Hace unos meses, concretamente en febrero, Xi Jinping, declaró oficialmente que el país ha concluido su «ardua tarea» de erradicar la pobreza extrema y afirmó que 100 millones de personas salieron de la misma en los últimos ocho años.
No entro en las consideraciones de lo que es pobre y no pobre. Tenéis algunos episodios sobre ello («La pobreza en China», «¿Quién ha sacado a 800 millones de personas de la pobreza?» y «Cuando los pobres dejaron de ser pobres«); me parecen apuntes estadísticos para jugar con ellos desde la política, me centro en la retórica utilizada. Tengo algunos pros y algunos contras sobre la comunicación oficial y me gustaría compartirlos con vosotros.
Datos y magnitudes
Empiezo por esto de que 100 millones salieron de la pobreza en los últimos 8 años. Un dato estratosférico para cualquier país del planeta… Se apunta el tanto ahí. La puntualización de los 8 años no es gratuita ya que coincide con su mandato, aunque si dividiéramos porcentualmente sería el periodo (en los últimos 40 años) que menos personas ha salido de la pobreza.
A su favor decir que tiene sentido: el principio de Pareto nos dice que el 80% del objetivo se consigue con el 20% de tu esfuerzo y el 20% restante, con el 80% de tu esfuerzo. Es decir, era fácil sacar a un número elevado de personas de la miseria en los años 90 y 2000, cuando China venía de décadas de devastación económica. El propio mercado recién liberalizado iba haciendo el trabajo… Pero cada vez cuesta más sacar de la miseria a los últimos.
Y los que quedan descolgados, esos ya únicamente pueden mejorar su posición en la tabla con intervención estatal. Y como ya no se encuentran concentrados y el estado no es que sea el ente más eficiente del mundo… Pues cuesta localizarlos, filtrarlos, entender sus problemáticas y darles una solución sin que se te cuele el fila un montón de gente que en realidad no necesita ayuda.
¿Qué nos van a contar a nosotros, verdad? A Noé le van a hablar sobre la lluvia. Con todas estas dificultades cuesta finiquitar el tema. Cuesta, me refiero, a que prácticamente hay que matar moscas a cañonazos y el estado chino no ha tenido tanta munición hasta bien entrada la primera década de este milenio ni las ganas de socializar el problema hasta que llegó Xi Jinping.
Socializar el problema, la solución y la factura claro.
Y sí, hay algo de estado de bienestar en los últimos 8 años, hay que reconocerlo. Como crítica, también podríamos decir que coincide con los peores años económicos desde que China liberalizó su mercado; pero también en su defensa ha tenido que hacer frente a una crisis mundial que redujo su consumo y afecto a China y con un presidente americano que hizo todo lo que pudo para empobrecer a China, al planeta y a los propios americanos con tal de obtener unos números que temporalmente mostraran éxitos. Es decir, que siendo justos, pese a que a Xi Jinping le dieron el segundo mejor coche para la carrera no lo ha tenido fácil ya que la organización ha hecho todo lo que ha podido para que el primero siguiera siendo el primero.
La China interior
En cualquier caso, aunque el estado de bienestar chino es realmente diminuto (comparado con la Europa socialista, inexistente) sí ha servido para incorporar a los rezagados que servían a la prensa occidental para afearle unos números brillantes a China.
Los liberales clásicos te defienden una red de última instancia para los que se quedan colgados por el sistema capitalista y esto es básicamente lo que ha sabido hacer Xi Jinping: La idea es mirar a quien, a pesar de vivir en una sociedad con una economía de mercado creciente —donde sólo debería haber ganadores— todavía pierde, y concentrar ahí el esfuerzo. Esto ha sucedido básicamente en las provincias más aisladas de China donde no llegó la inversión extranjera.
Es decir, ante el argumento muy común entre comunistas de: “el capitalismo sólo ha llegado a las regiones de la costa pero el interior de China es comunista”, el argumento es insostenible, ya que China no está particionada, está extremadamente interconectada y muchos de los servicios de que dan en las grandes ciudades se obtienen de productos que se fabrican en el interior.
Es decir, es lo completamente opuesto (más allá de pensar que el interior es territorio agrícola, que ya es un error mayúsculo, cuando se refieren al interior, quieren decir el campo), lo que sucede es lo contrario: las grandes ciudades de la costa cada vez producen menos porque al enriquecerse se han vuelto caras, crece brutalmente el sector servicios y las fábricas que estaban localizadas allí se mueven hacia el interior donde hay menos regulaciones y menos control. Es decir, donde hay más capitalismo salvaje hoy en día es en el interior.
Os pongo un ejemplo: fábricas de productos químicos o con procesos químicos (yo he estado involucrado en varias). Cuando ha sido imposible cumplimentar las regulaciones que se han ido incorporando en provincias como Zhejiang o Guangdong, lo que hemos hecho ha sido moverlas hacia el interior donde no había ningún tipo de normativa o las autoridades locales no te obligaban a cumplirla. Es rigurosamente falso pensar que el interior es comunista, pero como ahí nadie asoma, pues mantenemos esa narrativa.
Pero es que el argumento de que el capitalismo sólo llegó a las provincias costeras y que el interior es comunista es sensacional… no le podríamos dar un mejor argumento a los defensores del capitalismo porque te demuestra dónde se genera la riqueza. En realidad lo que sucedió es que China se abrió al capitalismo y (mal que pese) la mano invisible hizo el resto. ¿Y qué hizo? Irse donde más le convenía. Y obviamente a las grandes fábricas les convenía estar cerca de los puertos para producir y enviar. Y cuando estás provincias se enriquecieron, se encarecían, estas fábricas se iban moviendo a provincias de «segunda línea de mar» de ahí a las de «tercera línea” y en esas estamos.
Que alguien te diga que el interior es comunista lo único que confirma es que donde ha llegado menos la industrialización, la explotación capitalista (y el trabajo que es en última instancia el recurso clave para salir de la pobreza)… No es que en esas zonas sean comunistas, es que son pobres. Y hasta ayer por la tarde han sido muy pobres sin que el estado chino tuviera ni la más remota idea de su existencia o sufrimiento.
El cualquier caso, ahí sí, en los últimos 8 años, el gobierno chino ha invertido lo suyo, para revitalizar esas áreas reprimidas, habitualmente zonas remotas de difícil acceso.
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Mi visión es que el presupuesto chino, los planes quinquenales y todo lo demás, imitando a Singapur en estos 40 años, se ha quedado a medio camino. También, como decía, no lo han tenido fácil. Porque como potencia mundial, amenazando a la hegemonía americana, o se protegía o se la hubieran intentado comer… Es decir, la guerra tarifaria que inventó Trump, con una China débil militarmente no hubiera sido una guerra tarifaria.
Dicho de otra manera, no han tenido un crecimiento similar a los otros dragones asiáticos donde recibían inversión extranjera y podían dedicarlo todo a crecimiento mantener impuestos bajos y fiarlo todo al mercado. No, China no podía deshacer la cerca, al contrario que Corea del sur o Taiwán. El gobierno chino debía quedarse un pedacito del pastel, invertirlo en defensa y sectores estratégicos, en geopolítica y pensar en el mañana; porque si algún día salían de la miseria no iban a ser un país simpático que le cae bien a todo el mundo sino todo lo contrario.
Y es justamente lo que ha sucedido. Es decir, los miembros del partido fueron previsores, se pusieron la venda antes de la herida si queréis, también quizá creando una profecía auto-cumplida.
A mi juicio, recordar continuamente el siglo de humillación por parte de las potencias extranjeras no es saludable. Está demasiado presente en el adoctrinamiento nacionalista chino, pero no vamos a dar lecciones nosotros de adoctrinamiento, así que, bueno, a ellos les ha servido y han conseguido crecer sostenidamente hasta optar a hegemón mundial sin sentirse amenazados militarmente. Un escenario inédito desde los años ’80 y por el que nadie apostaba a principios de siglo.
Inversiones necesarias y meritocracia
Todo esto para deciros que China (mejor dicho, el gobierno chino) ha invertido en armas, ha invertido en cohetes espaciales, ha invertido en dólares, en deuda americana, en oro, ha invertido en otros países, ha invertido en empresas públicas fuertes, también ha invertido en empresas privadas, pero apenas ha invertido en un estado social; de ahí que en la discusión con Fonseca le dijera que, aceptando el término dictadura (que le decía, aquí nos estamos peleando por los decimales) me parece más una dictadura de derechas que de izquierdas.
China ha tenido clarísimo lo que necesitaba para liderar el planeta y sacar a su población de la miseria y no eran subsidios de desempleo, planes sociales contra la pobreza, salarios mínimos, alquileres máximos y ministerios de igualdad, sino tecnología, activos económicos internacionales, etc. Y también, por supuesto, puentes, autopistas, puertos, etc. ¿Los pantanos de Franco convierten a Franco en comunista? China no ha garantizado igualdad de resultados a través de la redistribución de la renta. Todo lo contrario, le ha interesado muy poquito ese modelo puesto que en la cultura China la meritocracia, el trabajo duro y el enriquecimiento a base de esfuerzo, están más valorados que en el rincón más neoliberal que podáis imaginar.
Pero, ¿Y esos puentes, carreteras y puertos? Básicamente es la idea de que el estado genera un marco en el que poder prosperar, una supuesta igualdad de oportunidades y a partir de ahí que cada cual llegue hasta donde pueda. Resumiéndolo, las infraestructuras son la base necesaria para que el petróleo y el cobre lleguen y los juguetes y los Ipads salgan. Y en este contexto siempre me he preguntado por qué teniendo los hospitales sobre-saturados, siendo de pago, no se creaban más. Si lo paga el que lo consume y tienes más demanda que oferta… ¿Crea más, no?
Después me doy un paseo en metro por Barcelona, veo lo saturado que está, hago números y observo que se paga uno de los tickets más caros de Europa (ajustado por renta per cápita local) y que aun así pierde dinero y se entiende todo. Un servicio público por ser de pago, tener precios carísimos y una clientela masiva esclava de una situación monopolística no se vuelve eficiente; sigue siendo público.
Hacia el temido desgaste económico
En cualquier caso, os decía que el gobierno chino sí ha invertido para acabar de incorporar a los últimos rezagados. Ya tenía menos pobres (proporcionalmente) que EEUU cuando llegó Xi Jinping, pero requería poco dinero comparativamente. El presupuesto del gobierno chino hoy es ya imponente y colgarse esa medalla no era apenas costoso.
Y como generar aplausos es un comportamiento adictivo intuyo que el estado socialista, viene para quedarse. Como sucede en Europa, en EEUU y en prácticamente cada lugar del mundo, sobre todo en las democracias donde sale gratis prometerle dinero a tus votantes (ya que en última instancia esas promesas las pagan ellos), cada año un par de puntos más del PIB se destinarán a concesiones socialistas y a medida que vas destruyendo la economía y recaudas menos, te ves más obligado a subir impuestos para maquillarle tus cifras de pobreza a la opinión pública.
El problema es que ese gasto consolidado en tu presupuesto… Esos impuestos contribuyen a desgastar todavía más tu economía y entras en un círculo vicioso del que es difícil salir. Principalmente en las democracias, porque los partidos en la oposición, sean del signo que sean, incidirán en lo poco que inviertes en la gente, tratando de ganarse a la opinión pública.
En China, aunque no tienen ese problema, si tienen facciones (algún día sería interesante tener un debate, intelectualmente honesto para evaluar si las facciones en un sistema autoritario no se parecen a los partidos en una pseudo-democracia sin que ningún talibán eurocentrista se me tire al cuello por poner en duda su sistema).
Como expliqué una vez, si al congreso de los diputados lo llamas partido único español, a los partidos los llamas facciones y a los ciudadanos les dejas votar entre facciones… Ahí lo tienes. ¿Qué estás diciendo? ¿Qué China es una democracia? No, no, estoy diciendo que lo vuestro no lo es. Y que en China al menos somos más conscientes de lo que tenemos.
En cualquier caso, os decía, dentro del partido también hay voces discordantes, distintas sensibilidades y vertientes políticas y al final, aunque sea en otra frecuencia de sonido, la presión también la reciben. Si la política es un equilibrio entre los que quieren entrar y los que no quieren salir, creedme, los sistemas actuales a uno y otro lado de la ruta de la seda se parecen bastante.
La presión política se traduce en gasto, el gasto en ineficiencias que a su vez lleva a más presión política y… En algún momento, espero que no muy cercano, un presidente chino dirá aquello de “los ricos se han beneficiado de este sistema, ahora tienen que aportar”. Y es curioso porque es algo que no hemos visto en la época de crecimiento con las mayores desigualdades que podíamos imaginar pero, es algo impepinable, es una ley de hierro por lo que pasan todos los países cuando su gasto público ya es inasumible y la economía va hacia abajo.
Gastando racionalmente
De momento China ha ido tomando decisiones mucho más coherentes. Al contrario de lo que hacen los ministerios de economía irresponsables, China intenta equilibrar los eventos coyunturales y las medidas estructurales. ¿Qué significa esto? Os pongo un ejemplo. Durante la burbuja inmobiliaria en España, el estado español recaudaba más, recaudaba muchísimo más. Esta recaudación era coyuntural. Si el sector inmobiliario va como un tiro, yo recaudo muchos impuestos de esa actividad, recaudo de los sueldos que genera esa actividad, recaudo IVA cuando esos trabajadores de la construcción salen a consumir… Es un círculo virtuoso fenomenal cuando te llevas una parte de lo que generan tus súbditos.
El problema es que es un círculo virtuoso coyuntural, es decir, que se debe a una coyuntura concreta, hablando el plata: temporal. ¿Qué sucedió? que los gobiernos que vivieron esa burbuja —el PSOE principalmente, pero no sólo— se dedicaron a gastarse ese dinero de manera estructural. Y qué significa esto? Que asumes gastos recurrentes en el tiempo.
Ejemplo, gano 2.000 euros todos los meses, imaginemos que ese es mi sueldo. Y me gasto todo mi sueldo cada mes. Vivo al día pero me va bien. A mi empresa le empieza a ir muy bien y reparte todos los meses beneficios. Y el primer mes reparte 1000 euros, el segundo otros 1000 euros extra, el tercero igual… Y decido comprarme un piso porque con esos 1000 euros extra me da para pagar la hipoteca. ¿Qué es lo que he hecho? He convertido un ingreso coyuntural en un gasto estructural. ¿Por qué es un ingreso coyuntural? Porque aunque se siga repitiendo en el tiempo (temporalmente), aunque me llegue información de que mi empresa cada día va mejor, nadie ha adquirido un compromiso conmigo en ello.
Reparten esa paga extraordinaria porque hay beneficios y el día que no los haya dejaré de recibirla. ¿Y qué he hecho yo con esos ingresos coyunturales? Los he asimilado, los he asignado a un gasto estructural —una hipoteca— de la que no podré desprenderme si en algún momento mi ingreso coyuntural desaparece.
¿Qué hizo el estado español con los ingresos coyunturales derivados de la burbuja inmobiliaria que ellos mismos denunciaban? Contrataron funcionarios, crearon leyes como dependencia (para los que me escucháis desde fuera de España pensad en prestaciones sociales a las que te comprometes y que luego no puedes eliminar de un plumazo). En cualquier caso, se comprometieron a largo plazo, confiando en ingresos a corto plazo.
¿Qué hubiera sido un gasto no estructural? Pues por ejemplo devolver deuda. Este año tengo un ingreso extra que no me esperaba, me lo gasto en devolver una parte de mi deuda. Este año tengo más dinero del que tenía planificado, lo invierto, lo presto, algo que me suponga un gasto único, no un gasto recurrente en el tiempo.
¿Y Qué ha hecho China? Justamente eso, lo contrario que España. China podía haberse gastado todo el superávit que ha ido teniendo en planes sociales, en jubilaciones o en una sanidad pública, universal y gratuita. Cosas que suenan genial y que te hacen ganarte el aplauso fácil de tu público y te hacen ganar votos cuando tu sistema político te hace depender de ellos.
Pero, o bien porque no se fían de que estos ingresos vayan a estar siempre ahí, o bien porque se han fijado en lo que ha ido pasando con el estado de bienestar europeo, o bien porque saben manejar una tabla de excel (y que no salga siempre negativo), o bien porque al no ser una democracia no tienen que arruinar el país prometiéndoles cosas imposibles a sus votantes, sea cual sea la razón lo dejo a vuestro criterio… El caso es que China se ha dedicado como decía a gastarse ese dinero en partidas no estructurales.
Este año con el superávit compramos deuda americana, otro año le prestamos dinero a estos países que cooperan con nosotros, otro año compramos oro… Al final, lo que han conseguido con un presupuesto muy poco social, es tener una gran parte del mismo muy poco comprometido.
Esto es algo, no me quiero desviar, pero solemos medir la deuda con respecto al PIB, algo que me parece completamente desacertado. La idea es, si tenemos un 100% de deuda sobre el PIB significa que si invirtiéramos todo lo que produce un país durante un año en devolver la deuda, se saldaría en un año. ¿Qué sentido tiene esta medición? ¿Es que el carnicero puede invertir el 100% de lo que ingresa vendiendo carne en cubrir la deuda del estado? ¿No necesita comer? ¿Pagar electricidad?
Y entonces hay quien dice «claro no tiene sentido… Deberíamos mirar porcentaje de deuda (pública) con respecto al presupuesto público». Y ahí empezamos a estar más de acuerdo, pero… ¿Acaso el presupuesto público no está comprometido? ¿No hay pensiones que pagar, no hay deuda o intereses a los que hacer frente? Lo que tendría más sentido, aunque obviamente habría manipulaciones, como las hay hoy para calcular el PIB, sería calcular la deuda con respecto al presupuesto público no comprometido. Es decir, el que puedes usar para devolver dicha deuda.
¿Qué sentido tienen lo contrario? Y ahí China gana de calle porque tiene muchísimo presupuesto público, es un país muy intervencionista pero a la vez tiene ese presupuesto muy poco comprometido. No sé cuánto durará esto, no es para siempre, hay quien dentro del gobierno aboga por gastar más en planes sociales pero, de momento, la situación es bastante saludable.
Os dejaré un link sobre la deuda China porque hablé de ello con anterioridad pero la idea de este episodio es que nos quedemos con que, China no se ha dedicado a regalar dinero para contentar a su población o en todo caso, lo hace en una medida bastante menor a lo que lo hacemos en las socialdemocracias.
Impuestos en direcciones opuestas
Otro tema en el que los chinos han sido muy cautos: Los primeros años de recesión mundial (de la crisis de 2008) China apenas los notó, pero la segunda década de este siglo no ha sido fácil… (no me paro aquí, pero la idea es que lo que impacta en el planeta, China lo sufre amortiguado con algunos meses o años de desfase). Y lo que hizo China es, por ejemplo, en lugar de subir el IVA, creo que en España lo hemos subido dos veces machacando a la población (partidos de derechas y de izquierdas, poca diferencia en lo fundamental aunque nos matemos por ellos), lo que hizo China por el contrario es bajar el IVA. Del 17 al 13%. Es decir la idea ha sido acercarnos a Hong Kong o a Singapur y alejarnos de lo que hacen Francia o España. ¿La dictadura comunista aplicando políticas neoliberales, reduciendo 4 puntos el IVA en lugar de aumentarlo para gastar más desde el estado como marca el manual del autoestopista keynesiano? Efectivamente.
¿Os imagináis que en España el IVA fuera 8 puntos más bajo? Que todo costara un 10% menos, es decir, que vuestro sueldo tuviera un 10% más de poder adquisitivo. Con las vueltas que le está dando el gobierno a bajar (temporalmente) el IVA en la factura de la luz, que es algo fundamental, imaginad esto para todos los bienes del mercado. La ropa que os compráis, el frigorífico, el gimnasio, las compresas… Esa ha sido la estrategia china. Y ahí están los resultados. Ojo y de nuevo… creo que no es la tendencia, creo que vamos a un estado más intervencionista, pero de momento, chapeau. Tienen clarísima la curva de Laffer y saben que con un tipo impositivo más bajo recaudan más.
Un discurso con truco
Un último tema, gracioso, porque como sabéis me gusta analizar tanto los datos como la retórica… y me ha gustado mucho esto de «Nos ha costado 71 años, erradicar la pobreza”. No, perdón, os ha costado 40, los primeros 30 caminabais en sentido contrario. Los niveles de pobreza generados en los años 60 no existían ni tras las guerras del opio, ni tras la guerra sino-japonesa ni tras la guerra civil ni jamás en la historia de ningún otro país, hay que remontarse hasta el S.XV, 500 años antes, para encontrar esos niveles de pobreza.
Una gran parte de los chinos que la economía de mercado ha tenido que sacar de la miseria han sido nuevos pobres creados o nacidos bajo los años de comunismo. Muy ventajista me resulta lo de decir nos ha costado 71 años para alimentar la idea de que ha sido el partido quien ha logrado el milagro.
O sea, lo que no se puede decir es «quiero adelgazar», tirarte un año comiéndote donuts, porque te han contado que hay grasas buenas… Y sólo hay que ver un donut para saber que seguro que las grasas buenas están ahí dentro, y un año después empezar a hacer ejercicio como una bestia, reducir tu ingesta de grasas trans y después de ese tiempo decir: «he tardado 2 años en obtener la figura que quería». Vale… quizá deberías decir que has tardado 1 año pero véndeme lo que quieras, te lo compro, ahora… no le llames a esto «adelgazamiento por ingesta de grasas con características propias». Hacerlo todo mal y después hacerlo todo bien no convierte esto en una estrategia intermedia, te honra haber sabido cambiar de opinión… Si quieres patentar el invento fenomenal, la verdad es que para mí, lo puedes llamar «ingesta de grasas con características propias” genial, yo me quedo con que al final conseguiste el objetivo.
Os dejo con una frase de Confucio: Cuando el objetivo parezca difícil no cambies de objetivo; busca un nuevo camino para llegar a él