A medida que la economía global se digitaliza, aquellos países que mejor aprovechan las tecnologías financieras de vanguardia (fintech) van obteniendo una mayor ventaja. Una fintech emergente, las criptomonedas, está lista para desempeñar un papel particularmente importante en la economía del futuro. China es pionera en la creación de una moneda digital desde su banco central (CBDC) que probablemente sea la primera de este tipo. Si China logra implementar un renminbi digital, podría generar importantes dividendos económicos en múltiples niveles.
China se posiciona para competir en el espacio de las criptomonedas
Durante los últimos años, las innovaciones fintech, como las plataformas de pago digital, han dado a las grandes empresas de tecnología una influencia considerable dentro de la economía china. El auge de las «criptomonedas» ha presentado desafíos adicionales para Beijing. En respuesta a estos desarrollos, el gobierno chino se ha propuesto establecer una CBDC (moneda digital procedente del Banco Central).
El nuevo renminbi digital, conocido como DCEP, funcionará de manera similar a una forma digital de efectivo y operará principalmente a través de los smartphones. Si tiene éxito, podría ser la solución china para mantener el renminbi competitivo en la economía del futuro.
Plataformas de pago digital
China ha ido virando hacia una economía sin efectivo en los últimos años. Esto se debe en gran parte a las plataformas de pago móvil como Alipay de Alibaba y WeChat Pay de Tencent, que actúan como carteras digitales que permiten a los usuarios realizar compras en tiendas, pagar facturas y transferir fondos a otras personas.
China lidera el mundo en adopción de tecnologías de pago móvil. Según un estudio de PricewaterhouseCoopers , el 86% de las personas en China utilizaron plataformas de pago móvil para realizar compras en 2019. Este dato se sitúa muy por delante de Tailandia, que tenía el segundo porcentaje más alto de usuarios de pagos móviles (67 %) y más del doble del promedio mundial (34 %).
Si bien las plataformas de pago digital han ayudado a facilitar el comercio en China, también han puesto gran parte del dinero del país en manos de unas pocas empresas tecnológicas.
En el cuarto trimestre de 2019 , Alibaba controlaba el 55,1 % del mercado de pagos móviles en China. Tencent controlaba otro 38,9 %, lo que les daba a ambos un duopolio efectivo sobre miles de millones de dólares en pagos móviles.
El gobernador del Banco Popular de China (PBOC), Yi Gang, ha dejado claro que estas grandes empresas plantean » desafíos y riesgos financieros «.
Un pirateo u otra interrupción en su infraestructura de pago digital, por ejemplo, podría causar una inestabilidad económica grave a corto plazo. A los legisladores también les preocupa que a medida que los ciudadanos chinos coloquen su dinero en monederos digitales en lugar de en cuentas bancarias, se ejerza demasiada presión sobre los depósitos de los bancos comerciales y se drene dinero del sistema bancario tradicional.
Se espera que la nueva moneda digital de China sea una herramienta con la que las autoridades chinas puedan contrarrestar el dominio de las empresas tecnológicas que operan plataformas de pago móvil. De la misma manera que el efectivo pasa de los bancos centrales a las personas, el DCEP se distribuirá a través de un sistema de dos niveles. El PBOC emitirá la moneda digital a los bancos comerciales, que luego proporcionarán DCEP a las personas.
Este sistema puede ayudar a reafirmar el papel del sistema bancario tradicional, ya que el nuevo renminbi digital compite con Alipay y WeChat Pay en el ecosistema de pagos digitales.
Criptomonedas
China también está preocupada por las criptomonedas. A diferencia de las plataformas de pago de terceros, que son vías para la transferencia electrónica de divisas, las criptomonedas son monedas digitales completamente nuevas que operan fuera del control de los bancos centrales gubernamentales. Desde que se lanzó la primera criptomoneda Bitcoin en 2009, han surgido casi 5400 nuevas criptomonedas.
Bitcoin y la mayoría de las otras criptomonedas se basan en la tecnología blockchain, que permite a los usuarios realizar transacciones entre pares sin pasar por un banco u otro tercero.
Las transacciones están encriptadas y generalmente procesadas por una red descentralizada de ordenadores en lugar de una sola autoridad, lo que brinda a los usuarios un anonimato significativo. De manera similar, el valor de Bitcoin y muchas otras criptomonedas no lo establece una autoridad central sino los mercados, lo que las ha hecho atractivas como activos especulativos, pero ha generado una volatilidad de precios muy alta.
Al digitalizar el renminbi, Beijing busca adelantarse a otras monedas digitales que pueden desafiar el statu quo. Si tiene éxito, el nuevo renminbi digital será una bendición para China, ya que proporcionará a los consumidores chinos una moneda digital y permitirá a Beijing mantener su autoridad monetaria.
El desembarco del renminbi digital
Aunque China aún no ha lanzado el renminbi digital a nivel nacional, está muy por delante de otros países importantes en el despliegue de una CBDC. A medida que China se movilice para lanzar DCEP, se verá favorecido por la familiaridad de los consumidores chinos con las plataformas de pago digital, así como por la estructura económica estatal del país.
A mediados de 2020, solo otros nueve países habían comenzado proyectos piloto de CBDC.
Estados Unidos y una docena de otros países de la OCDE habían comenzado a investigar las CBDC y Canadá estaba en proceso de desarrollar una, pero la mayoría de las economías de la OCDE no estaba trabajando públicamente en una CBDC.
En abril de 2020, se iniciaron proyectos piloto de DCEP en cuatro ciudades chinas. En Suzhou, por ejemplo, a algunos trabajadores del gobierno se les pidió que descargaran una aplicación de monedero digital para DCEP. En mayo de 2020, los trabajadores del gobierno en Suzhou comenzaron a recibir parte de un subsidio de transporte en forma de DCEP.
Se espera que China continúe probando el renminbi digital en los próximos meses y años.
Los funcionarios del PBOC han sugerido que China planea exhibir la moneda durante los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 . Varias empresas importantes también están haciendo planes para utilizar la nueva moneda digital.
La aplicación de transporte compartido Didi Chuxing ha entrado en una » asociación estratégica » con el PBOC que eventualmente podría permitir que sus más de 500 millones de usuarios paguen viajes con DCEP. Empresas estadounidenses como McDonald’s, Starbucks y Subway también están programadas para ser incluidas en las pruebas de la nueva moneda digital.
A medida que China implementa DCEP a nivel nacional, los consumidores chinos pueden adoptarlo con relativa facilidad dada su familiaridad con las plataformas de pago móvil existentes. Solo se necesitaron unos años para que los pagos móviles pasaran de ser una novedad a un uso generalizado. Según datos del Banco Popular de China, la cantidad de dinero que cambió de manos en China a través de pagos móviles aumentó de 11,7 mil millones de RMB en 2013 a la asombrosa cifra de 347,1 mil millones de RMB (51,8 billones de dólares) en 2019.
Cómo China se beneficiará de una moneda digital
Si el gobierno chino llega a popularizar el uso de DCEP, podría obtener importantes beneficios económicos y políticos. El DCEP también podría ayudar a impulsar la internacionalización del renminbi, que es un objetivo clave a largo plazo de los líderes chinos.
El plan de China es que DCEP eventualmente reemplace una porción significativa del dinero físico en circulación.
Hacerlo reduciría los costos de asegurar y mantener el suministro físico de efectivo, lo que podría liberar hasta el 0,5 % del PIB de China. Sin embargo, se espera que haya nuevos costos asociados con el establecimiento y la seguridad de la infraestructura digital que permite que DCEP funcione.
Se espera que DCEP opere sin la necesidad de una cuenta bancaria o de Internet, lo que podría traer nuevas fuentes de crecimiento económico y oportunidades para una mayor inclusión financiera.
En 2017, el 20 % de los adultos chinos (225 millones de personas) no tenían una cuenta bancaria, que es necesaria para acceder a muchos servicios financieros institucionales y para utilizar plataformas de pago móvil.
DCEP podría abrir nuevas vías para que las instituciones brinden servicios para pedir préstamos, ahorrar e invertir a estas personas. Además, DCEP puede atraer nuevos usuarios al próspero mercado de comercio electrónico de China. Se estima que el mercado de comercio electrónico chino haya sido en 2020 ya el más grande del mundo, representando cifras de más del doble del mercado de comercio electrónico combinado de América del Norte y más de tres veces el tamaño del mercado europeo.