio de moneda

Un argumento a favor de la yuanización es que cuando se hablaba de la dolarización se pensaba que Trump estaría encantado de vender ante su pueblo un éxito sin precedentes, por el tamaño de Argentina. Entonces, ¿no sería un gran éxito para Xi Jinping poder vender eso mismo?

¿No sería el punto de inflexión definitivo del cambio de ciclo mundial y la toma de posesión de la nueva potencia hegemónica?

Esto además, obviamente, iría ligado a ayudas, pactos comerciales muy beneficiosos para ambas partes y el desembarco definitivo de China en el continente más alejado de las estrategias de la nueva ruta de la seda.

Un punto destacable para Argentina es que de yuanizarse sería el primer país en hacerlo, muestra para los siguientes y  China sería el primer interesado en que no cayera. No sé si esto es bueno o malo, porque podría potenciar el apalancamiento argentino pero egoístamente… Tendrían a un gigante económico interesado en verlos prosperar. Y eso no es poco.

A nivel mundial, abriría la puerta a otros países a prescindir del dólar y considerar la alternativa China o, en todo caso, al carecer del monopolio actual, obligaría a EE.UU. a ofrecer mejores condiciones a sus socios comerciales. Es decir, aunque China no llegara a beneficiarse, hablaríamos de un mundo mejor, para todos.

Si el capitalismo es competencia, qué mejor que tener dos opciones como moneda real de reserva… Personalmente pienso que no es nada saludable que hayamos pasado de un patrón oro a un, de facto, “patrón dólar”.

Acuerdos

Obviamente mi propuesta es ciencia-ficción, a día de hoy. Las negociaciones para un paso así podrían llevar meses o incluso años y Argentina necesita respiración asistida para pasado mañana… No para dentro de 2 años.

Además, una yuanización involucraría a innumerables equipos de trabajo y pese que desde fuera parece que hablamos de dos países muy presidencialistas, ya he explicado en episodios anteriores que China no lo es… Y Argentina, en ese afán creativo por inventar palabras… Aún no sabemos si es un país presidencialista o vice-presidencialista. No sé si con el enemigo en casa o con tantas voces opinando, sería fácil un consenso.

Se me quedan muchos temas por tocar… La gran adquisición de oro que están realizando China y Rusia y como puede afectar a una posible moneda futura, las criptomonedas, que quizá sean otra solución al sistema monetario Argentina, desde luego China lo ve a la vez como un peligro y una oportunidad. Una moneda asiática que lo cambie todo como hizo el euro, perdón, rectifico, como no lo hizo el euro; la está proponiendo Malasia entre otros…

En fin, lo dejo aquí, espero haber aclarado la predicción. No os preocupéis, no está pasando, no estamos yuanizando Argentina; podía haber usado Camboya o cualquier otro país. Ha sido tan sólo una de esas ideas que tienes cuando te esfuerzas por pensar fuera de la caja, en un brain storming de futuribles, intentando recordar que la historia del mundo es una película en movimiento y que un día el dólar no será la moneda oficial, que habrá otra, o un metal o una crypto-moneda y que en algún momento del futuro miraremos un punto de inflexión y diremos: “¡mira! ¡Aquí empezó la decadencia del dólar!” Por lo demás espero que entendáis el episodio, la hipótesis y cómo he llegué a ella desde, como digo siempre, la opinión sesgada de alguien que vive en China y me permití publicar un extracto de aquel informe el día de Los Santos Inocentes. Por cierto, os dejo el link al artículo porque hay otras propuestas igualmente curiosas.

Y hoy os dejo con un proverbio japonés:

“¿Por qué se preocupan por su peinado cuando les van a cortar la cabeza?”.


1) https://www.worldometers.info/gdp/gdp-per-capita/

2) https://www.infobae.com/economia/2019/04/08/las-empresas-argentinas-pagan-la-segunda-tasa-impositiva-mas-alta-del-mundo/

3) http://estudiodelamo.com/inflacion-argentina-anual-mensual-2019/

4) https://serenitymarkets.com/todos-los-comentarios/macro/tabla-de-como-estan-los-bancos-centrales-del-mundo-respecto-a-sus-politicas-de-tipos-de-interes/

5) https://kenzocaspi.wordpress.com/2019/05/31/malasia-propone-una-moneda-comun-asiatica-respaldada-por-oro/

6) https://www.macrotrends.net/countries/KHM/cambodia/inflation-rate-cpi


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2 comentarios en “La yuanización de Argentina”

  1. Hola Adrián,
    Llevo un tiempo siguiendo atentamente tus podcasts desde Argentina. Me parecen excelentes y el de hoy no ha sido la excepción.
    Solo quería agregar, por si no lo sabes, que ya hemos vivido una década con la economía dolarizada, posterior a un período hiperinflacionario con un pico del 3000% anual, que acabó con el mayor desastre de todos lo que periódicamente enfrentamos. Por si te interesa estudiarlo, para no perder nuestra costumbre de inventarnos nombres, lo hemos bautizado «ley de convertibilidad», que básicamente determinaba que un peso era igual a un dólar y que el estado solo podía imprimir más pesos cuando contara con más dólares en sus arcas.
    No soy economista pero creo que el problema de la inflación se inicia por el déficit. Argentina permanentemente gasta lo que no tiene, lo que no genera. El dinero no alcanza y por eso imprimen más, para cubrir los gastos, generando inflación. Durante la década del ’90, cuando no se podía imprimir por la ley de convertibilidad y no había inflación, el estado se endeudaba para cubrir su recurrente excedente de gastos. Cada vez había más intereses por pagar, por lo tanto se refinanciaba la deuda y se ajustaba el gasto público. La economía se deterioraba y la crisis se agudizaba, mientras la deuda se acumulaba como una bola de nieve, acabando con un default, un corralito, 5 presidentes distintos en 10 días, una gran devaluación y la peor crisis socieconómica de la mitad decadente de nuestra historia.
    Más allá de todo esto, la idea de la yuanización me parece muy interesante en el contexto global actual.
    Saludos

    1. Estimado Sergio,

      Muchísimas gracias por tu comentario y por tomarte la molestia y el tiempo para explicarme tu opinión y esos datos históricos. Aunque sigo la política argentina hace pocos años… Siguiendo los análisis de los economistas al final tuve que ir yendo hacia atrás para entender de dónde venís y también estudié el corralito, la convertibilidad, Alfonsín,… En fin, todo hacía atrás hasta vuestra independencia. En efecto, es tal y como lo describes. La clave está en el déficit.

      De nuevo, gracias por estar ahí y espero no bajar el nivel y lograr mantenerte.

      Un saludo cordial,

      Adrián Díaz

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