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Lo que parecía que iba a ser una subida temporal en los precios de los envíos, debido principalmente a la situación excepcional generada por el Covid-19, puede que haya llegado para quedarse.

Encarando ya la mitad del año 2021, enviar un contenedor marítimo es una opción cada vez más difícil, tanto a la hora de encontrar disponibilidad como al hacer frente a sus elevados costes.

Los precios se han llegado a multiplicar hasta x6, ya que hace apenas un año enviar un contenedor de 20 pies desde Shanghái a Europa costaba alrededor de 700 dólares, mientras que a fecha de mayo de 2021 este coste supera los 4.000 dólares. Si hablamos de contenedores de un tamaño mayor (40 pies) los precios ya superan los 7.000 dólares.

 

Esta situación ya se está dejando sentir a pie de calle, donde la falta de stock de todo tipo de productos está provocando que haya listas de espera de meses a la hora de comprar determinados artículos, como podrían ser las bicicletas, uno de los sectores más afectados.

Además, este incremento de precios acaba repercutiendo en el consumidor final, teniendo que pagar unos precios mucho mayores a los que venían siendo habituales.

Para las empresas que necesitan exportar sus productos de China no está siendo tampoco una situación fácil. Muchas de ellas están viendo como su stock se acumula en las fábricas, ya que, en muchas ocasiones, más allá del coste, directamente les es imposible contratar un contenedor. Esto provoca que las fábricas tengan que hacerse responsables de guardar dicho stock con el consecuente cargo por realizar dicha tarea, lo que sin duda amenaza la propia viabilidad de las empresas.

¿Por qué no bajan los precios?

La aparición de todo tipo de situaciones ha creado en los últimos meses una especie de “tormenta perfecta” que provocará que, al menos en el corto plazo, los precios de los envíos marítimos sigan siendo anormalmente altos. Veamos algunos de los más importantes:

Crisis del Canal de Suez

A pesar de que el famoso bloqueo del Canal de Suez fue un problema de corta duración y terminó solucionándose hace semanas, aún seguimos arrastrando sus consecuencias.

Según Lars Jensen, director ejecutivo de la naviera Vespucci Maritime, los efectos de dicho bloqueo podrían tardar hasta seis meses en solucionarse. Los puertos están al máximo de su capacidad y solucionar el tapón generado por la inusual situación del colapso en Suez no será tarea fácil, especialmente en un momento en la que la demanda sigue disparada.

Posibles acuerdos entre navieras

Expertos dentro del sector comentan acerca de posibles prácticas poco éticas por parte de las empresas navieras. Y es que a lo largo de los últimos lustros hemos asistido a una situación en la que las empresas de transporte marítimo se han ido uniendo mediante alianzas para concentrar así un poder mayor.

Si bien es cierto que los precios de envío de contenedores podrían considerarse que en muchos casos se encontraban al borde de la viabilidad en cuanto a su rentabilidad, estas alianzas han logrado que el poder de negociación y competición se concentre en un corto número de empresas.

 

 

 

 

Aún faltan los envíos aéreos

Tal y como nos comentaba César Jiménez en esta entrevista, el 55% de la mercancía que se envía de forma aérea viaja en aviones de pasajeros. A pesar de que la situación generada por el Covid-19 ha ido mejorando, las dificultades para moverse vía aérea siguen persistiendo, con lo que aún no se ha podido recuperar este elemento tan importante para el comercio mundial.

Sigue sin haber contenedores

Efectivamente, y es que, aunque hace meses que se viene hablando de este problema, la situación parece lejos de poder solucionarse.

Son tres empresas chinas las que producen alrededor del 80% de los contenedores del mundo (CIMC, DFIC y CXIX). Aunque han logrado aumentar considerablemente la producción de contenedores (con estimaciones de entre un 6 % y un 8 % este año) aún así no se ha logrado aliviar la demanda de los mismos.

Los precios de los propios contenedores son un buen indicativo de cómo está la situación. A principios de 2020 un contenedor de 20 pies nuevo costaba unos 1.800 dólares, frente a los 3.500 dólares que cuestan actualmente.

Además, por si fuera poco, debido al ritmo frenético del sector y a la alta demanda de espacio, la industria del transporte marítimo está sufriendo el mayor número de contenedores perdidos en los últimos siete años. Más de 3.000 unidades cayeron al mar a lo largo de 2020, y en lo que llevamos de 2021 ya son más de 1.000 las unidades perdidas.

 

Alta demanda tras la pandemia

Desde la segunda mitad del 2020, la actividad económica y el comercio mundial están experimentando un fuerte repunte, impulsado principalmente por el sector manufacturero.

Los pedidos internacionales no han dejado de incrementarse desde entonces, encontrándose un cuello de botella provocado precisamente por la incapacidad de hacer frente a tal cantidad de demanda desde el sector del transporte.

Si le añadimos el factor de “compra online” como hecho que ha venido para quedarse, impulsado indudablemente por la situación de pandemia, nos encontramos ante una situación en la que es imposible abastecer tal cantidad de demanda.

En resumen

El mercado del transporte marítimo se encuentra en una situación excepcional debida a la conjunción de una serie de factores que han desencadenado una “tormenta perfecta”, lo que ha desembocado tanto en una subida de precios sin precedentes, así como un aumento de la dificultad a la hora de contratar envíos, aún pagando precios muy elevados.

Las previsiones indican que esta situación continuará así al menos en lo que resta de año. Habrá que esperar a 2022 para ver si la situación mejora, aunque como todas las previsiones, está todo aún en el aire.